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María Botazzi, hondureña al frente de investigación de vacuna contra el coronavirus

El Centro de Desarrollo de Vacunas del Baylor College of Medicine en Houston, que codirige la científica hondureña, necesitará año y medio para tener la vacuna que podría ser la respuesta al coronavirus.

2020-02-26

Por La Prensa de Honduras

María Elena Bottazzi, graduada en Microbiología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah, 1989), junto con su colega Peter Hotez, codirigen un equipo de casi 30 personas enfocadas en el desarrollo de vacunas para enfermedades tropicales y emergentes como el coronavirus.

En 2011, el Centro de Desarrollo de Vacunas recibió fondos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos para desarrollar una vacuna contra el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, por sus siglas en inglés), causado por el coronavirus.

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Procesos

Tras recibir los fondos, el primer paso, en caso de desarrollar la vacuna, será ponerla a prueba en una cepa de coronavirus que existe en la Universidad de Texas en Galveston para ver si da los resultados esperados.

Esa vacuna fue desarrollada cinco año después y manufacturada con un consorcio para ser utilizada en estudios preclínicos y clínicos, pero en ese mismo 2016, la importancia del SARS había disminuido y el equipo no logró concretar los fondos después de su producción.

Foto: Estrategia y Negocios

Ahora, el nuevo coronavirus, que comenzó en diciembre en la ciudad china de Wuhan, provincia de Hubei, se ha extendido a más de 30 países y su código genético es bastante similar al SARS.

"Proponemos que la vacuna que ya tenemos en nuestros freezeres y que fue desarrollada para el virus del SARS-1, posiblemente tiene la capacidad de proteger aunque sea parcialmente el virus que está corrientemente circulando en las poblaciones", comentó Bottazzi en entrevista a Diario LA PRENSA.

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Para lograr que los experimentales almacenados en el congelador del Centro de Desarrollo de Vacunas pasen a ser el mejor candidato para detener la propagación del nuevo coronavirus, los investigadores requieren de financiación.

De lograr los recursos económicos, es cuestión de seis a nueve meses para que el equipo consiga el permiso para poder empezar a tener estudios clínicos, que llevan un año para hacer todo el perfil de seguridad y al mismo tiempo, se desarrollan técnicas para evaluar la potencial efectividad, a través de estudios de laboratorio in vitro.

"De aquí a año a medio pudiéramos tener una respuesta para determinar si esta vacuna puede ser utilizada en poblaciones de alto riesgo", dijo Bottazzi.

El objetivo de los investigadores es dar prioridad a las poblaciones de alto riesgo, es decir, quienes trabajan en hospitales, los proveedores de salud y las poblaciones mayores de edad.

Foto: Estrategia y Negocios

Las investigaciones están realizándose en colaboración con la Universidad de Texas y en constante comunicación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), entidades gubernamentales de Estados Unidos y grupos de investigadores en diferentes países asiáticos.

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"Tiene que ser un esfuerzo global, donde también podemos compartir nuestros resultados y otros compartan los resultados de ellos. Por nuestra parte, estamos poniendo en dominio público nuestras publicaciones y dando entrevistas para que todos sepan que está haciendo cada grupo y así tener una respuesta más concertada y organizada", agregó Bottazzi.

Para la científica, la población hondureña debe tener confianza en las entidades nacionales de Salud, "que hacen muy buen trabajo", a la vez de instar a mantener la calma, informarse a través de los canales oficiales y sobre todo, prevenir, con acciones simples como lavarse las manos, evitar lugares concurridos y en caso de gripe, reposar y buscar atención médica.

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