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Honduras, El Salvador y Nicaragua esperan activar el ferry en el Golfo de Fonseca en 2020

El proyecto cuenta con el respaldo del BCIE y consta de dos ferrys, los que se espera sean operados bajo un esquema de concesión privado, financiado por el banco, para lo cual se hará una licitación internacional pública.

2019-08-30

Por La Prensa (Honduras)

El proyecto del ferry centroamericano toma un nuevo impulso. Honduras, El Salvador y Nicaragua esperan activar el servicio marítimo en la zona de influencia del Golfo de Fonseca (Pacífico) a finales de 2020.

El proyecto cuenta con el respaldo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y es un nuevo intento por activar una nueva ruta marítima en el istmo.

"Mi idea es que el ferry deberíamos estarlo inaugurando en diciembre del próximo año (2020)", dijo el presidente del BCIE, Dante Mossi.

Este transbordador es parte de un plan de los tres países que cuenta con el apoyo financiero del multilateral BCIE, que para ese fin elaboró el "Plan Maestro de Proyectos de Inversión y Desarrollo Económico de Carácter Trinacional para el Golfo de Fonseca".

Mossi expresó dijo en entrevista exclusiva con laprensa.hn que este gran proyecto terminará con un problema eterno de fricción en la zona, derivados por asuntos limítrofes que afecta especialmente a los pescadores.

El plan de desarrollo del golfo de Fonseca incluye la ejecución de varios programas de riego modernos para diversificar la agricultura.

US$500 millones serán aportados por el BCIE, que invitará a otros financistas para que participen en el proyecto, que en su desarrollo generará ingresos a las tres naciones.

Solo el costo de los dos ferrys y obras complementarias a la operación de estas embarcaciones, tendrán un costo de unos US$40 millones (alrededor de 990 millones de lempiras), detalló el entrevistado.

Los ferrys operarán bajo un esquema de concesión privado, financiado por el BCIE, para lo cual se hará una licitación internacional pública.

Mossi define al Golfo de Fonseca como una zona muy rica, pero a la vez muy pobre, y explica que la región cuenta con una biodiversidad de primera y posee el bosque de manglar más grande del océano Pacífico, además de industrias que generan millones de dólares para los tres países.

Parte de los problemas del golfo es que está contaminado por el agua de varios afluentes, en el caso de Honduras, el río Choluteca.

Pero a pesar de esas condiciones, explicó el funcionario, la gente emigra por falta de trabajo y por los daños que causa todos los años la naturaleza que arrasa con sembradillos y ganado por su alta vulnerabilidad.

Al analizar esos escenarios, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández; el de Nicaragua, Daniel Ortega, y el exmandatario de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, decidieron manejar la zona como una sola área, buscaron la ayuda del BCIE y se hicieron los estudios de factibilidad, recordó Mossi.

Después de los análisis, se concluyó que el proyecto que uniría a la región era un ferry que zarpará y atracará en cuatro puertos del golfo.



La embarcación, explicó Mossi, no solo transportará a los residentes de la zona, sino también a miles de turistas que visitan esa zona marítima. El ferry también estará diseñado para transporte de carga, a fin de desarrollar el comercio en mayor escala.

En 2014 los países acordaron elaborar un plan maestro de carácter trinacional que incluyera diversos proyectos de inversión, entre ellos, un ferry que navegara entre La Unión (El Salvador), Puerto Corinto (Nicaragua) y Amapala y San Lorenzo (Honduras).

Zona estratégica

El Golfo de Fonseca es una gran bahía situada en el Pacífico, en cuyos extremos están la península de Cosigüina de Nicaragua y la Punta de Amapala de El Salvador.

Este escenario estratégico está conformado por 21 municipios, cuenta con una superficie de 7.620 km2 donde habitan unas 867.000 personas. Las aguas del golfo cuentan con una superficie de 2,010 kilómetros cuadrados, e incluye 33 islas de las cuales 25 pertenecen a Honduras y 8 a El Salvador.

La zona hídrica está compuesta por un sistema de cuencas hidrográficas binacionales y nacionales que permite el manejo integral del agua y contiene hábitats costeros y acuáticos que son la base para el desarrollo económico.

Las actividades económicas en el propio Golfo de Fonseca y su extensa periferia han girado históricamente en torno a los aprovechamientos agrarios, pesqueros y ganaderos. También sobresalen los cultivos camaroneros y las actividades comerciales debido al intenso tránsito de la zona, sobre todo a lo largo de la carretera Panamericana que atraviesa la región y que forma parte del corredor logístico regional.

La región disfruta de una posición privilegiada con acceso directo al principal corredor de transporte terrestre en Centroamérica, conformado por la carretera Panamericana y se organiza en un sistema primario de ciudades de oeste a este: La Unión en El Salvador; Nacaome, San Lorenzo y Choluteca en Honduras; y Chinandega en Nicaragua. También hay asentamientos humanos de segundo orden.

La carretera Panamericana es un límite físico transformado entre dos ecosistemas: al norte hay un sistema de transición montañosa y hacia el sur un subsistema urbano rural disperso, asentado en la costa y las islas del golfo.

La zona marina costera comprende el 50% de la región del golfo, destacando la presencia de manglares, bosque salado, estuarios, marismas y pantanos.

Entre los tres países existen dos aduanas y puestos fronterizos terrestres lo que facilita el tránsito humano, productivo y comercial.

El canal seco, que une al Pacífico y Atlántico de Honduras, parte del punto fronterizo entre Honduras y El Salvador y abrirá nuevas oportunidades al mercado europeo.

Honduras, Nicaragua y El Salvador acordaron capitalizar un fondo con una aportación inicial de US$2 millones cada uno (unos 49 millones de lempiras al cambio actual), para arrancar el proyecto trinacional de desarrollo del Golfo de Fonseca.

Como contraparte, el BCIE aportó otros US$2 millones para hacer un total de US$8 millones que son administrados por esta institución.

De acuerdo al BCIE, personal de las cancillerías de los tres países están trabajando en todo lo referente al sistema de control de pasajeros que se aplicará de manera unificada en la zona, ya que el fin es facilitar el tránsito de turistas nacionales y extranjeros.

En el plan de desarrollo figura la construcción de un proyecto logístico en El Amatillo (Honduras), que es estratégico porque está en el cruce del corredor que une al Pacífico y Atlántico hondureño.

En el caso de Honduras, según el BCIE, cuenta con la ventaja del corredor seco que está a punto de ser terminado. El ferry será un vehículo importante para el complemento de la carga que mueve el transporte terrestre en la zona. Toda la carga que pasa por el golfo tiene como objetivo principal llegar a Puerto Cortés, que ofrece una mayor facilidad para el transporte de mercadería hacia Estados Unidos.

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