José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) -la principal cámara empresarial de Nicaragua-, confirmó al periódico español El País que el modelo en el que convivieron con el gobierno de Daniel Ortega se agotó.
Luego de 11 años en el poder, Aguerri sostiene que Ortega debe dejar el poder "lo más pronto posible" y que tira por la borda la "relación de consenso" que durante más de una década mantuvieron los grandes empresarios del país con el presidente.
'Ortega permitió que ellos hicieran negocios, garantizando una estabilidad sostenida con mano de hierro, mientras el mandatario se hacía con todo el poder en este país centroamericano', valor la publicación del diario español.
Ese modelo se agotó, dicen los empresarios, a partir del 18 de abril, cuando Ortega inició lo que se convierte en una brutal represión que se apresta a cumplir dos meses, que comenzó con una fallida reforma al Instituto Nicaragüense del Seguro Social, pero que derivó en protestas espontáneas que fueron reprimidas por antimotines y grupos de choque del oficialismo.
Desde el 18 de abril Nicaragua cuenta la muerte de más de 110 personas, algunas de ellas asesinadas por francotiradores y otras por los grupos orteguistas que buscan acallar las voces que lograron parar la reforma del INSS, pero que ahora quieren que Ortega deje el poder y sean investigados los autores de los asesinatos.
Aguerri criticó la respuesta oficial a las manifestaciones que exigen el fin del régimen y llama a la crisis un "tsunami" de graves consecuencias sociales y económicas, que ha golpeado con dureza a esta frágil economía.
Las pérdidas por la crisis social y política ya superan los US$600 millones, una crisis que sofoca a empresas y ahoga al turismo y que para el fin de año podría arrojar al desempleo a más de 100.000.
Aguerri dice que los empresarios apoyan el Diálogo Nacional, el cual es promovido por la Conferencia Episcopal de Nicaragua y que intenta encontrar una salida a la crisis.
Este esfuerzo tiene como propuesta de adelantar elecciones. El presidente del COSEP hace un mea culpa y admite que la empresa privada se equivocó en su relación con Daniel Ortega. "Si hubiera sabido que el resultado de todo este proceso iba a ser lo que sucedió a partir del día 18 de abril, no hubiera en ningún momento en esa ruta de trabajo. Jamás", asegura.
El líder empresarial sostiene que se debe permitir tener -lo más pronto posible- elecciones. 'Lo importante es que no haya más derramamiento de sangre y que no siga creciendo este tsunami que ya nos afectó y que va a tener un impacto social y económico muy grande el año que viene'.
Dijo además de a partir del 19 de abril, que fue 'cuando murieron los primeros héroes y mártires de este esfuerzo, desde la empresa privada han visto cómo cambió el país. No es lo mismo negociar en condiciones autocráticas, a negociar en una situación en la que hay asesinatos, represión, destrucción. Hemos sido claros en señalar de que somos responsables de lo bueno y de lo malo que se había dado en el país dentro del esquema que habíamos trabajado hasta esa fecha. Pero una vez que comenzó a suceder este escenario de violencia, inmediatamente la decisión nuestra fue suspender todas las reuniones con el Gobierno a partir del 19 de abril y hemos ido aumentando los niveles de acción para poder enfrentar lo que estamos viviendo', reveló.
Defendió además el trabajo del sector privado durante la década del orteguismo, sostiene que ellos han sido responsables de la estabilidad que el país tuvo. 'El sector privado ha sido responsable de darle la principal respuesta a la población de este país, que es el empleo, mejorar su calidad de vida. Somos responsables, también, de que ese crecimiento que hubo no fue acompañado de un fortalecimiento en la parte institucional. Nosotros no somos un partido político, sino una institución que tenía que velar porque todos los días entraran los contenedores por tierra, por aire o por mar. O que todos los días las empresas tuvieran permiso para poder operar. O acompañar a las empresas que estaban siendo multadas o presionadas por el Gobierno', dijo.
'Si yo hubiera sabido que el resultado de todo este proceso iba a ser lo que sucedió a partir del día 18 de abril, te respondo que obviamente. No hubiera en ningún momento ido en esa ruta de trabajo si hubiéramos sabido que ese iba a ser el desenlace final. Jamás', reflexiona Aguerri, quien tilda de bárbara a la represión del orteguismo y que además descarta posibilidades de un nuevo arreglo sector privado gobierno y advierte que la única vía es una salida de Ortega del poder, pero por un camino ordenado, pero que no descartan un paro nacional para presionar, pero es consiente de que esta medida puede tener un alcance limitado.
'Esperamos que se retome el diálogo, cuando los obispos así lo determinen, con garantes internacionales. Una vez que pase este proceso, y si vemos que no funciona, el paro nacional es una de esas medidas que se tendrán en cuenta. Lo que se debe entender es que el paro por sí solo no es una llave mágica que va a detener la represión ni va a hacer que el Gobierno, en el momento en que se diga que hay paro, se va a subir en un avión. No puedes crear expectativas que no son reales', puntualizó.
