Claves del día

Nuevos modelos híbridos marcan el futuro de las universidades

Las instituciones con mayor inclusión tecnológica y un modelo educativo más adaptativo tuvieron una mejor transición pedagógica, pero la mayoría logró incorporar alternativas digitales para dar continuidad a los procesos educativos y hoy los continúan aprovechando.

2022-02-02

Por Daniel Zueras, Katia Orantes, Claudia Contreras y Gabriela Melara

Las prioridades fueron muy claras durante los últimos dos años para las universidades de la región centroamericana: dar continuidad a los procesos de formación y mantener seguros a los estudiantes y docentes se volvieron los principales pilares.

La estrategia se enlazó con la creatividad, así como la incursión o el incremento en el uso de plataformas y herramientas digitales, para cumplir con el gran reto de que todas las personas tuvieran el acceso requerido. Y al parecer, no hay vuelta de hoja... el asunto es cómo reinventarse para no dejar a nadie atrás.

Desde el inicio de la pandemia las soluciones educativas basadas en tecnologías -que ya muchas universidades habían comenzado a utilizar- tomaron un puesto clave en el ecosistema educativo, permitiendo reestructurar los cursos y continuar con la educación de manera remota. Escribir en el pizarrón fue sustituido por videollamadas y clases basadas en realidad aumentada; las plataformas se transformaron a una rapidez impresionante para adaptarse a las necesidades de cada centro de formación y a las carreras que ofrecían. Recientemente, acorde con las posibilidades de cada país de la región se ha dado un lento regreso a la presencialidad, sin dejar de lado el modelo virtual. Este proceso abrió paso a un modelo híbrido.

Alicia Bárcena, exsecretaria Ejecutiva de la CEPAL, señaló en octubre pasado, en el marco del Seminario Regional de Desarrollo Social Educación en América Latina y el Caribe que la acción digital como medio para educar es una realidad y resulta necesario aprovechar esta oportunidad para repensar la formación para el trabajo, impulsar habilidades digitales y socioemocionales, como la gestión del tiempo, disciplina y motivación.

"La inclusión e igualdad deben ser el foco, por ello debemos diferenciar los programas educativos según el territorio y sector y articular la oferta educativa para brindar distintos canales con certificaciones", detalló Bárcenas.

Tiempos de retos

No fue poca cosa lo que tuvieron que afrontar las universidades en este período y los desafíos ante las medidas de contención de movilidad, el distanciamiento físico y el confinamiento. Su misión debía continuar y mantener la oferta de formación para todos sus estudiantes.

En este sentido, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señaló en su informe "La Educación Superior en tiempos de COVID-19" (producto del diálogo virtual de rectores de América Latina) que, como consecuencia de la digitalización forzada, la mayoría de las universidades digitalizaron su contenido curricular de forma acelerada y en muchos casos, precaria, reduciendo la capacidad de planificación y dificultando los canales de comunicación efectiva.

Para las universidades que ya tenían un camino recorrido en procesos de digitalización el cambio fue mucho más sencillo, pero otras entidades realmente tuvieron que ingeniárselas.

Muchas tuvieron que construir su infraestructura tecnológica, superar las brechas de acceso y conectividad de sus estudiantes y formar a los docentes para la teleeducación. Debieron hacer frente, además, a los efectos psicológicos del confinamiento que impactó la capacidad de aprendizaje y la paralización de los procesos de investigación.

Foto: Estrategia y Negocios



El BID plantea que otro de los grandes desafíos que tuvieron que afrontar las universidades fue su salud financiera. En el caso de las públicas, la recuperación económica de los países de la región implica ajustes significativos en los presupuestos universitarios, creando un gran dilema, que incluye el financiamiento de las becas socioeconómicas, determinantes para evitar la deserción.

Para las universidades privadas, la sostenibilidad se basa en el cobro de matrícula, por lo cual, la estrategia ha estado enfocada en ofrecer todas las potenciales opciones de financiamiento, becas y líneas de crédito.

Nicole Paetz, directora de la Licenciatura en Comunicaciones Integradas de Marketing de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera en El Salvador, coincidió con estos planteamientos y señaló que los efectos de la pandemia en todo el sector educativo forzaron a modificar la pedagogía para adecuarse al modelo virtual y sostener la oferta académica.

"Las instituciones con mayor inclusión tecnológica y un modelo educativo más adaptativo tuvieron una mejor transición pedagógica. Construir una experiencia positiva, en la que los estudiantes sigan desarrollándose, se basa en un ambiente de comunidad en el que docentes, gobierno académico y alumnos mantengan ideales compartidos y adaptativos, pues sin duda estamos frente a un nuevo modelo de educación y de cara al futuro, cabe pensar en un futuro mixto para el sostenimiento y avance educativo", señaló Paetz.

El BID destacó que, en este proceso impuesto por la pandemia, también hay aprendizajes de quienes han logrado hacer bien las cosas; por ejemplo, aquellos centros de formación que ya tenían plataformas digitales y ofertas virtuales o formatos híbridos.

"Algunas universidades han dedicado esfuerzos a facilitar el acceso a las clases virtuales, especialmente en las zonas rurales o con menor conectividad, generando una extensión de recursos y mitigando los casos de abandono. Entre las actividades identificadas para reducir la brecha digital se han realizado encuestas a la población estudiantil y docente que ayuden a identificar las necesidades de equip miento tecnológico", indicó el informe del BID.

Dichas resoluciones de los rectores plantean que hoy emerge un nuevo modelo de práctica universitaria que trasciende la emergencia, más allá de educación en línea hay una readecuación de la formación remota, por lo que es necesario pensar en un formato que combine lo presencial y virtual y se sostengan en el largo plazo.

Resaltan la importancia de incluir herramientas tecnológicas que faciliten la interacción digital, como inteligencia artificial, hologramas, adaptive learning y otras dirigidas a la ciberseguridad.

El cambio de paradigma educativo no pasa únicamente por el modelo para impartir lecciones, sino también en la urgencia de una recomposición de las profesiones que se ofrecen.

"Cada institución educativa ha enfrentado sus propios retos y oportunidades, la mayoría coincide en que los desafíos son reducir la brecha digital y la diversidad de contextos de los entornos de aprendizaje; preparar a los docentes en el diseño de experiencias de aprendizaje flexibles para diferentes modalidades; así como encontrar un balance entre calidad, impacto y costo de la integración de las tecnologías para el aprendizaje. En nuestro caso, ya contábamos con un sistema electrónico y plataformas académicas para la gestión de los aprendizajes y rápidamente logramos una transición para impartir educación a distancia o virtual", señaló Roberto Moreno Godoy, rector de la Universidad del Valle de Guatemala.

La adaptabilidad de las universidades

"Sin duda la educación superior enfrenta grandes desafíos, lo importante es tener la flexibilidad para ejecutar los cambios que permitan que la educación no se detenga", comentó a E&N la rectora de la Universidad Latina de Costa Rica, Rosa Monge Monge.
Según explicó, en su universidad lograron una transición muy exitosa al inicio de la pandemia y actualmente se preparan para asumir la nueva realidad con el apoyo de la tecnología y el rediseño paulatino de sus planes de estudio.

Foto: Estrategia y Negocios

En la ULatina las ofertas online se han consolidado en públicos más específicos y con estudiantes de mayor edad, por lo tanto, se encuentran en un proceso de atender las necesidades de este sector que busca actualización y formación continua.

A través de su Centro Internacional de Posgrados, Ulatina Online lanzó nuevos programas dirigidos a campos de alta competitividad, diseñados para profesionales que buscan estudiar en donde estén y a la hora que lo requieren. "El mundo cambió, la forma de aprender y la demanda laboral cada vez es más competitiva y cambiante. La educación requiere una evolución constante, las personas buscan actualización profesional y la adquisición de nuevos conocimientos, habilidades y mejora de actitudes para estar preparadas ante los nuevos retos que presenta el mercado de trabajo", dijo Monge.

Este centro de formación superior continuó el fortalecimiento de la plataforma tecnológica y campus virtual e incursionaron en el uso de laboratorios especializados, simuladores y realidad virtual, sistemas en los que han puesto su foco de inversión.

La Escuela de Comunicación Mónica Herrera también se aventuró en nueva oferta dirigida a responder a las necesidades de la comunidad educativa, en medio de los efectos de la pandemia. Marisela Avalos, directora de la Licenciatura en Diseño Estratégico explicó que asumieron el cambio como una oportunidad clave para demostrar la forma en que diseñan soluciones; por lo cual trabajaron en el rediseño de los servicios esenciales de la institución, aprovechando los canales digitales para comunicar y vivir los valores de la entidad.

Implementar un nuevo modelo educativo y tener una oferta semipresencial les ha permitido explorar nuevas oportunidades en la región y llevar su experiencia educativa basada en competencias a un formato virtual.

La Universidad del Valle lanzó dos nuevas escuelas durante la pandemia: la Escuela de Diseño, Innovación y Arte (Design, Innovation, and Arts) y la Escuela de Negocios (Business and Management School). Ambas son parte de la visión de construir un ecosistema de innovación y emprendimiento que ponga la ciencia, tecnología y la educación al servicio de la sociedad. "La pandemia fue un momento de inflexión para muchas instituciones, sin importar el nivel de enseñanza. La necesidad de la virtualidad y de atender a los estudiantes y docentes, aceleraron los procesos de transformación, como también invitaron a la revisión de las metodologías de enseñanza-aprendizaje", concluyó el rector Moreno.

Pasos a seguir

El informe del BID "La Educación Superior en tiempos de COVID-19" plantea que es necesario avanzar hacia:
1 Esfuerzos en el desarrollo de semestres académicos que sean a distancia.
2 Desarrollo de protocolos de bioseguridad
que contemplen el regreso a la presencialidad, incluyendo sanitizadores en entradas de las aulas, protocolos de limpieza en aulas y espacios comunes, lectores de temperatura, restricciones en el acceso a las instalaciones y montaje de cámaras en salones para transmitir teleconferencias.
3 Continuar con la formación de las competencias digitales de los profesores.
4 Desarrollar nuevos mecanismos de evaluación que se alineen con las necesidades de la teleeducación.
5 Impulsar dinámicas de movilidad virtual para los docentes y estudiantes.

Nuevos modelos

Con el relajamiento de medidas en diversos países, muchas universidades han comenzado el regreso progresivo a la presencialidad, pero sin dejar de lado las alternativas virtuales, pues aún se mantiene un ambiente de incertidumbre sobre lo que sucederá.

La Universidad de Costa Rica (UCR) se ha planteado de cara a una nueva normalidad un esquema mixto, entre los presencial, remoto e híbrido y está en proceso de hacer diversas pruebas para definir las mejores tecnologías que quedarían de manera permanente. "Realizamos una investigación para la propuesta de escritorios virtuales remotos estudiantiles, que incluyan el software VDI (Virtual Desktop Infrastructure), además de salones de clases híbridos con micrófonos ambientales y cámaras que no pierdan de escena al docente.

También, optimizamos la plataforma de mediación virtual y estamos en el proceso de migración a la nueva versión que permitirá aprovisionar nuevos servicios en la plataforma de LMS (Learning Mangement System) institucional", detalló el rector.

La UCR ha planteado para el I Ciclo Lectivo del 2022 que iniciará a finales de marzo próximo el regreso a la presencialidad en sus campus, excepto aquellos que se considere que puedan mantener las características bimodales o virtuales.

Coincidente con este criterio, Marlon Brevé, rector de la Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC) de Honduras señaló que en estos momentos el principal reto es lograr la reapertura semipresencial y gradual, siempre manteniendo protocolos de bioseguridad, y garantizando aulas y espacios de aprendizaje con suficiente distanciamiento.

"En nuestro caso es probable que para el 2022 mantengamos muchos de los programas que ofrecemos bajo la modalidad de teledocencia, con la opción de cursar asignaturas presenciales, pero de forma voluntaria", indicó Brevé. Por su parte, la Universidad Latina está trabajando en opciones híbridas para el estudiante tradicional y en aquellas carreras que tienen un alto componente práctica, en las que se requiere mayor apoyo y acompañamiento del docente.

La Universidad del Valle de Guatemala implementó varias fases de un plan piloto para el regreso seguro y progresivo de los estudiantes a los campus, con lo que definieron buenas prácticas y sistemas de monitoreo. En 2021 los laboratorios se realizaron de manera presencial y las clases teóricas con actividades de aprendizaje activo en formato híbrido, y esperan para 2022 continuar trabajando en este formato.

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