Tela: La fuerza del mar tampoco perdona playas de Miami

En menos de seis meses se perdieron más de 20 metros de playa. El oleaje ha arrasado con champas y viviendas.

Foto: Melvin Cubas

Más de 10,000 sacos de arena solo han sido un paliativo.

jue 18 de abril de 2024

11 min. de lectura

Miami, Tela

Fue una predicción triste, pero lamentablemente se está cumpliendo. Así como la barra del río Cuyamel en Omoa fue embestida por las olas, y así como también se va borrando a pedazos la hermosa costa de Travesía y Bajamar, en Puerto Cortés, el turno era para Tela.

El mar está arrancando a tajos una de las playas más prístinas y hermosas de este municipio.

Sépalo
  • > En Miami y Barra Vieja, las familias viven de la pesca, el turismo y la ganadería.

Miami, una pequeña aldea garífuna al oeste de la bahía de Tela, es un espectáculo de la naturaleza.

Está sobre una delgada franja de arena y piedras que no mide ni 200 metros en sus trechos más anchos, y menos de unos 50 en la parte más angosta, y es la línea divisoria natural entre la laguna de Los Micos y el mar.

" Lo que hemos hecho son esfuerzos de la comunidad y el dueño del hotel. urge ayuda. "

A vista de dron, el paisaje es impresionante. Agua dulce a un lado y el inmenso azul al otro. Desde arriba también es mejor apreciar lo que el oleaje le está haciendo a la playa, que hasta hace seis meses podía presumir su cálida arena blanca, en la que los turistas podían jugar voleibol, correr en cuatrimotos o hacer fogatas para esperar entre amigos el atardecer. Hoy de eso no hay nada.

La batalla para ganar la embestida del mar era hasta hace dos días con sacos de arena, pero ni los recursos -ya agotados- ni la fuerza de todos los hombres de la comunidad han logrado contener o mermar el daño.

Wilmer Alexis Andino, presidente del patronato de Miami, señala con preocupación que están perdiendo la comunidad.

" El 90% de los escenarios es que se siga destruyendo, ya es irreversible, no hay vuelta atrás. "

“Estamos pidiendo ayuda para ver qué se puede hacer para remediar el grave daño que nos está ocasionando el mar. Está botando las casas, las champas y nos está reduciendo el espacio. Hasta la calle se está llevando”, afirmó.

Desde que el mar comenzó a adentrarse hace seis meses, en Miami nadie volvió a dormir en paz. Los estragos están sucediendo en pleno verano y sin haber temporal. Pero si lo que viven con el clima soleado les preocupa, los pronósticos de un fenómeno de La Niña activo con huracanes como el Mitch los aterra.

Selín Murillo, dueño del complejo turístico Eco Paradise, señala que en las últimas semanas han colocado más de 10,000 sacos de arena para evitar que el oleaje siga arrancando las champas y destruyendo la única vía de acceso de la comunidad.

Desde que empezó el fenómeno, atribuido al cambio climático, estima que se han perdido más de 20 metros de playa.

“Nos preocupan la temporada de huracanes que están anunciando, que será de bastante impacto con los vientos”.

Ante este panorama, Murillo hizo un pedido de auxilio directamente a la presidenta Xiomara Castro para mitigar el impacto y que el mar no se siga “comiendo” la playa ni desaparezca la comunidad, en la que viven y trabajan unas 150 personas. Dice que de no ser por la colocación de sacos de arena, el mar estuviera más adentro.

$!Se han invertido más de L200,000 en evitar que el mar se “trague” las cabañas de un hotel y las de varios pobladores.

Mal presagio

Fue durante la publicación de la serie periodística “Desplazados por el mar”, de LA PRENSA Premium, que el científico hondureño Gustavo Cabrera, director de la organización Cuerpos de Conservación Omoa (CCO), vaticinó que el cambio climático seguiría impactando en la línea costera de Honduras y desapareciendo comunidades, tal como predijo en 2006 que en 10 años desaparecería la comunidad de la barra del Cuyamel y la del Motagua. Tal cual sucedió.

“Lo que está pasando es lo que yo ya había advertido. Hay un efecto dominó del cambio climático en todas las playas costeras. O sea, lo que está pasando ahora en Tela pasó en la barra del Motagua y en Travesía, y se va a repetir en toda la costa. No hay vuelta atrás, ya que esta cuestión del cambio climático ya es evidente, pues ya no hay forma de cómo revertirlo. Lo único que tenemos que hacer es adaptarnos, pero eso que está pasando ahí va a suceder en toda la costa”, advirtió.

¿El mar puede retroceder? ¿Tiene esperanza la gente? ¿O no hay forma de que el mar detenga ese curso que lleva?, le preguntamos a Cabrera.

$!En la aldea de Miami solicitan ayuda urgente.

“Atreverme yo a darles esperanza sería como ser irresponsable, en todo caso, mejor advertir, sea que suceda lo peor o no suceda; pero lo mejor es advertir y decirle a la gente que tiene que estar precavida, porque lo más seguro es que esa franja, que es una duna de arena, se puede llegar a romper. Esas dunas de arena se fueron formando durante tantos años con la acumulación de la tierra que fue llegando desde los cerros. Es extremadamente frágil, no tiene un sustento fuerte donde la ola pueda mitigar el golpe, sino que es una acumulación de arena.

Con el paso del tiempo se va diluyendo y lo más seguro es que se va a perder. Se van a romper barras por todos lados. No es que se va a ir de un solo, es que se va a ir rompiendo por partes. Luego se va a cerrar ahí y se va a volver totalmente inestable”, prosiguió.

Respecto al pronóstico del inicio del fenómeno de La Niña, coincidió en que “las tormentas van a ser mucho más peores, o sea que la situación se va a poner más complicada”.