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2022: ¿El año de la recuperación de Centroamérica? Retos para lograr crecimiento

En 2021 varios sectores de las economías de los países de la región lograron recuperar los niveles de crecimiento prepandemia, pero 2022 viene con grandes retos: inflación, crisis logística y alto endeudamiento.

2022-02-20

Por José A. Barrera/ Colaboraron: Christa Bollmann, Gabriela Melara, Claudia Durán, Luis Alberto Sierra

Luego de un 2021 marcado por el "efecto rebote" que vivieron las economías tras el colapso que generó la pandemia del COVID-19, Centroamérica apunta a un 2022 como un año de quiebre que permita sentar las bases para un crecimiento estable y sostenible.

La región enfrenta el reto de recuperar los niveles de empleo y los indicadores sociales golpeados por la crisis sanitaria, pero afronta varios desafíos como los efectos en la inflación que genera la crisis logística mundial, el mayor precio de las materias primas y el retiro gradual de los esquemas de ayudas que pondrán a prueba a las economías a dos años del inicio de la pandemia.

"2022 será un año de recuperar, la pandemia dejó mucho desempleo y pobreza y debemos ganar el terreno perdido", valora Dante Mossi, presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), sobre las previsiones de desempeño de las economías del istmo en 2022.

El año pasado, Panamá y El Salvador fueron los dos países que registraron el mayor crecimiento porcentual de su Producto Interno Bruto (PIB) tras el bache que generó la crisis sanitaria por el SARS‑Cov2 en 2020 y aunque la mayoría de países y sus sectores lograron recuperar sus niveles prepandemia o bien se acercan a ellos ‑a nivel macro‑, hay renglones como el turismo donde aún hay déficit, sin contar con los problemas sociales acentuados por la crisis sanitaria.

Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, ‑aunque es optimista- reconoce que hay cicatrices que los Estados deben atender y advierte que borrarlas tomará tiempo. "Dos años después del inicio de la pandemia, el 2022 comienza con algunas señales esperanzadoras de recuperación económica luego de la peor caída en más de un siglo. Pero las cicatrices de la crisis aún están a la vista en América Latina y el Caribe. Borrarlas llevará tiempo y esfuerzo".

Foto: Estrategia y Negocios

En su informe más reciente (de enero 2022), el BM reiteró que la recuperación mundial desacelerará "en medio de los continuos brotes de COVID‑19", la disminución del apoyo macroeconómico y las persistentes dificultades en las cadenas de suministro.
La entidad advierte que las perspectivas de crecimiento se ven empañadas por diversos riesgos, entre los que también figura el desanclaje de las expectativas inflacionarias y el estrés financiero.

La mayoría de fuentes consultadas por Estrategia & Negocios coinciden en que la crisis logística y la inflación pesan sobre las economías, pero también sobre un riesgo acentuado tras la pandemia: el nivel de deuda.

"Si algunos países finalmente necesitaran una reestructuración de la deuda, la recuperación será más difícil de lograr que en el pasado", dice el BM en su análisis y agrega otro gran reto de cara al futuro: el cambio climático, situación que puede aumentar la inestabilidad de los precios de los productos básicos.

El informe también sentencia que las tensiones sociales pueden agudizarse como resultado del aumento de la desigualdad causada por la pandemia. "Estos desafíos subrayan la necesidad de promover una vacunación generalizada, mejorar la sostenibilidad de la deuda, abordar el cambio climático y la desigualdad, y diversificar la actividad económica", advierte la entidad.

"La economía mundial se enfrenta simultáneamente al COVID‑19, la inflación y la incertidumbre respecto de las políticas; el gasto público y las políticas monetarias se adentran en un territorio desconocido", reconoce David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. El banquero añade que el aumento de la desigualdad y los problemas de seguridad son particularmente perjudiciales para los países en desarrollo.

2022: Expectativas moderadas para Centroamerica

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latica y el Caribe (CEPAL), advierte por su parte que el ritmo de crecimiento de las economías perderá velocidad este año y la actividad en general se reacomodará.

El año pasado, desde Guatemala hasta Panamá, se confirmaron las previsiones de economistas y tanques de pensamiento sobre una etapa de recuperación en "V", lo que dibujó un esperado "efecto rebote" que permitió que algunos sectores reiniciaran rápidamente tras los confinamientos. Pero este efecto comienza a agotarse y organismos como la CEPAL estiman que los países deberán optar por un camino de mayor crecimiento o conformarse con volver a sus ciclos habituales. CEPAL estima que el PIB de Centroamérica, como región, crecerá 4,5 %, en 2022 un ritmo inferior al 6,7 % que reportó el año pasado.

Las previsiones para este año son lideradas por Panamá, que se espera crezca un 7,3 %, seguido de Honduras (4,5 %), Guatemala (4,3 %) y El Salvador (3,8 %), mientras que Nicaragua (con 3 %) es el país con una previsión inferior asociada a su ya larga crisis política.

Foto: Estrategia y Negocios

"Las economías que crecían con gran dinamismo tendrán una desaceleración importante", dice Bárcena, quien destaca que Panamá será de las pocas en América Latina que mantendrá tasas de crecimiento alto en 2022.

Añade que, en parte, las economías tuvieron el año pasado un fuerte impulso. Esto gracias a las remesas familiares, transferencias que tienen un especial peso en las economías del Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador, donde su influencia ayudó a disparar el consumo y fortalecer la demanda interna. "El mayor flujo de remesas apuntaló el consumo privado y la recuperación de Centroamérica" enfatiza Barcena.

ICEFI: el espejismo del crecimiento

El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) habla de un "espejismo de la expansión económica en el largo plazo" a partir de los resultados extraordinarios reportados por algunas de las economías del istmo en 2021.

Los países de la región experimentaron el año pasado tasas de crecimiento mayores a las de los promedios históricos, el caso más palpable es el de El Salvador que por primera vez en cuatro décadas reportó un crecimiento de más del 10 %, muy lejos de su promedio habitual de entre el 2 % y 3,5 %.

La entidad advierte que el rebote de las economías es atribuible, en parte, a la expansión del comercio exterior que trajo la reapertura de las economías tras el súbito paro que impusieron las cuarentenas de 2020, pero manifiesta que este combustible se agota.

"Los extraordinarios crecimientos económicos reportados en 2021 en varios países, entre ellos, del 12,4 % en Panamá, 10,5 % en Honduras, 10,3 % en El Salvador, 7,5 % en Guatemala, entre otros, son consecuencia simple de la recuperación parcial del ritmo normal de las economías, y obviamente devienen de la comparación de las cifras de 2021 respecto a las de 2020 seriamente deprimidas", valora el Icefi en un análisis publicado en enero.

La razón de este desgaste es que la estructura económica y efectividad de sus mercados no ha sufrido modificaciones trascendentales entre 2019 y 2022, lo que reduce las posibilidades de un fortalecimiento de la actividad económica.

El reto del empleo

Pese a la recuperación de empleos por la reactivación en 2021, las economías acarrean grandes déficits que no logran compensar la demanda del grupo que se suma a la Población Económicamente Activa.

Se estima, por ejemplo, que en Guatemala buena parte de los cerca de 150.000 jóvenes que ingresan al mercado laboral cada año están en la informalidad. La falta de estadísticas y encuestas actualizadas, como consecuencia de la pandemia, no permite tener un dato exacto.

"No niego que puede haber más informalidad. Hay 300.000 personas que ingresaron al mercado laboral entre 2020 y 2021, pero la economía no ha generado los empleos adicionales", valora Hugo Maul, economista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

El investigador reitera que el reto de 2022 es recuperar el crecimiento ya este se suma el de recuperar el tiempo perdido en diversas actividades productivas.

El economista panameño Víctor Cruz considera que junto a la llegada de más inversión se necesita de un control de la pandemia. "Es vital que la pandemia desaparezca en su totalidad y lidiar con dicho virus como quien se resfría, y que en esa forma los oleajes por mutaciones o nuevas variantes no tiendan como actualmente al incremento de contagios con altas posibilidades de limitar movilizaciones y aperturas de negocios. La inversión es fundamental", reitera.

Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial, considera que es urgente crear las condiciones para que las empresas mejoren su productividad e impulsen la creación de empleo. "Un sector privado dinámico, integrado globalmente y que opera en un contexto de negocio favorable a la inversión puede generar oportunidades para muchos. Para ello es clave impulsar la innovación y la competencia, así como eliminar las barreras que impiden el desarrollo de las firmas", concluye.

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