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Guatemala y Costa Rica tienen los combustibles más caros de Centroamérica

Los precios de los combustibles están en constante alza, pero a nivel centroamericano, los consumidores guatemaltecos y costarricenses son los que más pagan por estos productos.

2022-05-18

Por Prensa Libre

Independientemente de que se encuentre en vigencia la Ley de Apoyo Social Temporal a los Consumidores de Diésel y Gasolina Regular, los precios de los combustibles continúan en alza cada semana, como se evidenció este martes, cuando la gasolina regular tuvo un nuevo aumento de Q1.86 por galón y ya sobrepasó los Q40 en todo el país.

Lo mismo ocurre con el galón de gasolina superior, cuyo precio promedio se ubica en alrededor de Q43.50 y el de diésel, en Q35, que fue el único carburante cuyo costo reflejó una disminución de Q3.50

Estos costos colocan a Guatemala como uno de los países con los precios más altos en la región: la gasolina súper, US$5.64; la regular, US$5.23; y el diésel US$4.61. Para mitigar el impacto en los bolsillos de los consumidores, el Legislativo aprobó un subsidio de Q2.50 para el galón de regular y de Q5 para el de diésel, lo que le costará al Estado Q750 millones, pero los consumidores siguen pagando cada vez más.

Y en Costa Rica, el otro país con los precios más caros, el súper cuesta US$5.72; la regular, US$5.60; y US$5.44 el diésel, a pesar de las medidas que ha tomado el Gobierno para minimizar los incrementos.

Medidas en la región

El Salvador es el país centroamericano que tiene los precios más bajos, pues la gasolina súper cuesta US$4.29; la regular, US$4.13, y el diésel, US$4.12, precios que se han mantenido, debido que la Asamblea Legislativa aprobó una ley que establece un subsidio que congela los precios hasta el 31 de mayo.

En Honduras, a pesar de que el gobierno subvenciona el 50% de las alzas del diésel, los precios han aumentado. La gasolina súper vale US$4.58; la regular, US$4.63; y el diésel, US$5. Varios líderes de ese país, con el fin de mitigar los efectos, proponen desde la reducción de los impuestos sobre combustibles y ganancias de la industria hasta la instauración del sistema de restricción de circulación vehicular.

En el caso de Nicaragua, el Ministerio de Energía y Minas, y el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), indicaron en una declaración conjunta que el Gobierno asumirá “con sus recursos” el 100 % de los “incrementos correspondientes a la semana del 15 al 21 de mayo” (medida que se ha aplicado desde hace dos meses), por lo que en este país, la súper tiene un precio de US$5.18; la regular, US$5.06; y el diésel, US$4.57.

Guatemala y Costa Rica tienen los combustibles más caros de Centroamérica

Varios factores

Consultados acerca de que en Guatemala se tenga uno de los mayores precios de la región, analistas opinan que influyen varios factores.

Jorge García Chiu, consultor y exministro de energía y minas, menciona que incluso antes de la crisis actual, la diferencia depende en especial de los subsidios que cada país ha autorizado, ya que el precio internacional es el mismo porque son los mismos importadores, además del efecto de los impuestos por galón. “En la actual coyuntura se observa un comportamiento más pronunciado, ya que El Salvador quitó dos impuestos y puso subsidio de Q5 por galón, mientras que en Guatemala se mantienen los dos impuestos y el subsidio solo es para gasolina regular y diésel de Q5, además de que las autoridades decidieron pagarlo a los importadores”. A su criterio en el país una opción sería reducir los impuestos temporalmente ya que considera que “ahorita la única diferencia son los impuestos que tiene cada país”.

Respecto a los costos de fletes, tomando en cuenta la cercanía de Guatemala con Estados Unidos, que es el proveedor de la región, García cree que no influye porque podrían ser pequeñas diferencias entre países, y que afecta poco en el precio del galón.

Abelardo Medina, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), lo atribuyó a condiciones del mercado nacional y a falta de controles del Ministerio de Energía y Minas (MEM) y de las autoridades correspondientes. “Aunque las importadoras, gasolineras y distribuidoras de combustibles prácticamente son las mismas en toda la región, en algunos países los precios de los combustibles suben más o son más volátiles que en otros, porque son monopolios u oligopolios y se ponen de acuerdo para manejar los precios, aunque en algunos países hay mayores controles que en otros”.

Añadió que el extremo más grande de control que hay en la región centroamericana en la actualidad es en El Salvador y aunque los precios han subido porque no puede evitarse el alza internacional, dicho incremento ha sido menor, mientras que en otros países como Honduras y Guatemala, ese nivel de precios aumenta más rápido porque no hay control por parte de las autoridades.

Medina aclara, sin embargo, que no se trata de fijar precios sino de verificar que el margen de ganancia de las compañías gasolineras siga relativamente estable.

El segundo factor, que el analista llama “elemento colateral” es que en países como Guatemala ese sector no trabaja en función de un sistema de inventarios disponible, sino en relación del precio o valor esperado del mercado. “No lo ven en función de cuánto entró antes de producto, sino de cuánto le va a entrar con el nuevo producto de reposición, para obtener más ganancias”. Y concluyó con que los impuestos no ocasionan el cambio volátil del precio.

En el 2018, la Gremial de Empresas Importadoras de Hidrocarburos (GEIH), expuso que en el país no han existido acuerdos de precios de combustibles entre las empresas sino la similitud de los valores se debe al paralelismo de precios que se generan por la competencia en el mercado. Los comentarios se brindaron después de constantes señalamientos en varias bancadas en el Congreso y de que el MEM abriera varios expedientes para investigar la situación.

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MEM: Mercados más pequeños

Sobre el particular, el ministro de Energía y Minas, Alberto Pimentel, se refirió recientemente a los precios en El Salvador, señalando que en ambos países se reflejan las condiciones de los mercados internacionales, así como la posibilidad de cada gobierno para apoyar temporalmente a la población con subsidios o la disminución de impuestos como lo hizo el país vecino.

“Creo que esas comparaciones son difíciles de realizar y hay que entender que El Salvador tiene un mercado más pequeño que el de Guatemala y consumen alrededor de la mitad de combustible que nosotros. En nuestro caso, la medida (del subsidio) ha funcionado y los guatemaltecos lo estamos viviendo. Sé que estamos pagando precios caros, pero serían más altos sin el subsidio”.

Funcionarios de la cartera agregaron recientemente que El Salvador tiene un plazo más largo, de aproximadamente 10 días, para realizar a evaluación de inventarios por lo que los cambios al alza y a la baja también toman un plazo mayor para reflejarse en los precios al consumidor.

“Mientras que El Salvador suspendió dos impuestos, en subsidio destina Q322 millones mensuales para una población y consumo menor. Mientras que Guatemala mantiene el impuesto a la distribución de petróleo por galón, y el 12% de IVA sobre el precio”, explicó.

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“Faltan controles”

El diputado Carlos Barreda, del Grupo Parlamentario de Oposición, indicó que las alzas se siguen dando en el país porque el subsidio está mal diseñado, aparte de que no se han establecido controles para lo que el consumidor paga por los carburantes. Esto, a pesar de que se han entregado Q750 millones de quetzales (para financiar el subsidio), “lo que no se ha visto reflejado en una reducción de los precios”. Agregó que lo ideal sería establecer un precio fijo y que los incrementos se vayan deduciendo del monto del subsidio para que el costo de cada galón se mantenga estable. Añadió que otra opción sería priorizar el uso del Transmetro, dándole un subsidio directo para evitar un incremento en el precio del pasaje.

“Podría aprobarse también un incremento al salario mínimo o dar una bonificación incentivo para recuperar la capacidad adquisitiva de los guatemaltecos y que la inflación por el encarecimiento de los combustibles no minimice sus ingresos y ponga en riesgo su estabilidad económica”, expresó.

Explicó que la diferencia de precios en comparación con el resto de Centroamérica es consecuencia de un monopolio que existe en el país, ya que hay una empresa que controla más del 60% del mercado y son ellos quienes imponen el precio.

“Habría que buscar alternativas; entre ellas, importar combustibles al por mayor. Para minimizar el problema se requiere de una mesa técnica y voluntad por parte de los ministerios de Economía y Energía y Minas, pues el subsidio se volvió un negocio y no una herramienta para ayudar a la población”, concluyó.

Por su parte, el economista y exministro de Finanzas Públicas, Julio Héctor Estrada, explicó que el petróleo se ha mantenido estable, pero el costo de la gasolina refinada ha subido en Estados Unidos, lo que ha provocado que en Guatemala y el mundo entero, los precios de los combustibles aumenten.

“Reducir el consumo de combustibles; subsidiar directamente a la gente; recuperar el transporte público; y viabilizar el trabajo en casa, serían buenas soluciones para apoyar a los guatemaltecos ante esta crisis”.

Y recordó que por tratarse de un problema a nivel internacional debido al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, no se deben tomar medidas para un mes, sino para dos años, porque este problema continuará.

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