La Terminal de Contenedores Moín (TCM), el principal proyecto de infraestructura de Costa Rica, entrará un operación hasta febrero de 2019, lo que supone un retraso de un 13 meses al plazo previsto originalmente.
El proyecto, desarrollado por la holandesa APM Terminals, sufrió la demora tras encontrarse 'condiciones adversas' en algunos rompeolas y pilotes de la obra que se construye en Limón, en el Atlántico tico.
"Estamos comprometidos en entregar la terminal que Costa Rica se merece. Aunque los imprevistos y su solución no eran afectaciones estructurales a largo plazo, es importante entender que su impacto en el cronograma final sí es significativo y lo asumimos en aras de garantizar la calidad de una obra cuya vida útil será, al menos, de 60 años. Hemos informado a las autoridades de gobierno y los distintos interesados acerca del avance de las obras", recalcó Kenneth Waugh, director general de APM Terminals.
Waugh profundizó sobre las razones técnicas de este ajuste. De acuerdo con el ejecutivo, en el caso de los pilotes, hay 20 (de un total de 860) que se desvían menos del 1% de su eje vertical. 'A simple vista no es visible, pero cuando se hace el control de calidad se dan cuenta que están un poco desviados', dijo.
'La solución de ingeniería para asegurar que haya una distribución correcta del peso es hacer un cambio en la viga corona, es relativamente sencillo, una vez se sabe que esa inclinación no se debe a algo mayor (como un fallo debido al material de los pilotes o metal defectuoso)', comentó.
Estas revisiones y ajustes han hecho que obras como la compactación, cableado y pavimentación de la terminal sufra retrasos importantes, pero que incluso ocasionaron que se notificara al fabricante de grúas sobre los contratiempos.
Las decisiones que se tomaron a partir de revisiones técnicas sobre este y otros aspectos, como la compactación del terreno, impactaron directamente la ruta crítica de tareas, lo que dio por resultado un nuevo cronograma.
Otro aspecto relevante fue la nueva fecha de entrega del último embarque de grúas, que llegará al país en mayo de 2018, "lo que ya nos dejaba fuera del plazo contractual de enero", afirmó Waugh.
La TCM es la obra de infraestructura más importante del país, tiene el potencial de generar un crecimiento del PIB equivalente a US$2.900 millones, y ayudar a generar más de 147.000 empleos indirectos para Costa Rica solo en los primeros 10 años de operación.
Los costos del retraso
Kenneth Waugh, dijo que han hecho algunas estimaciones sobre el costo que representará el retraso, donde aseguró que la multa (que ascendería a US$900000), será lo menos relevante.APM Terminals estima que el ajuste costará alrededor de US$60 millones. "No poder iniciar la operación en el plazo previsto implica, solo en el costo financiero, cerca de US$35 millones", indicó Waugh.
Además, el ejecutivo consideró que otros costos, como estructura administrativa y gastos generales por un año, más la pérdida de ingresos representarían otros US$25 millones a US$27 millones.
A partir de esta modificación en la fecha de entrada en operación, la compañía ya no contará con 30 años de operación, sino con 29. Si bien el plazo no implica riesgos para el recupero de la inversión, sí ocasionará una leve baja en la tasa de retorno del 15% calculada para el equilibrio financiero. Para compensar esta situación, Waugh confirmó que podrán buscar volumen no incluido en el modelo financiero original, como el que pueda encontrarse en el norte de Panamá y sur de Nicaragua.
La gran apuesta de Costa Rica
Costa Rica es el cuarto exportador mundial de banano y el primero de piñas.De acuerdo con Jean-Paul Rodrigue, doctor en geografía del transporte por la universidad de Montreal y profesor en la Hofstra University, el país tiene una participación del 70% en el mercado mundial de piñas, y del 82% en los mercados de Estados Unidos y la Unión Europea.
'Como las piñas son un producto básico relativamente nuevo en los mercados mundiales, los bajos niveles de penetración de mercado resaltan un potencial de crecimiento importante. Este contexto forma parte del diseño de la terminal, que destinará un 15% de su capacidad para la operación de buques frigoríficos, una proporción tres veces mayor que el promedio', describió en el blog de logística del BID.
Se espera que la nueva terminal reduzca los costos de las exportaciones costarricenses de frutas tropicales frescas, y que por lo tanto promueva su competitividad y disponibilidad en los mercados mundiales.
'La carga de gran valor y perecedera de Moín probablemente incida en la organización de las redes del transporte marítimo de línea y genere conexiones más directas, o que Moín sea el último punto de una ruta feeder pendular hacia un centro de transbordo como Colón, Kingston o Caucedo', puntualiza.
