Tecnología & Cultura Digital

Opinión: Cómo transformar en lo digital impacta en productividad y compromiso de las empresas

Por Brayan Bolaños B.
MSc. International Management

Desde la llegada del coronavirus, innumerable cantidad de empresas en América y en el mundo entero, han visto como, en un abrir y cerrar de ojos, el trabajo de muchos años pudo desmoronarse en tan sólo días e incluso en horas. Tristemente tuvo que llegar una inesperada crisis sanitaria para confirmar que las organizaciones mejor capacitadas para la continuidad y resiliencia de un negocio son todas aquellas que apuestan por la tecnología y la digitalización.

A los dos años y medio del inicio de la pandemia, todavía existen negocios que no observan ni reflejan el valor de apostar por la transformación digital. Sin embargo, en este aspecto, debemos destacar que el uso de la tecnología no es suficiente para dar el paso hacia la dicha transformación, sino que también se debe concientizar y formar a todo el equipo que conforma determinada empresa, para que saque el máximo provecho de las herramientas digitales en su día a día. La transformación digital ha tenido un alto impacto en el ambiente empresarial. Debemos tener claro que la tecnología es tan sólo un medio dentro de la transformación digital empresarial, y que el principal cambio que deben asumir las empresas tiene que ver con toda una cultura dentro de la organización, y no solamente con el uso de las nuevas tecnologías.

Y es que definitivamente es fundamental transformar la cultura organizacional. La transformación digital en las empresas no puede reducirse a utilizar un correo electrónico corporativo, o un determinado sistema de gestión o en implementar una solución de CRM. Esta transformación tiene que comenzar por un cambio en la propia visión y mentalidad de la empresa, dirigiéndose hacia un modelo integral de innovación y eficiencia.

Todo cambio debería empezar por las personas y los grupos que forman parte de la compañía. Contar con colaboradores capaces de asimilar las ventajas de los nuevos procesos, soluciones y sistemas es un aspecto clave en la implementación de nuevas tecnologías. Otro punto fundamental es el liderazgo: Un factor de extrema importancia es cómo los líderes de las diferentes compañías se posicionan respecto a la transformación digital. Ellos deben confiar y creer profundamente en el proceso y transmitirlo al resto de los colaboradores.

Otro tema importante es el entorno: Los entornos de colaboración, salas de videoconferencia, herramientas de comunicación instantánea, son tecnologías que, si se utilizan de forma adecuada, son capaces de optimizar el trabajo de los equipos, anulando las barreras de la distancia y favoreciendo la movilidad. Por ello, la transformación digital debe ser un proceso progresivo pero constante y sostenido a la vez. Las empresas, no pueden posponer más su transformación digital si quieren continuar compitiendo en un mercado cambiante y cada vez más exigente.

Sea cual sea la forma en que lo abordemos, la transformación digital se ha convertido en la máxima prioridad en la agenda del CEO y estas resultan condiciones impostergables:

1) Escalar equipos ágiles:

La idea primordial de un equipo ágil es tener un grupo de personas con objetivos comunes, que sean flexibles en su forma de trabajo y también adaptables a los requisitos del cliente. Un aspecto que los distingue de los equipos tradicionales, es que este nuevo perfil se identifica por individuos auto dirigidos y auto organizados que practican el liderazgo compartido.

Muchos departamentos de TI en industrias como la de servicios financieros (especialmente afectada por la revolución digital) han adoptado técnicas ágiles y están inundados de scrum masters y stand-ups diarios, pero la mayoría carecen de una verdadera cultura de autogestión o de una organización flexible que permita a los pools de recursos (o “guilds” o “chapters”) moverse de un departamento a otro cuando es necesario.

Adoptar nuevos hábitos, cambiar creencias y comportamientos lleva tiempo. Escalar de forma ágil será una de las prioridades de los líderes de las grandes y medianas empresas. Convertirse en elementos verdaderamente ágiles (cambiar la mentalidad), es la próxima frontera que incluiremos en los retos digitales que señalemos en un par de años.

2) Enfrentar la interrupción de los insurgentes:

Al «reducir la fricción económica, la digitalización permite una competencia que presiona el crecimiento de los ingresos y los beneficios». Pero convertirse en un ganador es una tarea de enormes proporciones. Todo el mundo habla de Kodak y del tsunami de la fotografía digital. O sobre Nokia, después de la revolución del iPhone. También de cómo los unicornios de Fintech como Revolución están amenazando a los grandes bancos. Pero seamos sinceros: aproximadamente el 95% de las empresas no creen que vayan a ser las próximas en aparecer en el salón de la fama.

Los CEOs deben pensar a largo plazo y acercarse a las nuevas empresas que podrían convertirse en amenazas reales. Cambiar de esos conceptos de ¨lo bueno¨, a tener programas de incubadoras para innovar si no se quiere experimentar el riesgo de morir en el lanzamiento o adquisiciones de startups.

En este sentido se han probado diferentes modelos de innovación, modelos que consisten en:

3) Poner a las personas en el centro:

El marketing despierto y el activismo de marca son temas de moda en todos los eventos de marketing. Pero esto no es algo a lo que los CEOs deban prestar atención ahora mismo. Dejémoslo en manos de los expertos del marketing. Mientras tanto, los jefes se concentran, por ejemplo, en porqué Bezos, el líder de una de las compañías más centradas en el cliente en el mundo, está lanzando ahora un compromiso climático.Y es que los directores generales tienen que presionar a sus empresas para que se centren más en el ser humano. Definimos las organizaciones centradas en el ser humano mediante tres viajes: el conocido viaje del consumidor, el viaje de los compañeros de trabajo y el viaje del ciudadano (siendo éste una especie de persona que atrapa a todos para representar a la sociedad en general). Cada vez sería más difícil para las empresas centrarse en uno de ellos, olvidando los demás, porque los viajes están entrelazados, ya que a veces somos clientes, a veces empleados y a veces meros ciudadanos afectados por las acciones de las empresas.

La idea de las HCO (Human-Centred Organization) no es nada nuevo. El aumento del poder del consumidor ha obligado a las empresas a adoptar metodologías de diseño centradas en el ser humano para poner al usuario en el centro del escenario. Y es la digitalización la que permite a los individuos acceder y compartir información y organizarse colectivamente utilizando metodologías de multitudes.

Por eso, convertirse en un HCO debería ser una prioridad máxima, una meta directamente relacionada con los programas de transformación digital.

2022-06-14

Por Brayan Bolaños B.
MSc. International Management

Desde la llegada del coronavirus, innumerable cantidad de empresas en América y en el mundo entero, han visto como, en un abrir y cerrar de ojos, el trabajo de muchos años pudo desmoronarse en tan sólo días e incluso en horas. Tristemente tuvo que llegar una inesperada crisis sanitaria para confirmar que las organizaciones mejor capacitadas para la continuidad y resiliencia de un negocio son todas aquellas que apuestan por la tecnología y la digitalización.

A los dos años y medio del inicio de la pandemia, todavía existen negocios que no observan ni reflejan el valor de apostar por la transformación digital. Sin embargo, en este aspecto, debemos destacar que el uso de la tecnología no es suficiente para dar el paso hacia la dicha transformación, sino que también se debe concientizar y formar a todo el equipo que conforma determinada empresa, para que saque el máximo provecho de las herramientas digitales en su día a día. La transformación digital ha tenido un alto impacto en el ambiente empresarial. Debemos tener claro que la tecnología es tan sólo un medio dentro de la transformación digital empresarial, y que el principal cambio que deben asumir las empresas tiene que ver con toda una cultura dentro de la organización, y no solamente con el uso de las nuevas tecnologías.

Y es que definitivamente es fundamental transformar la cultura organizacional. La transformación digital en las empresas no puede reducirse a utilizar un correo electrónico corporativo, o un determinado sistema de gestión o en implementar una solución de CRM. Esta transformación tiene que comenzar por un cambio en la propia visión y mentalidad de la empresa, dirigiéndose hacia un modelo integral de innovación y eficiencia.

Todo cambio debería empezar por las personas y los grupos que forman parte de la compañía. Contar con colaboradores capaces de asimilar las ventajas de los nuevos procesos, soluciones y sistemas es un aspecto clave en la implementación de nuevas tecnologías. Otro punto fundamental es el liderazgo: Un factor de extrema importancia es cómo los líderes de las diferentes compañías se posicionan respecto a la transformación digital. Ellos deben confiar y creer profundamente en el proceso y transmitirlo al resto de los colaboradores.

Otro tema importante es el entorno: Los entornos de colaboración, salas de videoconferencia, herramientas de comunicación instantánea, son tecnologías que, si se utilizan de forma adecuada, son capaces de optimizar el trabajo de los equipos, anulando las barreras de la distancia y favoreciendo la movilidad. Por ello, la transformación digital debe ser un proceso progresivo pero constante y sostenido a la vez. Las empresas, no pueden posponer más su transformación digital si quieren continuar compitiendo en un mercado cambiante y cada vez más exigente.

Sea cual sea la forma en que lo abordemos, la transformación digital se ha convertido en la máxima prioridad en la agenda del CEO y estas resultan condiciones impostergables:

1) Escalar equipos ágiles:

La idea primordial de un equipo ágil es tener un grupo de personas con objetivos comunes, que sean flexibles en su forma de trabajo y también adaptables a los requisitos del cliente. Un aspecto que los distingue de los equipos tradicionales, es que este nuevo perfil se identifica por individuos auto dirigidos y auto organizados que practican el liderazgo compartido.

Muchos departamentos de TI en industrias como la de servicios financieros (especialmente afectada por la revolución digital) han adoptado técnicas ágiles y están inundados de scrum masters y stand-ups diarios, pero la mayoría carecen de una verdadera cultura de autogestión o de una organización flexible que permita a los pools de recursos (o “guilds” o “chapters”) moverse de un departamento a otro cuando es necesario.

Adoptar nuevos hábitos, cambiar creencias y comportamientos lleva tiempo. Escalar de forma ágil será una de las prioridades de los líderes de las grandes y medianas empresas. Convertirse en elementos verdaderamente ágiles (cambiar la mentalidad), es la próxima frontera que incluiremos en los retos digitales que señalemos en un par de años.

2) Enfrentar la interrupción de los insurgentes:

Al «reducir la fricción económica, la digitalización permite una competencia que presiona el crecimiento de los ingresos y los beneficios». Pero convertirse en un ganador es una tarea de enormes proporciones. Todo el mundo habla de Kodak y del tsunami de la fotografía digital. O sobre Nokia, después de la revolución del iPhone. También de cómo los unicornios de Fintech como Revolución están amenazando a los grandes bancos. Pero seamos sinceros: aproximadamente el 95% de las empresas no creen que vayan a ser las próximas en aparecer en el salón de la fama.

Los CEOs deben pensar a largo plazo y acercarse a las nuevas empresas que podrían convertirse en amenazas reales. Cambiar de esos conceptos de ¨lo bueno¨, a tener programas de incubadoras para innovar si no se quiere experimentar el riesgo de morir en el lanzamiento o adquisiciones de startups.

En este sentido se han probado diferentes modelos de innovación, modelos que consisten en:

3) Poner a las personas en el centro:

El marketing despierto y el activismo de marca son temas de moda en todos los eventos de marketing. Pero esto no es algo a lo que los CEOs deban prestar atención ahora mismo. Dejémoslo en manos de los expertos del marketing. Mientras tanto, los jefes se concentran, por ejemplo, en porqué Bezos, el líder de una de las compañías más centradas en el cliente en el mundo, está lanzando ahora un compromiso climático.Y es que los directores generales tienen que presionar a sus empresas para que se centren más en el ser humano. Definimos las organizaciones centradas en el ser humano mediante tres viajes: el conocido viaje del consumidor, el viaje de los compañeros de trabajo y el viaje del ciudadano (siendo éste una especie de persona que atrapa a todos para representar a la sociedad en general). Cada vez sería más difícil para las empresas centrarse en uno de ellos, olvidando los demás, porque los viajes están entrelazados, ya que a veces somos clientes, a veces empleados y a veces meros ciudadanos afectados por las acciones de las empresas.

La idea de las HCO (Human-Centred Organization) no es nada nuevo. El aumento del poder del consumidor ha obligado a las empresas a adoptar metodologías de diseño centradas en el ser humano para poner al usuario en el centro del escenario. Y es la digitalización la que permite a los individuos acceder y compartir información y organizarse colectivamente utilizando metodologías de multitudes.

Por eso, convertirse en un HCO debería ser una prioridad máxima, una meta directamente relacionada con los programas de transformación digital.

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