DOHA, QATAR.- Una de las grandes sorpresas del Mundial de Qatar es que no se desarrollaría en las fechas del calendario que marcan el final de las competencias, es decir en junio, sino en noviembre y diciembre.
Esto encendió las alarmas en los equipos europeos, quienes se opusieron a la candidatura ganada por Qatar, alegando que afectaría el rendimiento de sus jugadores porque se encontrarían en pleno desarrollo de las ligas europeas.
En ese 2010, año en que Qatar la ganó la candidatura a Australia, Japón, Estados Unidos y Corea, los pronósticos sobre el calor en el terreno también fueron anunciados. Incluso el dirigente chileno, Harold Mayne-Nicholls, quien lideró el equipo de inspección de la FIFA y examinó a todos los países que presentaron candidatura para organizar el Mundial, concluyó que “Qatar era una opción de riesgo alto por sus altas temperaturas en la mayoría de los meses del año”.
A pesar de las opiniones divididas, Qatar fue elegido por 14 de los 22 integrantes del Comité Ejecutivo de la FIFA en la ronda final de votaciones, bajo la premisa que el mayor evento de fútbol se realizaría en junio y julio.
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La FIFA aceptó las condiciones climatológicas de Qatar y trasladó el torneo a noviembre y diciembre alegando “preocupaciones de salud de los jugadores y espectadores por el calor extremo que hay en junio”.
Asimismo, definió concentrar la competencia en un período menor a 28 días.
A pesar de que el Mundial 2022 se jugará en noviembre y diciembre, el peligro por el calor extremo sigue latente, por ello la FIFA ordenó que todos los estadios de Qatar, obligatoriamente, cuenten con sistemas de enfriamiento que permitan que se mantenga una temperatura saludable para los turistas.
“No es por los jugadores, porque los jugadores estarán bien con el sistema de enfriamiento pero ¿qué hay de los aficionados? Habrá 50,000 fans caminando tres, cuatro, incluso seis cuadras o más como el Sudáfrica, donde yo caminé 10 cuadras”, explicó uno de los encargados en la revisión del Mundial, delegado por la FIFA, Harold Mayne-Nicholls en 2013
“Estarán caminando con una temperatura de 40 grados Celsius y es demasiado”, agregó Mayne-Nicholls.
Casi 10 años después de esas declaraciones, el peligro por el aumento de temperatura y las olas de calor a nivel mundial no han hecho más que aumentar y poner en riesgo a los turistas que se desplazarán hacia Qatar.
En noviembre la máxima media puede alcanzar los 29.5 grados Celsius en Doha, capital de Qatar, de acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial (OMM), mientras que la media mínima es de 19.5.
En diciembre las temperaturas descienden, la media máxima alcanza los 24.1 y la media mínima los 15 grados Celsius, según la (OMM).
Estas cifras no quieren decir que Qatar se encuentre en “invierno”, pero son temperaturas significativamente más bajas que las del verano qatarí. En junio, por ejemplo, las temperaturas pueden escalar a los 43 grados Celsius imposibilitando que los aficionados disfruten de la tan esperada Copa del Mundo.
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