Claves del día

Insípido debate presidencial

Esta contienda electoral será recordada como la más desaborida de todas las ocurridas en EE.UU. El respeto del proceso se ha convertido en un tren descarrilado rumbo a un desierto sin posicionamiento global satelital (GPS).

2016-10-21

Por: Daniel Suchar Zomer*

Los Estados Unidos tendrán, a mediados del mes de noviembre un nuevo giro político pues sus contendientes de mayor popularidad significan una ruptura de lo tradicional en el país de las barras y las estrellas.

Por un lado, la longeva carrera política de la Secretaria Hillary Clinton que apunta ser la primera dama en ocupar el máximo puesto en la nación yankee versus el magnate inmobiliario Donald Trump; quien sería el primer "mortal" sin vena política en sentarse en la Casa Blanca. Definitivamente, dos personajes que a ciencia cierta, brindaran una incertidumbre al futuro de ese país.

Pero también, esta contienda electoral será recordada como la más desaborida de todas las ocurridas en dicha nación. Desde que se añadieron los debates presidenciales en los procesos de sufragio público, los futuros votantes tienen a su disponibilidad de escuchar a todo volumen y a full color, las propuestas de los candidatos y a partir de allí, poder alinearse con alguna de las alternativas. Pero en esta ocasión, el respeto del proceso se ha convertido en un tren descarrilado rumbo a un desierto sin posicionamiento global satelital (GPS).

Primeramente, en temas económicos hubiese sido más interesante entender las justificaciones de Donald por aumentar a $10 el salario mínimo por hora frente a los $15 que propone la dama Clinton. Prefieren los candidatos "sacar trapos sucios" sobre temas banales que no afectan en nada el desarrollo social y ni en lo económico de los "gringos".

Cuando se esperaba con entusiasmo las explicaciones contrarias sobre los tratados de libre comercio, donde el magnate ofrece revisar y hasta la posibilidad de eliminarlos; Hillary menciona el fortalecimiento de los mismos. Pero ninguno de los dos pudo brindar sus argumentos y sus proyectos a futuros basados en dichas opciones. Prefieren entablar una discusión sobre el tema de ejecución en la guerra civil en Siria, donde ambos demostraron su habilidad de poder hablar por minutos sin decir absolutamente nada.

Mientras Trump menciona su estrategia fiscal de bajar los impuestos de renta desde un 35% hasta un 15%, para poder atraer las empresas foráneas y frenar la salida de las nacionales; la esposa del ex presidente Bill solo destaca la ayuda en "alivios de tributos a pequeños negocios"; pero sin mencionar ninguna cifra en particular. La típica promesa política debería ir justificada de forma mas profunda y concisa, pero fue mas importante saber el tono de voz con que Donald habló en su "Locker Room" (tras vestidores) o si las mujeres que denunciaron al ex jerarca fueron maltratadas por Hillary en su momento.

Por otro lado, la palabra "Nacionalismo Americano" es utilizado por ambos candidatos, cada quien en lo suyo; los espectadores quedaron totalmente perdidos porque mientras veían los debates, ninguna opción política explica la diferencia entre los US$ 10.000 MM que quiere invertir Hillary en su "Made it in America" (sin saber de donde los va a sacar ) frente al modelo proteccionista de Trump, argumentando la atracción de empresas que se encuentran fuera de las fronteras para que vuelvan a producir en suelo norteamericano. Esto último hace más sentido cuando el magnate expresa su cambio en su política arancelarias (subir a un 35%) productos provenientes de su vecino México.

Como ambas opciones están defendiendo "su parte", Trump posee una visión más de negocios y Hillary enfocada en la política tradicional. La manera de expresar de la dama se llena de palabras más sensatas, conservadoras y hasta mesurada al hablar, frente a la forma de manejarse Donald en su vida de negocios. Un hombre más agresivo, con experiencia a conseguir objetivos financieros y económicos, enfocado en sacar adelante a las empresas más que a sus colaboradores. Por eso, en sus propuestas se menciona en re potenciar la industria petrolera, no invertir en energías verdes por su elevado costo y promover la energía nuclear, mientras que en la acera del frente, la graduada de Derecho de Yale no ha podido más que ofrecer que las empresas compartan mayores ganancias con sus empleados pero sin decir el cómo hacerlo. Pero lo que si queda claro es que la pelea del debate en vez de aclarar esta explicación al votante, también incluyó saber explícitamente que fueron 33.000 correos electrónicos que borraron, que existe una Miss Piggy o que hay posibilidades de fraude en estas elecciones. Nada que ver con lo que interesa saber para el futuro elector.

En temas de inmigración se centra en "el fulano muro" con los mexicanos y quién lo pagará. Trump protege a su nación chequeando el flujo de refugiados alegando un Caballo de Troya en Europa y de allí, los atentados en países del viejo continente; mientras que la Secretaria se ampara en una reforma migratoria para legalizar una gran cantidad de personas que llegaron por su "sueño americano". En temas del enfoque de seguridad nacional con base en el tema de la guerra en Medio Oriente (Siria y Estado Islámico), mejor debatir sin tantos rodeos ni tanta habladera de "hierba seca". De hecho, hubiese sido mucho mejor que se explicaran estas propuestas en vez de estar centrados en si Bill Clinton tuvo amantes o si Trump utilizó acero Chino para levantar sus edificios en Las Vegas. Como si un país se fuese a redefinir por esas banalidades de niños.

En temas de Educación, Trump se apalanca en impedir una burocracia federal eliminando el Departamento de Educación, permitiendo que sean tomadas las decisiones a nivel local; mientras que Hillary se va mas por la protección de la criminalidad infantil y juvenil con un monto que supera los US$2.000 millones, nuevamente, sin saber de dónde los ira a sacar. Un tema tan importante en la primera potencia mundial sería interesante debatir si no fuera porque la prioridad del debate es insultar "face to face" al contrincante, diciendo una gran cantidad de mentiras cayendo en un aburrimiento total desviando la atención de los votantes.

Tres debates Tres momentos históricos que ninguno de los candidatos tuvo la habilidad de ofrecer al elector una visión y un panorama claro y conciso del futuro de su país. Se perdieron las oportunidades que ofrecen la televisión y las redes sociales para dejar bien acomodadas sus estrategias pero se desperdiciaron esos minutos y segundos, pues el respeto al contrincante se perdió a lo largo de los debates. Los insultos, las historias, las calumnias y los ataques entre Hillary y Donald pasarán a la historia como la ronda de debates más insípidos que se haya conocido.

*Analista Económico. Profesor Universitario.

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