Por Leonel Ibarra - revistaeyn.com
Durante 2023, la contracción del comercio mundial (-5,7 %) fue mayor que la registrada en la región de América Latina, como consecuencia del peor desempeño relativo de las cantidades comerciadas a nivel global.
Para 2024, la Organización Mundial de Comercio (OMC) proyecta un crecimiento del 3,3 % en el volumen del intercambio mundial de bienes.
Sin embargo, según el último Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, la incertidumbre sigue siendo elevada debido a que persisten los riesgos a la baja.
Tal como se adelantó en las Estimaciones de las Tendencias Comerciales, que publicó en enero pasado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones de la región desaceleraron su ritmo de caída a fines de 2023 y cerraron el año con una contracción acumulada del 2,2 %.
Los países del Caribe y las economías sudamericanas sufrieron las retracciones más profundas (-31,9 % y -5,3 %, respectivamente) debido principalmente a la reversión de los precios de las materias primas, mientras que en Centroamérica las ventas se estancaron.
México, por su parte, se despegó del resto de la región y mostró una expansión, aunque leve, de sus exportaciones en el acumulado del año (+2,9%).
Desde principios de 2022, la economía mundial ha venido desacelerando su ritmo de crecimiento, una tendencia que se profundizó a lo largo del año pasado por las políticas de contracción monetaria que han implementado los principales países desde mediados de 2023, a lo que se sumaron otras cuestiones en regiones específicas (desaceleración de la economía china, problemas vinculados a la transición energética en Europa, dificultades en el transporte marítimo a raíz de tensiones geopolíticas, entre otras).
De cara al futuro, el BID proyecta un cierto debilitamiento del ritmo de crecimiento global, con tasas menores a las del período previo a la pandemia tanto en Estados Unidos como en Europa, Este de Asia y América Latina.
