Manifestantes mantuvieron este lunes bloqueos en carreteras en Costa Rica pese a que el gobierno accedió a su reclamo de retirar la propuesta de negociación de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), informaron las autoridades.
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Un reporte del Ministerio de Seguridad señaló que hasta la mañana de este lunes había 45 puntos de bloqueos y otros 10 con paso intermitente de vehículos.
Poco más de dos mil personas participan en los bloqueos, convocados por el autodenominado Movimiento Rescate Nacional, cuyos dirigentes dijeron que mantendrían la protesta pese a que su principal demanda fue atendida.
'Ha existido voluntad del diálogo, no se justifica la afectación a terceros, sobre todo a aquellos pequeños empresarios, agricultores y a la ciudadanía en general que están trabajando para reactivar la economía', expresó el ministro de la Presidencia, Marcelo Prieto, citado por un comunicado del gobierno.
La noche del domingo, el presidente Carlos Alvarado anunció el retiro de la propuesto de la criticada propuesta de negociación de un acuerdo con el FMI y la convocatoria a un diálogo nacional para formular una nueva propuesta.
El planteamiento original del gobierno generó el rechazo de la oposición, mayoritaria en el congreso, que la cuestionó por considerar que estaba desequilibrada en favor de nuevos impuestos temporales y en detrimento del corte de gastos.
El exdiputado José Miguel Corrales, uno de los cabecillas del movimiento de protesta, dijo que los bloqueos se mantendrían pese a la decisión oficial.
'Queremos ver si el gobierno pasa de las palabras a los hechos. Decir las cosas es muy fácil pero cumplirlas es difícil', dijo Corrales al sitio de internet ameliarueda.com.
El gobierno aseguró que al menos 16 policías han resultado heridos en enfrentamienos con los manifestantes, mientras la empresa china CHEC, a cargo de un proyecto vial en el Caribe, tuvo dos camiones quemados en las protestas.
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Costa Rica aspira a negociar un acuerdo con el FMI a cambio de un préstamo por 1.750 millones de dólares como una salida a su grave situación fiscal, que arrastra un déficit proyectado en 9,7% del PIB para este año.
