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OIT: El desempleo mundial se mantendrá hasta 2023

El número de desempleados en América Latina y el Caribe ascenderá hasta 28,8 millones de personas en 2022, lo que representa un descenso de 1,3 millones de desempleados en 2021, pero 4,5 millones más que en 2019, según un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

2022-01-17

Por E&N

Se estima que en 2022 se situará en 207 millones de personas desocupadas, en comparación con los 186 millones de 2019. El informe de la OIT advierte también de que el efecto general en el empleo es significativamente mayor al representado en estas cifras, pues muchas personas han abandonado la fuerza de trabajo.

El informe de la OIT advierte también de que el efecto general en el empleo es significativamente mayor al representado en estas cifras, pues muchas personas han abandonado la fuerza de trabajo. Según las proyecciones, en 2022 la tasa mundial de participación en la fuerza de trabajo se mantendrá 1,2% por debajo de la de 2019.

El ritmo de recuperación de la actividad económica depende en gran medida del grado de contención del virus, por lo que la recuperación sigue patrones diferentes según las zonas geográficas y los sectores.

Sobre la base de las últimas previsiones de crecimiento económico, la OIT calcula que el total de horas trabajadas a escala mundial en 2022 se mantendrá casi un 2% por debajo de su nivel prepandémico una vez ajustado al crecimiento de la población, lo que corresponde a un déficit equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo (tomando como referencia una semana laboral de 48 horas). Se prevé que el desempleo mundial se sitúe en 207 millones en 2022, es decir, que supere su nivel de 2019 en unos 21 millones. Esta perspectiva representa un deterioro sustancial con respecto a las proyecciones realizadas en la edición anterior de Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias, publicada en junio de 2021, cuando se preveía que el déficit de horas de trabajo en relación con el cuarto trimestre de 2019 se iba a reducir a menos del 1% en 2022.

Este es el escenario para los países de Centroamérica en términos de desempleo:

Foto: Estrategia y Negocios

Desigualdad y efecto adverso de la crisis

El informe advierte de las marcadas diferencias de los efectos de la crisis entre grupos de trabajadores y entre países. Dichas diferencias están agudizando las desigualdades en los países y entre ellos, y debilitando el entramado económico, financiero y social de casi todas las naciones, independientemente de su nivel de desarrollo. Es probable que se necesiten años para reparar este daño, y podría haber consecuencias a largo plazo sobre la participación en la fuerza de trabajo, los ingresos de los hogares y la cohesión social y, posiblemente, sobre la cohesión política.

Mientras la crisis afectó a todos los sectores económicos, las medidas de contención del virus y las restricciones de movilidad protegieron la reubicación laboral en el empleo informal, los cuales habían sido en crisis previas un mecanismo "clave" de ajuste laboral en la región.

"No puede haber una verdadera recuperación de esta pandemia sin una amplia recuperación del mercado de trabajo. Y, para ser sostenible, esta recuperación debe basarse en los principios del trabajo decente, con inclusión de salud y seguridad, igualdad, protección social y diálogo social", señaló el Director General de la OIT, Guy Ryder.

Foto: Estrategia y Negocios



Los efectos se dejan sentir en los mercados laborales de todas las regiones del mundo, pero los patrones de recuperación entre ellas son muy divergentes. En Europa y América del Norte se observan los indicios de recuperación más alentadores, y el panorama más negativo corresponde a Asia Sudoriental y América Latina y el Caribe. A nivel nacional, la recuperación del mercado de trabajo más fuerte se observa en los países de ingreso alto, mientras que las economías de ingreso mediano-bajo son las que salen peor paradas.

Según el informe, el efecto desproporcionado de la crisis sobre el empleo femenino se mantendrá en los próximos años. Por su parte, a largo plazo, el cierre de instituciones de educación y formación tendrá "un efecto dominó" para los jóvenes, en particular para quienes no tienen acceso a Internet.

Las economías en desarrollo que dependen de la exportación de bienes o productos básicos cuya elaboración requiere mucha mano de obra han tenido más dificultades para adaptarse a la volatilidad de la demanda resultante de los cambios en el crecimiento económico relacionados con la pandemia. En la actualidad, las economías que dependen del turismo se resienten mucho por el cierre de fronteras y la pérdida de ingresos.

Foto: Estrategia y Negocios



"Tras dos años de crisis, la perspectiva sigue siendo frágil y la vía hacia la recuperación es lenta e incierta", dijo el Director General de la OIT, Guy Ryder. "Ya estamos observando daños potencialmente duraderos en el mercado de trabajo, junto con un preocupante aumento de la pobreza y la desigualdad. En muchos casos, los trabajadores se están viendo obligados a cambiar a un tipo diferente de trabajo, por ejemplo, en respuesta a la prolongada caída de los viajes y el turismo internacional."

Tendencias 2022 incluye proyecciones exhaustivas sobre el mercado de trabajo para 2022 y 2023. Ofrece evaluaciones de cómo se ha desarrollado la recuperación del mercado laboral en todo el mundo, refleja las diferentes estrategias nacionales para recuperarse de la pandemia y analiza los efectos en diferentes grupos de trabajadores y sectores de la economía.

Las pérdidas de empleo y la reducción de las horas de trabajo han provocado una disminución de los ingresos. En los países en desarrollo, la falta de sistemas de protección social integrales que puedan proporcionar prestaciones adecuadas para estabilizar los ingresos ha agravado las dificultades financieras de los hogares que ya eran vulnerables desde el punto de vista económico, con efectos en cascada sobre la salud y la nutrición. La pandemia ha llevado a millones de niños a la pobreza, y las recientes estimaciones sugieren que, en 2020, 30 millones de adultos más cayeron en la pobreza extrema (es decir, vivieron con menos de US$1,90 de los Estados Unidos al día en términos de paridad de poder adquisitivo) y no tenían un trabajo remunerado. Además, el número de trabajadores en situación de pobreza extrema -trabajadores que no ganan lo suficiente para mantenerse a sí mismos y a sus familias por encima del umbral de pobreza- aumentó en 8 millones.

Foto: Estrategia y Negocios



El informe de la OIT indica que, al igual que en crisis anteriores, en algunos casos, el empleo temporal sirvió para amortiguar el impacto de la pandemia. Mientras muchos puestos de trabajo temporales se liquidaban o no se renovaban, otros alternativos se creaban, incluso para trabajadores que habían perdido un puesto permanente. En promedio, la incidencia del trabajo temporal no varió.

La recuperación asimétrica de la economía mundial ha empezado a provocar efectos en cadena a largo plazo, en términos de incertidumbre e inestabilidad persistentes, que podrían desbaratar la recuperación.

Alzas de precios

El aumento de los precios de los productos básicos y los bienes esenciales, cuando los mercados de trabajo aún tienen mucho camino que recorrer hasta recuperarse, reduce significativamente la renta disponible y, por tanto, incrementa el costo de la crisis. De cara al futuro, los responsables de formular políticas macroeconómicas se enfrentan a decisiones difíciles con importantes repercusiones internacionales. Si hay indicios de expectativas de aumento de la inflación, es de esperar que se multipliquen los llamamientos para que la política monetaria y fiscal se endurezca a un ritmo más rápido. Al mismo tiempo, dada la naturaleza asimétrica de la recuperación, el endurecimiento de las políticas golpearía con mayor severidad a los hogares de ingresos bajos, lo que conlleva que habrá que prestar atención al mantenimiento de niveles adecuados de protección social. Cabe esperar que la recuperación de la demanda de mano de obra hasta los niveles anteriores a la crisis lleve tiempo, lo que frenará el aumento del empleo y de las horas de trabajo.

El lento y desigual restablecimiento de las horas de trabajo en 2021 hizo que los ingresos del trabajo se mantuvieran bajos. Como la mayoría de los trabajadores del mundo no tenían suficientes mecanismos de sustitución de los ingresos, si es que tenían alguno, los hogares se vieron obligados a gastar sus ahorros. El efecto ha sido especialmente pronunciado en los países en desarrollo, donde la proporción de población vulnerable desde el punto de vista económico es mayor y la magnitud de las medidas de estímulo ha sido menor.

Antes del comienzo de la pandemia, la proporción del empleo temporal en el empleo total había ido aumentando con el tiempo, aunque no de manera uniforme en todos los sectores y países. El empleo temporal es en gran medida estructural y se rige por la composición sectorial y profesional del mercado de trabajo; no obstante, durante las crisis, tiende a servir de amortiguador cuando los empleadores reducen la contratación de trabajadores temporales. A largo plazo, el empleo temporal puede tener consecuencias negativas sobre la productividad de las empresas debido a sus efectos en el mantenimiento del empleo, la formación y la innovación. Los trabajadores también se están viendo perjudicados por el trabajo temporal, dados la mayor inseguridad laboral y de ingresos y el menor acceso a la protección social que lleva aparejados.

Las tasas de empleo temporal son más altas en los países de ingresos bajos y medianos (algo más de un tercio del empleo total) que en los países de ingresos altos (15%). Sin embargo, la naturaleza del empleo temporal varía entre los países desarrollados y en desarrollo. En el primer caso, si bien el trabajo temporal puede servir como acceso a un puesto permanente o resultar un medio flexible y estratégico de incorporarse al mercado de trabajo y participar en él, los trabajadores temporales no gozan de seguridad en el empleo ni obtienen ingresos regulares y no siempre cumplen los requisitos establecidos para acceder a la protección social o del empleo. En cambio, para los trabajadores de los países en desarrollo, el trabajo temporal suele adoptar la forma de empleo informal, con escaso o nulo acceso a los sistemas de protección social y a la protección del empleo.

En las primeras fases de la pandemia, en los países caracterizados por un mercado de trabajo dual, el empleo informal no desempeñó su tradicional función anticíclica consistente en absorber a los trabajadores desplazados del sector formal. En muchos de esos países, los trabajadores informales tenían más probabilidades de perder sus puestos de trabajo o de verse obligados a la inactividad por medidas como los confinamientos que los trabajadores formales. Al reanudarse gradualmente la actividad económica, el empleo informal, sobre todo por cuenta propia, ha repuntado con fuerza, y muchos trabajadores del sector informal han retomado la actividad.

OIT propone ampliar y asegurar la protección de todos los trabajadores significa garantizar los derechos fundamentales en el trabajo, velar por la salud y la seguridad en el lugar de trabajo y poner en práctica un programa transformador para lograr la igualdad de género. La pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de innumerables grupos de trabajadores, incluidos los trabajadores esenciales, los informales, los trabajadores por cuenta propia, los temporales, los migrantes, los trabajadores de plataforma y los poco calificados, que suelen estar muy expuestos a las repercusiones de la crisis sobre la salud y el mercado laboral, y muchos de los cuales son víctimas de las lagunas en la cobertura de la protección social en todo el mundo.

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