Por: elpais.com / Panampost
México se ha convertido en un aliado fuerte de Estados Unidos en materia de migración. Ha expulsado del país en el último año a más inmigrantes que su vecino del norte, 107.814 (unos 2.000 a la semana) frente a 70.448 según el Migration Policy Institute (MPI). Muchos de los guatemaltecos, hondureños y salvadoreños que hubieran llegado a la frontera hace dos años, están siendo interceptados por las autoridades mexicanas. Las detenciones se han aumentado en un 25% desde que se activó el año pasado el Plan Frontera Sur, una medida gubernamental que ha garantizado más deportaciones, pero que ofrece pocas garantías sobre lo que ocurre con los que se ven obligados a regresar.
El pasado viernes 9 de octubre, autoridades mexicanas encontraron a 41 inmigrantes centroamericanos que se encontraban en una casa en el municipio norteño de Cerritos, los cuales posteriormente fueron puestos a disposición de las autoridades del Instituto Nacional de Migración.
En agosto, las autoridades mexicanas presentaron el Plan Frontera Sur, el cual según Humberto Mayans, coordinador para la Atención Integral de Migración de dicho programa, prevé evitar que los migrantes centroamericanos aborden el ferrocarril llamado "La Bestia" y pongan en riesgo su seguridad. Pero con este plan realmente han aumentado en 25% las detenciones y en 200% los controles migratorios.
"La Bestia" es un tren que atraviesa México y pasa por los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Campeche; es el medio de transporte más conocido que abordan los inmigrantes en la búsqueda de lograr "el sueño americano".
El Plan Frontera Sur comenzó a implementarse en 2014 una vez que Estados Unidos y México acordaran enfrentar las migraciones tras una grave crisis que llevó a miles de menores centroamericanos a cruzar solos la frontera.
Ante esta situación en septiembre, el Instituto de Política Migratoria publicó un informe en el cual afirma que es necesario lograr una política de integración; y exhortó a los países miembros del Triángulo Norte a diseñar políticas migratorias de protección humanitaria que permitan mejorar la calidad de vida y facilitar la reinserción de los deportados.
El informe reflejó también que la mayoría de los expulsados son hombres jóvenes con bajos niveles educativos; la mayoría de ellos con experiencia en trabajos poco cualificados. Casi 40% de ellos se encontraban desempleados al menos en los 30 días previos a emprender su viaje.
"Represión feroz"
En junio de 2015, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto señaló que las medidas emprendidas en México en materia de migración han permitido que el país se acerque a una tasa neta de 0% de inmigración ilegal.
Pero el diario norteamericano The New York Times (NYT) publicó un artículo en el que afirma que Estados Unidos está pagando a México millones de dólares con el fin de emprender una "represión feroz" contra los migrantes centroamericanos.
Sonia Nazario, periodista galardonada por el Premio Pulitzer, seguró en el NYT que "Estados Unidos ha dado decenas de millones de dólares a México durante el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, para impedir que estos migrantes lleguen a la frontera a solicitar asilo".
La periodista afirmó que a partir de julio de 2014, México redirigió a entre 300 y 600 agentes de inmigración a los estados sureños del país, y estos han llevado a cabo "más de 20 mil incursiones en los trenes de carga donde viajan los migrantes, en las estaciones de autobuses y en hoteles".
Dijo además que a las personas detenidas por funcionarios de migración se les permite pedir asilo, pero durante el tiempo de espera, permanecen encerrados en cárceles "donde las ratas deambulan durante el día y los gusanos infestan la comida que los migrantes reciben". Agregó que solo el 20% de los que sufren estas vivencias logran conseguir el asilo solicitado.
En mayo de 2015 se difundió un polémico video a través de las redes sociales, en el cual presuntamente autoridades migratorias mexicanas maltrataban sin piedad a un inmigrante hondureño discapacitado. Tanto el Instituto Nacional de Migración (INM) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) abrieron investigaciones por un presunto acto discriminatorio.
Adicionalmente a los presuntos malos tratos que reciben por parte de las autoridades mexicanas, muchos de los inmigrantes también son víctimas de delitos graves como el secuestro, la violación, y la privación a la vida. De acuerdo con la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes, la mayoría de estos abusos han quedado impunes.
