Semana de pesadilla como pocas se recuerdan en estos jóvenes activos digitales a pesar de su tradicional volatilidad. Desde el jueves, la cotización del universo criptográfico, representado por el índice Bloomberg Galaxy Crypto se desplomó 35%. En términos de capitalización la avalancha de ventas ha devorado nada menos que US$700.000 millones y el miedo campa a sus anchas.
Especialmente negativo fue el jueves 12, que perfectamente podría adquirir la categoría de jueves negro para los activos digitales y encontrar un hueco en los calendarios de los criptoinversores. Solo en esa jornada se volatilizaron más de US$200.000 millones en capitalización del mercado en una ola de ventas que arrasó en todos los títulos criptográficos.
“Esta semana probablemente pasará a la historia como una de las peores semanas de la historia cripto”, señala Alejandro Zala, responsable en España de Bitpanda .
El bitcoin, considerado el rey de las criptodivisas, llegó a perder más de 28,2% de su valor en una semana y su precio se hundió por debajo de US$30.000 por primera vez desde finales de 2020. En lo que va de año, la moneda virtual pierde 36% y muy lejos quedan ya los máximos históricos que marcó en noviembre de 2021 por encima de los US$67.000.
La clave detrás de las últimas caídas en todo el universo cripto se encuentra en el terreno de las stablecoins (monedas estables), un tipo de activo virtual cuyo valor es aparentemente estable al estar vinculado a un activo o cesta de activos reales. Este principio, que hasta ahora no se había cuestionado, saltó por los aires esta semana con el hundimiento de TerraUSD. Esta moneda, que debía estar ligada a la cotización del dólar estadounidense, se despegó de su par ante las dudas sobre las capacidades de la compañía garante, lo que ha hecho sonar las alarmas sobre todo el sistema.
A diferencia de los bancos centrales, el gran riesgo de las monedas estables es la bancarrota de las entidades o compañías que las soportan, por lo que su vínculo con el dólar o la moneda real elegida depende de la confianza en el colateral que han depositado y ahora las dudas acechan en todo el universo de los criptoactivos.
El colapso de TerraUSD está espoleando la desconfianza en otras stablecoins como Tether, la de mayor volumen del mundo y que también llegó a perder la paridad con el dólar.
Los cimientos sobre los que se basa uno de los agentes de mayor calado del universo criptográfico, las monedas estables, están en el aire y las dudas minan a todos los demás.
RebotePero después de la tormenta siempre llega la calma o, al menos, un cierto rebote. Los analistas del mercado cripto consideran que el universo de los activos digitales puede haber llegado a una especie de capitulación, a ese momento en el que el ánimo está completamente por los suelos y los inversores alcistas se rinden ante las cuantiosas pérdidas.
El índice del miedo y la codicia de este mercado, un indicador del sentimiento que impera en las criptomonedas, muestra 10 puntos sobre 100, es decir, se encuentra anclado en un estado de miedo extremo. Y es ese estado de desencanto total en el que al final algunos valientes deciden tomar partido. En la sesión del viernes, el índice cripto apunta al alza, con el bitcoin anotándose unas ganancias superiores al 5% y recuperando el importante soporte de US$30.000.
El rebote, además de una reacción a los fuertes descensos en las valoraciones registradas en las últimas jornadas, llega como consecuencia de la recuperación de la paridad con el dólar de la mayor moneda estable del mundo, tether, que había sido puesta en duda.
“Lo que pasó con Terra pasó antes con otras stablecoins. Cuando este ecosistema esté regulado no será tan fácil ver este tipo de desajustes, hasta que llegue ese momento veremos mas casos”, asegura Alberto Gordo socio fundador de Protein Capital, un fondo de capital riesgo español especializado en criptomonedas.
Con el impulso de la última jornada de la semana, los diferentes analistas vislumbran un rebote a corto plazo que podría propulsar el precio del bitcoin incluso hasta los US$40.000. Sin embargo, más allá de que las dudas recientes sobre la viabilidad de los proyectos de monedas estables se hayan reducido, el entorno sigue siendo muy poco propicio para la inversión en criptomonedas y su precio podría seguir bajo presión en el medio plazo.
