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Guatemala: Crisis internacionales causan problemas de abastecimiento

Guatemala, como otras economías en desarrollo, depende de las importaciones para asegurar su proceso productivo, pero el conflicto y las dificultades logísticas ya alteran la estabilidad de las proyecciones de negocios para 2022 y 2023.

2022-04-17

Por Prensa Libre

El conflicto internacional entre Rusia y Ucrania que ya data desde febrero, está reconfigurando las adquisiciones de materias primas o insumos para las operaciones de muchas empresas en Guatemala a lo que se suma la incertidumbre por la escasez de contenedores para el transporte de mercaderías.

Debido a que en los últimos dos meses se ha registrado un drástico cambio en las modalidades de compra y venta de diversos productos en el exterior, las líneas productivas a escala global han resultado afectadas, pues por ejemplo, en Europa ha cambiado la matriz energética a una producción más verde para no depender del gas que se produce en la zona de conflicto. Eso incide en Centroamérica, principalmente en actividades productivas que utilizan el acero.

En el caso de las fábricas europeas de acero que producen varillas y otros productos, sus costos también resultan perjudicados por la limitación y abastecimiento del gas de Rusia, así como el riesgo que algunas plantas puedan cerrar temporalmente o a ciertas horas, al no contar con suficiente energía para producir.

Eventualmente, esta situación tendrá un impacto por el lado de la oferta para los mercados centroamericanos, que podría reflejarse en escasez y aumento de precios. “Productos que ya estaban negociados para entregar en los siguientes meses, posiblemente no vengan a tiempo”, indicó, pues para que un barco con acero ingrese a la región, la carga debió negociarse tres meses antes, por lo que será necesario buscar producto en otros países.

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Por lo pronto, solo en las últimas semanas se observó un encarecimiento de la varilla de hierro para la construcción de entre 12% y 15% en la región, lo que podría frenar actividades relacionadas con la construcción, que ya se venía recuperando de la pandemia. En cuanto a la industria de alimentos, lo mismo ocurre en las plantas europeas que fabrican nutrientes y fertilizantes para la agricultura, lo que afecta a la industria local de procesamiento de comida para humanos y animales. Es más, los costos de importar fertilizantes se han incrementado hasta tres veces, lo que tendrá un impacto en el consumidor al momento de comprar verduras o en los productores de café.

“En algunos casos, los productores deberán evaluar los costos de los insumos para sus siembras, pero es inevitable un encarecimiento de la canasta básica”, advirtió el consultor empresarial René Muñoz Barnoya.

El efecto podría presentarse en el segundo semestre, por las variaciones en los precios de las materias primas, aparte que se duplicaron los costos del transporte marítimo, situación que no está en manos de los importadores locales. “Y es muy difícil que se pueda observar una disminución de tarifas en lo que queda del año”.

Diversificar proveedores

Trevor Estrada, académico e investigador en temas financieros, aseguró que ante esta coyuntura, los agentes económicos deben continuar con la producción de sus bienes y ofrecerlos mientras haya demanda.

Además, identificar a más proveedores para valorar opciones ante el encarecimiento de sus insumos. Sobre los contratos a futuro y los márgenes de negociación con proveedores internacionales, recomendó buscar otros canales de distribución, ya que estas negociaciones dependen del comportamiento del mercado internacional y no necesariamente de un oferente. Eso significa que no se puede tener una injerencia directa en los mercados a futuro, sino en las grandes compras. Y una manera de mitigar el riesgo y su dependencia es el cierre de contratos bilaterales directos.

“Eso dependerá mucho de la especulación en los mercados en materias primas y de ahí se definirán muchos de esos espacios. Por eso hay que hacer inteligencia si existen en otros mercados que no necesariamente se colocan en bolsa o mercados a futuros”.

Entonces, la clave está en buscar contactos con otros socios comerciales que puedan garantizar el despacho de insumos y mercaderías, considerando que puede haber un riesgo de especulación por la situación de contexto internacional.

No magnificar “el ruido”

Edwin Matul, exgerente general del Banco de Guatemala, aseguró que a las previsiones de inicios de año se les ha incorporado “mucho ruido” y se habla de impactos en los alimentos, debido a que Rusia y Ucrania son importantes productores de cereales y metales que utiliza la industria.

Pero a su juicio, el conflicto está en un impasse y no se sabe cuánto puede durar, por lo que por ejemplo, los precios de los combustibles se han venido suavizando. “Si bien el comercio entre Guatemala y Ucrania es muy bajo, el impacto sería indirecto por el lado de los precios, pero es un tema manejable y no tan preocupante.

En cuanto a la reacción de los precios internacionales, Matul aseguró que en los precios spot se incorporan las expectativas y es la incertidumbre de cuánto puede costar una materia prima en determinado tiempo y las diferencias entre el precio actual y a futuro depende de “qué tanta positividad o negatividad” haya en el mercado.

No al pánico

En síntesis, ante la coyuntura actual los expertos recomiendan adoptar una serie de medidas e inteligencia de negocios, ya que esta situación va a tener efectos en la logística mundial, y encontrar otros países donde hay oferta de materias primas.

En el caso del petróleo, el impacto es en toda la cadena logística, y hay que estar a la expectativa sobre las variaciones que se han reportado en los últimos días, diferenciando entre los números y la especulación a escala global, para reaccionar y cerrar los negocios.

“No hay que caer en pánico ante la escalada de precios, sino identificar y adaptar las fortalezas en los negocios a nivel nacional e internacional”.

En 2021, las importaciones totales de Guatemala se situaron en US$26 mil 606 millones, superiores en US$8 mil 399 millones respecto al 2020 (46%) cuando se situaron en US$18 mil 206 millones, según el reporte de la banca central.

La variación positiva estuvo influenciada por el comportamiento positivo observado en materias primas y productos intermedios para la industria, combustibles y lubricantes.

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