Marcelo, de 36 a&ntilde;os y Nancy, de 20, salieron corriendo de El Salvador el 4 de enero cuando un tipo de la Mara-Salvatrucha, la pandilla m&aacute;s numerosa del pa&iacute;s, apareci&oacute; en su casa, golpe&oacute; con la culata de la pistola en la puerta y les dio 24 horas para dejar su hogar. Era la &uacute;ltima advertencia. Quer&iacute;an que Nancy empezara a trabajar para ellos.El d&iacute;a de Reyes, nada m&aacute;s atravesar el r&iacute;o y pisar suelo mexicano, les robaron el dinero y los viejos celulares que llevaban.Un mes despu&eacute;s de aquello, sentados en el modesto patio de un albergue de los escalabrinianos, eso de ‘efecto llamada’ les suena demasiado sofisticado.&quot;No, ni madres, yo me fui de El Salvador por miedo y no por el muro, porque la MS me iba a hacer pedazos al d&iacute;a siguiente&quot;, asegura Marcelo agarrado a la mano de su novia. &quot;No s&eacute; si habr&aacute; muro o no, pero ten&iacute;a que salir ya&quot;, dice mirando al suelo.Al ‘efecto llamada’, la Agencia para los Refugiados (ACNUR) y la red de albergues y organizaciones que trabajan con migrantes contraponen desde hace a&ntilde;os otro concepto: crisis humanitaria.<a href='http://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/1036538-330/ni%C3%B1os-hondure%C3%B1os-dispuestos-a-desafiar-el-muro-de-trump' target='_blank'><strong>Tambi&eacute;n le interesa:</strong> Ni&ntilde;os hondure&ntilde;os dispuestos a desafiar el muro de Trump</a>Los &uacute;ltimos seis a&ntilde;os las peticiones de asilo en M&eacute;xico han crecido m&aacute;s de un 1000%. La curva ha pasado, de unos pocos cientos de casos en 2011, a casi 9.000, cinco a&ntilde;os despu&eacute;s, seg&uacute;n ACNUR. Y prev&eacute;n el doble el a&ntilde;o que viene<strong>.</strong>M&aacute;s del 90% de esas solicitudes provinieron de personas del tri&aacute;ngulo norte de Centroam&eacute;rica-Honduras, El Salvador y Guatemala-, que huyen de ciudades como San Salvador (El Salvador) o San Pedro Sula (Honduras), consideradas entre las m&aacute;s violentas del mundo. La Agencia de Naciones Unidas compara la situaci&oacute;n actual con el &eacute;xodo de centroamericanos durante las guerras de los a&ntilde;os 80.La respuesta de M&eacute;xico ha sido reforzar el presupuesto para la detenci&oacute;n de migrantes y refugiados con la implementaci&oacute;n del ambiguo <a href='http://elpais.com/elpais/2015/03/06/planeta_futuro/1425657094_335230.html'><em>Plan Frontera Sur</em></a>, firmado en 2014 en el marco del plan M&eacute;rida, que prev&eacute; la colaboraci&oacute;n con EE UU. para el combate al crimen organizado. Desde entonces se ha multiplicado el n&uacute;mero de detenciones y deportaciones.Barack Obama fue el presidente que m&aacute;s migrantes deport&oacute;, 2’8 millones de personas entre 2008 y 2016. Sin embargo, M&eacute;xico ha tomado el relevo como gendarme del sur y los dos &uacute;ltimos a&ntilde;os super&oacute; a EE UU. en n&uacute;mero de expulsiones. El a&ntilde;o pasado EE.UU. deport&oacute; a 96.000 migrantes frente a los 147.000 de M&eacute;xico, a un ritmo de 293 diarios, seg&uacute;n cifras oficiales.<a href='http://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/1026957-330/unos-8000-ni%C3%B1os-hondure%C3%B1os-deportados-de-eeuu-y-m%C3%A9xico-en-2016' target='_blank'><strong>Tambi&eacute;n le interesa:</strong> Unos 8.000 ni&ntilde;os hondure&ntilde;os deportados de EEUU y M&eacute;xico en 2016</a>Sin embargo, mientras que el 60% de los deportados por EE.UU. han cometido alg&uacute;n delito, en M&eacute;xico, muy pocos de los expulsados ten&iacute;a antecedentes penales. Seg&uacute;n la Cruz Roja la detenci&oacute;n debe ser &quot;una medida excepcional&quot; y recuerda que sigue d&aacute;ndose casos &quot;de <a href='https://www.icrc.org/es/document/migrar-por-centroamerica-y-mexico-retos-necesidades-y-acciones'>detenci&oacute;n sistem&aacute;tica</a> de personas migrantes&quot; se&ntilde;ala Oliver Francis Coordinador del Programa de Migraci&oacute;n de CICR para M&eacute;xico, Centroam&eacute;rica y Cuba.&quot;M&eacute;xico est&aacute; haciendo el trabajo sucio de EE. UU., eso es lo que le encargaron y lo est&aacute; cumpliendo a la perfecci&oacute;n&quot; dice Crist&oacute;bal S&aacute;nchez, activista en defensa de los migrantes de Tapachula.Paralelamente M&eacute;xico tiene una tasa de reconocimiento a refugiados del 64%, un dato elevado en comparaci&oacute;n con otros pa&iacute;ses y que recuerda la mejor vocaci&oacute;n de acogida, especialmente con espa&ntilde;oles y centroamericanos durante los a&ntilde;os de guerra civil.Acobardados por el delicado momento en que llegan a Tapachula, Marcelo y Nancy, est&aacute;n a la espera de tramitar sus documentos como refugiados mientras esperan en el albergue Bel&eacute;n antes de volver a la ruta.&quot;Quiero llegar a EE UU. y si no es posible estar&iacute;a contento en M&eacute;xico. Pero no en Tapachula, aqu&iacute; tengo miedo', lamenta en referencia a la polic&iacute;a y al clima hostil contra ellos. &quot;Nos han llamado rateros, secuestradores, delincuentes, mareros..' explica desconcertado. La pareja salvadore&ntilde;a tuvo la mala suerte de llegar a la ciudad durante los saqueos en protesta por el aumento de la gasolina y que convirti&oacute; la ciudad en un caos.A caldear el ambiente contra los migrantes contribuy&oacute; el alcalde de Tapachula Neftal&iacute; del Toro (PRI) quien los acus&oacute; de estar detr&aacute;s de los asaltos a los comercios de la ciudad, a pesar de que durante esos convulsos d&iacute;as de enero hubo jornadas con m&aacute;s de 100 incidentes simult&aacute;neos en todo el pa&iacute;s.&quot;Tapachula est&aacute; contaminada por los extranjeros&quot; dijo el alcalde de una ciudad de 400.000 habitantes, 3.500 cantinas y puticlubs y una biblioteca.<a href='http://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/06/mexico/1486340656_933536.html'>Lea aqu&iacute; la nota original.</a></div>