¿El final del trabajo? Auguran que en 30 años empleo bajará a la mitad

La tecnolog&iacute;a de la informaci&oacute;n a&uacute;n no ha cambiado el mercado ni ha encontrado un nuevo lugar a la fuerza laboral, como s&iacute; ocurri&oacute; con las previas transformaciones, y ello se debe a que su l&oacute;gica est&aacute; completamente lejos de la del capitalismo neoliberal, explica Mason.Por eso ha sido tan complicado entender las din&aacute;micas del capitalismo cognitivo en las que el valor a&ntilde;adido proporcionado por el know-how y el conocimiento que se deposita en cada producto es m&aacute;s valioso que la parte f&iacute;sica que se necesita para producirlos: frente al comportamiento del mercado, que se basa en la escasez, la informaci&oacute;n es abundante, f&aacute;cilmente reproducible hasta el infinito a un coste muy bajo o nulo y muy dif&iacute;cil de evitar que caiga en manos de la poblaci&oacute;n. Un futuro sin trabajo… y sin desempleo Estamos, por lo tanto, en una encrucijada, en la que la mayor parte de trabajos pueden ser f&aacute;cilmente simplificados o automatizados, pero al mismo tiempo, la creaci&oacute;n de trabajo se centra en empleos que aportan muy poco valor a&ntilde;adido y, por lo tanto, reciben sueldos muy bajos. Es lo que David Graeber llam&oacute; bullshit jobs en un c&eacute;lebre art&iacute;culo publicado en Strike! Magazine. Como explicaba el antrop&oacute;logo y activista, en lugar de que los adelantos tecnol&oacute;gicos hayan provocado que la poblaci&oacute;n mundial vea descender el n&uacute;mero de horas dedicadas al trabajo, los empleos relacionados con la administraci&oacute;n -de los recursos humanos a los relaciones p&uacute;blicas- han aumentado de forma incre&iacute;ble, hasta el punto que &quot;parece que alguien est&eacute; invent&aacute;ndose trabajos in&uacute;tiles simplemente por tenernos a todos haciendo algo&quot;.Es una l&oacute;gica completamente contraria a la del capitalismo, recordaba Graeber, ya que en este ninguna empresa o administraci&oacute;n paga a un empleado por hacer un trabajo innecesario. En opini&oacute;n del activista, si se creaban estos trabajos, era por razones morales y pol&iacute;ticas: por una parte, una poblaci&oacute;n feliz y productiva que dispone de mucho tiempo libre es &quot;un peligro mortal&quot;. Por otra, resulta conveniente seguir defendiendo que el trabajo es un valor en s&iacute; mismo y que aquel que no desea pasar un gran n&uacute;mero de horas esforz&aacute;ndose en su puesto de trabajo es un harag&aacute;n. Mason est&aacute; de acuerdo en dicha visi&oacute;n, y a&ntilde;ade que se trata de trabajos &quot;a los que no puedes aplicar tecnolog&iacute;a, empleos que reciben sueldos m&iacute;nimos&quot;.Ante dicho panorama, s&oacute;lo pueden ocurrir dos cosas. Por una parte, que la &eacute;lite decida reforzar la situaci&oacute;n de crisis que ha creado, y que sean los trabajadores los que lo paguen, favoreciendo el auge de partidos extremistas y rebajando a&uacute;n m&aacute;s los sueldos hasta que el nivel de vida de los pa&iacute;ses desarrollados descienda sensiblemente. &quot;Si no podemos crear un orden global sostenible y restaurar el dinamismo econ&oacute;mico, las d&eacute;cadas que sigan a 2050 ser&aacute;n un caos&quot;, explicaba. Crisis de las instituciones, desaparici&oacute;n de las leyes internacionales y fin de la globalizaci&oacute;n son tres probables consecuencias de seguir defendiendo &quot;un modelo de negocio desfasado que se basa en el descenso de los sueldos&quot;.La alternativa es el futuro que Mason propugna, y en el cual, la econom&iacute;a colaborativa cambiar&aacute; la forma en que los ciudadanos se relacionen con el trabajo. Citando el Fragmento sobre las m&aacute;quinas de Marx, en el que el alem&aacute;n vaticinaba una sociedad en la que las maquinas producir&iacute;an bajo la mera supervisi&oacute;n del ordenador y en la que la principal fuerza productiva ser&iacute;a la informaci&oacute;n, la producci&oacute;n se realizar&aacute; de forma colaborativa gracias al uso compartido de esta en las redes que la tecnolog&iacute;a ha fomentado.&quot;Estamos prepar&aacute;ndonos para ser capaces de vivir esta vida que ahora es posible&quot;, se&ntilde;alaba en una entrevista con The Independent.&quot;Cazar por las ma&ntilde;anas, pescar por la tarde, recoger el ganado por la noche, discutir despu&eacute;s de la cena&quot;. En resumidas cuentas, si la sociedad evoluciona de la forma que la tecnolog&iacute;a lo permite, terminaremos viendo c&oacute;mo &quot;el tiempo que se necesita para producir lo que la humanidad necesita se reduce al m&iacute;nimo&quot;. La ut&oacute;pica visi&oacute;n de Mason incluye banqueros centrales elegidos de forma democr&aacute;tica y una renta b&aacute;sica universal que permita que la gente &quot;haga voluntariado, monte cooperativas, edite la Wikipedia, aprende a utilizar software de impresi&oacute;n 3D, se jubile antes y empiece su carrera m&aacute;s tarde y cambie m&aacute;s f&aacute;cilmente de trabajo&quot;. El 1% se resistir&aacute;, pero el 99% puede conseguirlo, concluye Mason: &quot;El postcapitalismo nos har&aacute; libres&quot;.

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