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‘House of Cards’: vuelve el lado más oscuro de la política

Frank Underwood (Kevin Spacey) regresa a la quinta temporada de 'House of Cards', que se estrena este 30 de mayo por Netflix.

2017-05-29

Por El Comercio y El Tiempo

Los episodios del 2014 son memorables por darle más problemas a Underwood de los que habría deseado. Aun así, se las arregló para robar la presidencia de Garrett Walker con las decisiones justas y aliados que, como él, estuvieron dispuestos a embarrarse las manos.

A diferencia de Walker, en la quinta temporada de 'House of Cards' Frank conoce el origen de sus desgracias (volveremos a ello más adelante) y viejos aliados aprovechan el momento para saltar del barco (o sabotearlo), pero no con suficiente destreza. Incluso en el paredón, Frank Underwood sigue siendo Frank Underwood.

Mucha atención con los nuevos jugadores: Jane Davis y Mark Usher, interpretados respectivamente por Patricia Clarkson y Campbell Scott. Son lobos, igual que Frank y Claire; quienes los aceptan en su círculo cercano a sabiendas del riesgo. Ya para qué ser cuidadosos cuando todo lo que tienen peligra.

Allí está lo trágico de 'House of Cards' temporada cinco: como Underwood está en la mira de todos (la prensa, el Parlamento, etc.), necesita ayuda de otras fieras, un error que Walker pagó caro. Dunbar y Conway fueron grandes adversarios, pero no como las consecuencias de sus actos.

Claire Underwood (Robin Wright) nunca ha tenido un mejor momento como el de la quinta temporada de 'House of Cards'. ¿Es ella la esperanza del país o, como su esposo, solo otra bestia hambrienta de poder? La pregunta se mantiene hasta la última escena. Estos episodios ponen a prueba a la primera dama, cuyo rol será incluso mayor si Netflix renueva la serie para una sexta temporada (lo cual es casi seguro).

Maquiavelo y la política

Frank Underwood, el político más incorrecto, pero amado por millones cuando aparece en la plataforma de contenidos de TV y cine Netflix, está de nuevo afilando sus uñas de poder para el estreno de la quinta temporada de ‘House of Cards’ (el próximo martes), la serie que desnuda los matices más oscuros de la política a través de un personaje con una moral tan flexible como fantasmagórica.

Underwood (Kevin Spacey) y su esposa, Claire (Robin Wright), marcaron una ruta llena de atajos despiadados para alcanzar los niveles más altos de poder, y en este nuevo ciclo frente a las cámaras tienen que seguir afinando lo peor de ellos mismos para no caerse del trono, que no es otra cosa que la presidencia de Estados Unidos.

Aunque promete plantear situaciones que parecen calcadas de la tormenta política que se vive en la actualidad en Estados Unidos, relacionados específicamente con los conflictos de cierta clase política con los medios de comunicación y algunos trucos de mentira para manipular y acrecentar el miedo en la sociedad, ‘House of Cards’ se inspiró en hechos que se gestaron en la mesa de los guionistas y no tanto en las revelaciones mediáticas de una política sorpresiva o un mandatario específico. "Es más acerca de la psicología de la sociedad estadounidense", aseguró en una entrevista reciente la productora ejecutiva Melissa James Gibson.

Sin embargo, quien puede dar algunas pistas es Michael Kelly, quien interpreta a Doug Stamper, el maquiavélico jefe de personal de Underwood y quien sigue desde la barrera las jugadas de supervivencia de la pareja protagonista. Kelly conversó con EL TIEMPO acerca de la experiencia de una serie que le dio una bocanada de aire nuevo a los dramas políticos en la televisión.

En ‘House of Cards’ el nivel de tensión aumenta con cada temporada, ¿siente que hay un giro realmente explosivo en esta nueva etapa de la serie?

Cada temporada es una locura, eso nunca cambia. El comportamiento maquiavélico de sus personajes se mantiene intacto, y la verdad, va a ser muy difícil que Frank, Claire y Doug dejen de comportarse como lo han hecho hasta ahora.

La serie siempre ha logrado revelar aspectos muy oscuros de la política y de la misma condición humana, ¿eso no ha cambiado su percepción acerca de esa misma política o lo ha vuelto más desconfiado respecto a esta en la vida real?

Bueno, yo estudié ciencias políticas en la universidad antes de dedicarme a la actuación, así que este ha sido un tema en el que yo siempre he estado interesado de una manera profunda; así que con un paisaje político tan complejo como el que vivimos, es muy relevante seguir estando atento a lo que pasa. En realidad, siento que es muy importante que todos asuman su responsabilidad de participar políticamente.

Temas como las noticias falsas y la manipulación a través del discurso del miedo forman parte del arco argumental de ‘House of Cards’, ¿cómo analiza la conexión de esta ficción con lo que está pasando no solo en Estados Unidos, sino en el mundo?

Quiero pensar que todo ha sido una coincidencia. Y sí, realmente todo fue escrito mucho antes de las elecciones y del escándalo de Rusia -por ejemplo-, pero todo lo que sucede en nuestro programa y luego se refleja en la vida real es un fenómeno más del azar.

Es interesante ese contraste de ser un malvado en la pantalla y una persona simpática en la vida real…

Sabe que sí. A menudo la gente me dice: ¡Dios mío!, es muy extraño ver que sonríes. Realmente fuera del personaje sonrío mucho. Soy un hombre muy feliz porque tengo un trabajo maravilloso y una familia espectacular, y con todo eso no es difícil tener siempre ese tipo de emoción. Es cierto que la gente me ha visto como un antagonista, un chico malo, pero viéndolo bien, me encantaría hacer una comedia, eso sería algo interesante para mí en este momento.

¿Es fácil reencontrarse con Doug Stamper?

Es fácil interpretarlo porque lo he estado haciendo desde hace varios años y lo entiendo, pero a la vez es uno de los papeles más complejos de mi carrera porque es impredecible y en cada temporada los guionistas logran sorprenderme de muchas maneras… "¿Qué? ¡No entiendo esto!", respondo siempre ante los desafíos que van apareciendo y siempre asumo el reto porque quiero que Stamper lo dé todo frente a las cámaras.

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