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Mipymes son 95 % de parque empresarial en Centroamérica

Las micro, pequeña y mediana empresa (MIPYME) representan el 95% del parque empresarial en Centroamérica y constituyen un arma para atacar muchas de las causas de exclusión, desigualdad y violencia de género a las que se enfrenta la región, según CENPROMYPE.

2016-08-29

Por: contrapunto.com.sv

Así, lo indica Ingrid Figueroa, directora ejecutiva de Centro Regional de Promoción de la Micro y Pequeña Empresa (CENPROMYPE), en conversación con la revista digital salvadoreña ContraPunto

Figueroa explicó que es ante este panorama que se apuntala la urgencia de la coherencia entre los órganos Legislativo y Ejecutivo para que generen las herramientas que respondan a la realidad de este segmento empresarial y a los emprendimientos.

¿Cuál es la condición de las MIPYME en la región centroamericana?

Tenemos importantes retos. Es un segmento mayoritario, hablamos del 95% del parque empresarial, necesitamos orientar políticas públicas y marcos regulatorios que mejoren la competitividad del segmento empresarial por diversos motivos. En primer lugar la empresa tiene un rostro femenino, tiene rostro de mujer. Más del 50%, en algunos países llega al 60% el porcentaje de mujeres liderando las micro y pequeñas empresas.

En segundo lugar es una iniciativa que promueve oportunidades para poblaciones que necesitamos incluir en la agenda económica, entre ellos los jóvenes de igual forma las mujeres. Es un segmento que tiene más del 54% del empleo en la región y es un vehículo efectivo para llevar la riqueza y las oportunidades a los territorios, no se concentra únicamente en los cascos urbanos.

Por estas razones es que estamos colocando este diálogo político con participación de parlamentarios y parlamentarias de 11 países de la región para dialogar cómo generar marcos normativos que respondan a la realidad del segmento empresarial MIPYME y emprendimientos.

¿Qué países llevan la delantera en apoyo a la MIPYME?

Hay varios países según temas, por ejemplo El Salvador es un país de referencia en cuanto a generar plataformas de servicios de desarrollo empresarial, conocidos como centros de atención a la pequeña y mediana empresa o mejor conocidos como CEDEMYPE. Es una iniciativa que tuvo impacto en Estados Unidos y luego fue El Salvador el primero en adoptarlo a nivel regional, al ver la experiencia el resto de países decide adoptarlo y operarlo este es un punto de referencia.

Hay iniciativas impulsadas desde otros países como República Dominicana, donde han logrado implementar un marco normativo que ha alcanzado altos impactos en la MIPYME. El 84% de las empresas proveedoras de las compras del Estado, son micro, pequeñas y medianas empresas.

Uno de los problemas que se señala como factor común en la región es la formalidad versus informalidad ¿Cómo paliar esta situación?

El tema de la formalidad pasa por simplificar una serie de procesos, con sus costos y tiempos y que el empresario necesita también realizar para lograr trascender a la formalidad. Debe haber incentivos, eso pasa por diálogos políticos donde los legisladores deben tomar datos, información para superar estos retos.

Por otro lado, también hay mucho autoempleo que está en la informalidad que se puede ver como una oportunidad para emprender y lograr que a esas empresas se les acompañe en su etapa inicial y que puedan trascender hacia empresas formales.

¿Cómo contribuye el apoyo a las MIPYME a la reducción de brechas de desigualdad en la región?

Las brechas de desigualdad están colocadas en mujeres víctimas de violencia, hay una necesidad de que la mujer tenga una autonomía económica que la saque de ese círculo, que la incorpore en la agenda económica de nuestros países y si las micro y pequeñas empresas son lideradas mayoritariamente por mujeres, apoyar a la microempresa es un vehículo efectivo para atacar muchas de las causas de exclusión, desigualdad y de violencia de género que tenemos en nuestros países.

El tema de juventud es otro eje, la juventud llega a delinquir porque no hay una oportunidad. Emprender no tiene edad. Para la población juvenil hay una tendencia sobre emprendimiento de vanguardia con el uso de tecnologías de la información que pueden estar siendo impulsadas por una población importante de jóvenes en estos países.

¿El apoyo a las MIPYME va ligado entonces a un proceso de cambio sociocultural?

Correcto, necesitamos que el sistema educativo incorpore el emprendimiento como parte de la currícula y que no pensemos en emprender porque hay una necesidad sino que empecemos a emprender en la escuela; que estemos viendo que nuestros jóvenes y niños puedan emprender y vayan visualizándose como generadores de empleo, no dónde se van a emplear.

¿Cuáles son los retos para este sector empresarial?

Muchos de los marcos jurídicos para micro y pequeña empresa datan desde hace más de 10 años salvo el de El Salvador que es reciente. Necesitamos poner estos marcos en el contexto y las necesidades actuales. Los marcos permiten trazar un puente entre las condiciones que tiene actualmente las MIPYME y el emprendedor y las condiciones que deseamos que tenga, todo eso pasa por parlamentarios. Hay que diseñar nuevos marcos que sean favorables.

El principal reto es lograr un diálogo entre los diferentes actores, es el diálogo efectivo fluido y sostenido de tomadores de decisión a nivel de los parlamentos y del ejecutivo. Lograr tener una visión compartida y abonar los recursos desde las diversas instancias no es una política de gestión, es una política de Estado y eso pasa por los marcos jurídicos.

La reflexión se enmarcó en la realización del Foro Rol del Poder Legislativo en el fomento de las Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MIPYME) en la región, organizado por CENPROMYPE y el Sistema de Integración América (SICA). La actividad pretende impulsar el diálogo entre los poderes ejecutivos y legislativos para el apoyo a la MIPYME.

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