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Panamá: Mercado laboral sigue en crisis

En 2019, antes de la pandemia, se registraron más de 378.000 contratos de trabajo. En 2020, se produjo una severa caída y este año el Mitradel proyecta entre 220 mil y 250 mil contratos nuevos.

2021-11-19

Por La Prensa (Panamá)

Los efectos de la pandemia en el mercado laboral aún son notorios, aunque el paulatino levantamiento de restricciones a lo largo de este 2021, de la mano de una menor incidencia del coronavirus, hace que los indicadores mejoren tras la fuerte caída del año pasado. El viceministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Roger Tejada, señaló ayer a este diario que para 2021 proyectan finalizar el año con una cifra de contratos nuevos entre 220 mil y 250 mil.

Si se cumple esta estimación, al cierre de 2021 mejorará el número de contratos nuevos registrados en 2020, cuando la cifra fue de 132 mil 392, pero los datos quedan muy lejos aún de una economía en normalidad. En 2019, en el año anterior a la pandemia y en el que la economía sufría una ralentización, los contratos nuevos llegaron a 378 mil 63 y, anteriormente, el promedio anual era de 400.000 contratos.

Las cifras de contratos nuevos reflejan la tendencia del mercado laboral, pero no se pueden interpretar como posiciones de empleo creadas, ya que en algunos casos una persona contratada vendrá a reemplazar a una despedida. Los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec) reflejan un descenso en la tasa de desempleo en el último año, al pasar de un 18,5% en 2020 a un 14.5% este año. El analista René Quevedo ha señalado que esta reducción se debe en parte a que hay menos personas buscando empleo, lo que se refleja en la reducción de la población económicamente activa. El número de personas desocupadas reportado por el Inec para este 2021 es de 281.634, una cifra inferior a los 371.567 del ejercicio anterior, pero que supera ampliamente el número de desocupados que había en 2019 (146,111). Es decir, la población desocupada de este año se aproxima al doble de lo que había antes de la crisis.

Durante la pandemia, muchas empresas recurrieron a la figura de la suspensión de contratos, una situación en la que llegaron a estar 284.209 trabajadores. Por disposiciones legales, las empresas tenían que haber reactivado los contratos suspendidos para el 31 de octubre. Cumplido ese plazo, se ha registrado la terminación de 29.499 relaciones laborales después de haber sido reactivadas, en la mayoría de los casos por mutuo acuerdo (13,244), seguido de la figura del despido (5,201).

Por sectores de actividad, la mayor cantidad de terminaciones después de la reactivación se dieron en comercio (9.436), construcción (7.018) y hoteles y restaurantes (3.969), según información del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral. Además de ser sectores con gran cantidad de trabajadores, sienten en alguna medida los efectos de la crisis, ya sea por la situación de las economías familiares y la priorización del gasto hacia bienes de primera necesidad; por la existencia de viviendas y áreas comerciales en inventario, lo que limita la construcción de obra nueva, y por la aún incipiente recuperación de la llegada de turistas al país.

Tejada rindió ayer un informe sobre la situación del mercado laboral en una reunión del Consejo de la Concertación Nacional para el Desarrollo, que reúne a 23 sectores que representan a Gobierno, Asamblea, grupos políticos, empresariales y trabajadores, así como organizaciones de la sociedad civil. En la reunión también participó Hernán Arboleda, director de Políticas Públicas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que abordó la situación económica y fiscal, que también sufrió un fuerte deterioro por las restricciones impuestas para contener la pandemia.

Arboleda dijo que la caída de ingresos se cubrió con préstamos internacionales, ya que se mantuvo el nivel de gasto público para atender las necesidades generadas por la pandemia y para que el impacto a la economía no fuera mayor.

Recordó, como ha dicho en otras ocasiones el titular de la cartera del MEF, Héctor Alexander, que se tuvo que recurrir a deuda para pagar salarios y adelantó que a partir del próximo año se empezará a generar cierto nivel de ahorro corriente, lo que permitirá financiar parte de las inversiones.

Mientras, el margen de déficit permitido en la Ley de Responsabilidad Social Fiscal se va reduciendo. Tras haber llegado a un pico de 10.1% del producto interno bruto (PIB) en 2020, para este año el margen se reduce a un rango entre 7% y 7.5% del PIB y para 2022 el límite es de 4%.

Se espera que el repunte de la economía contribuya al proceso de consolidación fiscal, que debería reducir el déficit fiscal a un 1.5% en 2025, aunque las agencias de calificación de riesgo han mostrado dudas sobre la capacidad del Gobierno para cumplir ese guión.

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