Claves del día

COVID-19 redujo las exportaciones de prendas de vestir de Centroamérica a EE.UU.

Honduras y El Salvador son los países más afectados, pero el sector empieza a cobrar empuje a raíz de que aumenta la demanda en EE.UU.

2020-10-25

Por Roberto Fonseca, estrategiaynegocios.net

Las exportaciones del sector textil vestuario centroamericano hacia Estados Unidos, principal mercado de destino, aumentaron en los meses de junio y julio con la reapertura económica en las principales ciudades de ese país, sin embargo todavía están lejos de alcanzar los niveles de venta del año anterior, confirman las cifras oficiales de la Office of Textiles and Apparel, del Departamento de Comercio de EE.UU.

En el caso de Honduras, principal exportador de textiles y vestuarios en la región, los envíos a Estados Unidos aumentaron de US$27.6 millones en mayo a US$74.0 millones y a US$153.6 millones en junio y julio del presente año, respectivamente, de acuerdo a las cifras de OTEXA. No obstante, en julio del año pasado, los envíos alcanzaron la cifra de US$268.7 millones, lo que representa una caída del 42,8% con respecto al mismo periodo de 2019.

En El Salvador se registra el mismo fenómeno. Las exportaciones de textiles y vestuarios crecieron de US$14.2 millones en mayo del presente año a US$24.5 y a US$122.3 millones en junio y julio, respectivamente. Pero, de nuevo, están muy por debajo (-39,7%) de los US$203 millones registrados en julio del 2019.

A su vez, en Guatemala, las exportaciones del sector mejoraron de US$67.8 millones en mayo a US$87.5 millones y a US$109.7 millones en junio y julio, respectivamente,
pero todavía no alcanzan los US$135.1 millones registrados en julio del año anterior.
Lo mismo se observa en el caso de Nicaragua, país donde las exportaciones del sector mejoraron de US$62.3 millones en mayo a US$82.4 millones y a US$114.5 millones en junio y julio, respectivamente. No obstante, sigue por debajo de los US$174.1 millones registrados en julio del año anterior.


"El impacto ha venido a golpear a todo el sector textil a nivel mundial. En algunas regiones más que en otras. Pero ha demostrado ser un sector fuerte, vivo y estratégico", comentó a E&N Yusuf Amdani, CEO Grupo Karim´s, uno de los actores más importantes del sector textil vestuario en Centroamérica y a nivel global.

Entre enero y julio del presente año, según OTEXA, la reducción en las exportaciones de Honduras corresponde a -46,5% con respecto al año anterior, al descender de US$1.582.818 millones a US$845.511 millones.

"Esta crisis del COVID-19, desafortunadamente, ha afectado de forma económica y social, siendo un año catastrófico para el sector a nivel global, ya que se han visto no sólo cierres de operaciones, sino también pérdidas de trabajo", señaló Amdami. Según sus proyecciones, el sector textil de Honduras en general podría registrar pérdidas por un 20% al finalizar el presente año y, para el grupo Karim´s, alrededor del 10%.

"El impacto de esta crisis sanitaria se prolongará mas allá del periodo de cuarentena y será de una manera progresiva hasta alcanzar una "nueva normalidad". El nivel de facturación se podría empezar a recuperar hasta más allá del 2021", agregó.

El impacto en El Salvador y Nicaragua

En El Salvador, de acuerdo a OTEXA, entre enero y julio del presente año, las exportaciones totales han alcanzado US$601.5 millones, cifra que es menor en -46,2% con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando sumó US$1.110.277 millones.

Patricia Figueroa, directora Ejecutiva de la Cámara de la industria Textil, Confección y Zonas Francas de El Salvador (CAmTEX), señaló a E&N que el factor más decisivo de la caída en la demanda internacional, corresponde a la cuarentena obligatoria establecida por los países a nivel mundial entre marzo y junio del presente año, lo cual disminuyó drásticamente la exportación de materia prima como de prendas terminadas. Agregó que dado que el sector está incluido en la primera fase de reactivación económica en El Salvador, las empresas están trabajando en retomar su producción y lo están haciendo aplicando el protocolo de bioseguridad del sector Textil, Confección y Zonas Francas, adecuándose al marco normativo existente en el país.

Foto: Estrategia y Negocios

"Las empresas están retomando y cumpliendo con las obligaciones pactadas con anterioridad con sus clientes. En conversaciones con nuestros socios, nos indican que la demanda de nuestros productos se ha reactivado en nuestro principal mercado de exportación, Estados Unidos, ya que ante la pandemia, mucha de la ropa que producimos, como ropa deportiva y leisurewear, ha sido de la más demandada. Por ello, esperamos retomar parte de la senda del crecimiento habitual en los próximos meses", agregó.

Figueroa señaló que aún es muy temprano para predecir cómo cerrará el año para las empresas afiliadas a CAMTEX, sin embargo insistió en que están trabajando para que el impacto sea menor al que tendrá a nivel global. Al respecto, agregó que de acuerdo a estudios de Mckinsey & Company, Sourcing Journal e instituciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se estima que los ingresos para la industria de la moda (sectores de indumentaria y calzado) se contraerán entre el 20% al 30% en 2020; aunque la industria podría recuperar un crecimiento positivo del 2% al 4% en 2021.

De acuerdo a Mckinsey, los países que se verán más afectados son los que no cuentan con un buen sistema de salud, lo que provocará un aumento significativo en el desempleo en los centros de abastecimiento de moda como Bangladesh, India, Cambodia y Honduras, entre otros.

¿UNA SOLUCIóN A MEDIAS?

En el periodo más álgido de la crisis sanitaria y de la pandemia de la COVID-19, entre marzo y junio del presente año, empresas de CAMTEX, del Grupo Karim´s y también de la Asociación Nicaragüense Nicaragüense de la Industria Textil y de Confección (ANITEC), se dieron a la labor de producir Equipos de Protección Personal (EPP), que demandaba el personal médico y de salud a nivel global, reorientando su operación.

Dean García, consultor de ANITEC, dijo a E&N que varias empresas asociadas reconvirtieron algunas plantas de producción para producir los EPP, entre éstos mascarillas, gorros, gabachas médicas y mascarillas quirúrgicas para exportar al mercado estadounidense y atender la demanda de esos productos.

"Eso permitió que el impacto no sea más catastrófico de lo que ya es", señaló García, sin embargo indicó que la rentabilidad no es tan alta como producir prendas de vestir, por tanto, lo definió como un mecanismo de sobrevivencia que permitió en esos meses difíciles para la industria, sostener el empleo y no cerrar operaciones de forma definitiva. No obstante, pese a que no resulta tan rentable como producir prendas de vestir, aseguró que algunas empresas del sector afiliadas a ANITEC solicitaron oficialmente a las autoridades nicaragüenses, que les otorguen el permiso correspondiente para producir los EPP e importar la maquinaria adecuada.

García indicó que la pandemia de COVID-19 golpeó más al sector textil vestuario nicaragüense que la crisis financiera de 2008-2009. "En términos de cifras de exportación, retrocedimos prácticamente una década, es fuerte el impacto", aseguró.

Entre enero y julio del presente año, OTEXA indica que Nicaragua ha exportado alrededor de US$608.0 millones, cifra que representa una reducción del -27,1% con respecto al mismo periodo del año anterior. García recordó que el sector textil vestuario depende las órdenes de trabajo o contratos con sus clientes, por tanto, al cerrarse las tiendas físicas durante los meses de marzo a junio, por el confinamiento en las principales ciudades de los Estados Unidos, éste se vio impactado negativamente.

Además, al reducirse la actividad económica en ese país y agravarse con ello el desempleo, la población priorizó otros gastos antes que ir a efectuar compras de prendas de vestir. Cabe señalar que otro reporte del Buró de Análisis Económico de EE.UU. confirma que esa economía, al segundo trimestre, decreció en una tasa interanual del -32,9%.
Al respecto, recordó que órdenes de compras de clientes, que venden a través de grandes cadenas como Walmart, Target o JC Penny, entre otras, redujeron sus órdenes o las cancelaron en el peor de los casos, debido a la caída de la demanda.

"Hasta marzo, todo el programa de producción y de ventas se venía cumpliendo, pero ya en abril los clientes abordaron a las empresas del país para que suspendieran y reprogramaran las órdenes de compras. Entonces implementaron una estrategia de sobrevivencia", que consistión en suspender temporalmente miles de plazas de trabajo. Yusuf Amdani, CEO del Grupo Karim´s, calificó de "afortunados" el hecho de que hubo una escasez de EPP a nivel global y se les solicitó directamente la fabricación de los mismos.

"Los primeros dos meses estuvimos trabajando las 24 horas, cambiando nuestro modelo de producción y centrados en proporcionar suministros críticos y ofrecer soluciones para satisfacer las necesidades de la industria de la salud y para ayudar con la prevención, el control y la protección durante esta crisis", apuntó. "Es por esto por lo que convertimos toda nuestra operación vertical, desde la hilandería, elaboración de textiles especiales y confección, para la elaboración de mascarillas de tela y batas de aislamiento. A lo largo de los dos primeros meses, hemos exportado más de 30 millones de mascarillas y más de 5 millones de batas y continuamos produciendo EPP junto a nuestras demás
operaciones", concluyó Amdani.

Figueroa confirmó también que un número de empresas que pudieron operar, lo hicieron para atender las necesidades mundiales de insumos médicos, por lo cual, el sector se transformó a la elaboración de EPP.

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