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Revolución digital muestra potencial para desarrollo centroamericano

Centroamérica ha logrado beneficiarse de la era digital gracias a complementos analógicos, como la adopción de políticas y de regulaciones. Dicha combinación digital y no digital, le ha permitido sacar provecho de la acelerada expansión de las tecnologías en áreas como agricultura, clima de negocios y empleos, apunta informe del Banco Mundial.

2016-03-04

Por: agencias

El informe del Banco Mundial señala que los beneficios del mundo digital (mayor crecimiento, más empleo y mejores servicios públicos) dependen no solo del grado en el que las tecnologías digitales han sido adoptadas, sino también del avance paralelo en los complementos analógicos. Esto es necesario para garantizar que el mercado digital sea competitivo y que Internet amplíe el acceso a la información, reduzca el costo de la misma y promueva sociedades más inclusivas, eficientes e innovadoras.

En todo el mundo las tecnologías digitales se han extendido rápidamente, pero los dividendos digitales no han avanzado en la misma medida. Algunos países de Centroamérica son la excepción. En Costa Rica, por ejemplo, la adopción de tecnología ha ido mano a mano con el fortalecimiento del clima de negocios y la adopción de regulaciones que promueven la competencia, la inversión en el sistema educativo y la formación de profesionales capacitados para un mercado laboral moderno; así como con la promoción de instituciones que rinden cuentas a los ciudadanos.

En Guatemala y El Salvador casi el 60 % de las empresas formales con más de cinco empleados vende hoy sus productos en línea. Agricultores en Nicaragua y Honduras se benefician de mejores precios para sus productos gracias a que ahora pueden obtener información de precios en mercados alejados vía sus teléfonos móviles.

El Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales, cuyos autores son los codirectores Deepak Mishra y Uwe Deichmann y su equipo, define los dividendos digitales como mayor crecimiento, más empleo y mejores servicios públicos.

"La revolución digital está transformando el mundo, facilitando los flujos de información y propiciando el surgimiento de las naciones en desarrollo que pueden sacar provecho de estas nuevas oportunidades", dijo Kaushik Basu, economista jefe del Banco Mundial. "El 40 % de la población mundial está conectada a través de Internet, pero casi el 20 % no sabe leer ni escribir, por tanto es improbable que la expansión de las tecnologías digitales por sí sola signifique el fin de la brecha de conocimientos".

Si bien hay muchos casos individuales de éxito, hasta ahora el efecto de la tecnología en la productividad mundial, en la ampliación de las oportunidades para los pobres y la clase media, y en la propagación de la gobernanza responsable ha sido menor que el esperado.

Según el informe, la acelerada expansión de las tecnologías digitales ha favorecido a las personas adineradas, cualificadas e influyentes del mundo, que están en mejores condiciones de sacar provecho de las nuevas tecnologías. Además, aunque el total de usuarios de Internet se ha triplicado con creces desde 2005, hay 4.000 millones de personas que todavía no tienen acceso a Internet y el 60 por ciento de la población mundial sigue sin poder participar en la economía digital en constante expansión.

Para que se pueda cumplir plenamente la promesa de desarrollo que encierra una nueva era digital, el Banco Mundial recomienda dos cursos de acción principales: acortar la brecha digital haciendo que Internet sea universal, accesible, abierta y segura; y reforzar las regulaciones que garantizan la competencia entre empresas, adaptar las habilidades de los trabajadores a las exigencias de la nueva economía, y promover instituciones responsables -medidas que en el informe se denominan complementos analógicos de las inversiones digitales.

Las estrategias de desarrollo digital deben ser más amplias que las estrategias del sector de las TIC. Para obtener el máximo provecho, los países deben crear las condiciones adecuadas para la tecnología: regulaciones que faciliten la competencia y el ingreso en el mercado, habilidades que permitan a los trabajadores aprovechar las oportunidades que ofrece la economía digital, e instituciones que rindan cuentas a las personas. Las tecnologías digitales pueden, a su vez, acelerar el ritmo de desarrollo.

Invertir en infraestructura básica, rebajar el costo de hacer negocios, reducir los obstáculos al comercio, facilitar el ingreso de las empresas incipientes en el mercado, robustecer las autoridades en materia de competencia y facilitar la competencia en las plataformas digitales son algunas de las medidas recomendadas en el Informe sobre el desarrollo mundial que pueden contribuir a que las empresas sean más productivas e innovadoras.

Además, si bien un nivel básico de alfabetización sigue siendo esencial para los niños, la enseñanza de habilidades cognitivas y de pensamiento crítico avanzadas y la formación fundacional en sistemas técnicos avanzados de TIC serán fundamentales a medida que Internet se siga extendiendo. La enseñanza precoz de habilidades técnicas y la exposición de los niños a la tecnología promueven los conocimientos relacionados con las TIC e influyen a la hora de elegir una carrera.

En el informe se señala que las tecnologías digitales pueden transformar nuestras economías, sociedades e instituciones públicas, pero se advierte que esos cambios no están garantizados ni son automáticos. Los países que están invirtiendo tanto en tecnología digital como en sus complementos analógicos obtendrán considerables dividendos, mientras que los que no lo hagan probablemente quedarán rezagados.

En los últimos 10 años, el Grupo Banco Mundial ha invertido US$12.600 millones en el sector de las TIC.

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