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OIT: Choque de crisis globales frenó y revirtió la recuperación del empleo

El organismo advirtió que la interrelación de diversas crisis internacionales en los primeros meses del año ya ha incidido en el desempeño de los mercados laborales, situación que se deteriorará en los próximos trimestres.

2022-05-23

Por El Economista (México)

La combinación de la emergencia sanitaria por la covid-19, el aumento de la inflación, la inestabilidad financiera, la interrupción en las cadenas de suministro mundial y el conflicto bélico en Ucrania ha puesto en jaque la recuperación del mercado laboral global tras el impacto de la pandemia, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

De acuerdo con la novena edición del Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo difundido este lunes, en el primer trimestre del año se frenó la recuperación de los empleos observada en el cierre del 2021, con un retroceso que marcó un déficit de 112 millones de empleos de tiempo completo, lo que implica que la ocupación se mantiene 3.8% por debajo de lo observado antes de la pandemia.

Esta situación no se proyecta que mejore en el segundo trimestre del año, espacio en el que se espera una pérdida mayor de empleos, para llegar a un déficit de 123 millones de trabajos de tiempo completo respecto del cierre de 2019, medición previa al impacto inicial de la Covid-19 y lo que equivale a una baja de 4.2% en la ocupación a nivel global. Con este deterioro se borrarían los avances registrados en el último trimestre del año pasado.

“Los efectos de varias crisis internacionales inciden de forma muy adversa en la recuperación del mercado de trabajo a escala mundial, y han provocado un aumento de la desigualdad entre y dentro de los países”, señaló la organización en un comunicado.

Uno de los principales riesgos para los trabajadores en la actualidad es la inflación. Este fenómeno, impulsado en la actualidad principalmente por el alza en los precios de los alimentos y los energéticos, así como por las perturbaciones en las cadenas de suministro, señala la OIT, añade elementos de riesgo para la recuperación y provoca una erosión de los ingresos reales de los trabajadores.

Además, los altos niveles de inflación no permitirán que los salarios tengan un crecimiento real, lo que podría llevar a una caída significativa en la demanda agregada, poniendo en riesgo el crecimiento económico y el avance del empleo. A pesar de este entorno, el organismo destaca que el riesgo de “una espiral salarios-precios” es bajo.

Todas estas crisis internacionales, “mutuamente relacionadas”, afectarán en cierta medida el desempeño de los mercados laborales en todas las regiones en los próximos meses, con un impacto todavía incierto.

“En términos generales, las presiones inflacionistas mundiales, las perturbaciones de las cadenas de suministro mundiales, la mayor presión financiera y el endurecimiento de la política monetaria aún no han afectado plenamente a los mercados laborales de todo el mundo. A diferencia de los efectos inmediatos y directos de las medidas de paralización de las actividades por la Covid-19 sobre las horas trabajadas, los descensos de la actividad económica debidos a las perturbaciones financieras y de otro tipo generalmente se traducen plenamente en este tipo de pérdidas cuando ha pasado un tiempo. Por lo tanto, aumentan las posibilidades de mayor deterioro de las horas trabajadas a lo largo de 2022”, advirtió la OIT.

Recuperación laboral a medias

El análisis realizado por la OIT revela que, a dos años del impacto inicial de la pandemia en el mundo del trabajo, la recuperación ha sido desigual y muchas personas siguen padeciendo las repercusiones del deterioro en las condiciones laborales.

Algunos de los aspectos más notorios tras el avance del empleo en los últimos trimestres que son destacados en la novena edición del observatorio son los siguientes:

Ingresos laborales castigados. La mayor parte de los trabajadores no ha recuperado el nivel de los ingresos que percibía antes de la pandemia. En 2021, tres de cada cinco trabajadores vivían en países en los que los ingresos por trabajo no habían alcanzado aún el nivel que tenían en el cuarto trimestre de 2019.

Brecha de género más amplia. La diferencia entre la participación laboral de hombres y mujeres creció con el impacto de la Covid-19 y se mantiene alta. En el primer trimestre de 2022 la brecha de género laboral a escala mundial era todavía 0.7 puntos porcentuales mayor que el nivel registrado antes del impacto de la emergencia sanitaria. Las mujeres con empleo informal han sido las más afectadas. Con respecto al nivel de ingresos, el mayor aumento de la brecha de género se ha registrado en los países de ingresos bajos o medianos.

Sobreoferta de empleo en las naciones avanzadas. Entre el último trimestre del 2021 y el primer trimestre de 2022 se ha registrado un aumento drástico de las vacantes de empleo en las economías más grandes, lo que ha provocado tensión en los mercados de trabajo, con un creciente número de plazas con respecto a la cantidad de solicitantes de empleo. En general, en los países avanzadas, esta tensión aumento 32% en promedio.

Riesgo para el poder adquisitivo. Debido a la interrupción de la producción y del comercio que ha exacerbado la crisis de Ucrania, el aumento del precio de los alimentos y de los productos esenciales incide de forma adversa en los hogares en situación de pobreza, así como en las pequeñas empresas, en particular las que desarrollan su labor en la economía informal.

A decir de la OIT, la proliferación de diversas crisis y el aumento de la desigualdad pondrán en riesgo el avance logrado tras el impacto de la pandemia y las iniciativas para hacer más inclusivos y resilientes los mercados laborales. Esto demanda de los gobiernos políticas puntuales para mantener el poder adquisitivo de los ingresos laborales, amparar a los grupos más vulnerables y promover la creación de empleos de calidad.

“La recuperación del mercado de trabajo a escala mundial ha invertido su tendencia favorable. La suma de los efectos de varias crisis mutuamente relacionadas ha hecho que la recuperación frágil y desigual que se estaba produciendo sea actualmente más incierta. Los efectos en los trabajadores y sus familias, en particular en los países en desarrollo, van a ser devastadores y podrían repercutir de forma muy adversa en los planos sociales y políticos”, manifestó Guy Ryder, director general de la OIT. “Hoy es más necesario que nunca que colaboremos y hagamos hincapié en fomentar una recuperación centrada en las personas”.

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