Claves del día

Hasta 1.200 toneladas de cocaina pasan al año por Centroamérica

Los narcotraficantes pasan por el Istmo centroamericano unas 1.200 toneladas de cocaína por año, dijo el ministro de Seguridad costarricense, Gustavo Mata Vega.

2015-04-08

Por La Prensa Gráfica y La Nación (Costa Rica)

El funcionario agregó que esa droga proviene de Colombia y lleva como destino final los Estados Unidos. Mata señaló que la cifra fue dada a conocer la semana anterior por EE. UU., durante la Reunión Centroamericana de Seguridad, que se realizó en Honduras, en la cual se contó con la participación de funcionarios de aquella nación. Costa Rica, uno de los países que más golpes da a los narcos, logró decomisar durante el año anterior un total de 31 toneladas, con base en el último informe de la Unidad de Estadística del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD). En los tres primeros meses de este año se han capturado dos toneladas, según cifras de la Policía Control de Drogas (PCD) de Seguridad Pública.

Lo que sigue igual

Algunas cosas no han cambiado casi nada desde hace cuatro años. De acuerdo con el informe anual sobre narcotráfico en el mundo, el 84% de la droga de procedencia orgánica -sobre todo cocaína pero también heroína- que se consume en Estados Unidos (EEUU) pasó por el corredor centroamericano en 2014. Esto es, según cálculos de Washington, entre 663 y 670 toneladas de cocaína. La cantidad es casi idéntica a la reportada por Estados Unidos en 2011. Ese año, según un mapa del narcotráfico elaborado por el Departamento de Estado para el Congreso, 622 toneladas pasaron por los países de Centroamérica. Todas las cifras y tendencias están en el Reporte Estratégico Internacional de Control de Narcóticos, elaborado cada año por el Buró Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado (INL, en inglés) a petición del presidente de EUA. El mapa general no ha cambiado: desde 2009 hasta la fecha la droga fluye por la ruta terrestre o Panamericana, que arranca en Costa Rica, atraviesa Nicaragua, y se bifurca a la altura del golfo de Fonseca para seguir por Honduras y El Salvador hacia Guatemala, o por vía aérea que llega directamente desde los países productores (Perú, Colombia y Bolivia) hasta Honduras, para de ahí seguir hacia el norte del continente.

Foto: Estrategia y Negocios

Lo que sí cambió

Otras cosas, no obstante, sí cambiaron. La más importante para el mapa centroamericano es quizá que, al menos entre 2013 y 2014, el puente aéreo hondureño vio disminuida su importancia. Según cálculos del Departamento de Estado, el año pasado hubo una reducción de hasta el 60 % en los vuelos clandestinos que aterrizaron en las regiones hondureñas de Olancho y Atlántico, hasta hoy dos de las principales zonas de libre acceso para el narcotráfico en el área.

A pesar de la disminución del flujo en el corredor hondureño, la cantidad de droga que circula por el Triángulo Norte no ha variado y el número final de toneladas que recalan en Guatemala antes de partir a México y de ahí a Estados Unidos, tampoco ha cambiado mucho: entre 400 y 500 anuales desde 2009 hasta la fecha, según reportes anteriores del Departamento de Estado (lo que resta de las 600 a 650 toneladas que han pasado al año por Centroamérica desde 2009 van directamente a los mercados estadounidenses vía el Caribe o vía México y Belice, sin pasar por Guatemala, de acuerdo a un agente federal consultado).

La relativa pérdida de protagonismo de Honduras hace pensar a Washington en dos hipótesis: que el enfoque en cortar los flujos por territorio hondureño, empujado en parte por la Iniciativa de Seguridad Regional para Centro América (CARSI, en inglés) de Estados Unidos, ha empujado el tráfico de nuevo al Caribe, pero también a las vías marítimas del Pacífico y a El Salvador, según se desprende de los análisis hechos en los reportes por país y anexados al informe de 2015.

Para el caso de El Salvador, el reporte de INL señala de nuevo que los narcotraficantes locales utilizan lanchas rápidas que recalan en las costas y buses y furgones que transitan sin problemas por la carretera Panamericana.

El reporte, además, repite algo que ha señalado a las autoridades salvadoreñas desde hace dos décadas: la opacidad en las cifras y los pocos decomisos. "Sigue sin haber información adecuada sobre qué tan severo es el tráfico de drogas en El Salvador", reza el reporte en el apartado dedicado al país. Para 2014, El Salvador apenas decomisó una tonelada de cocaína. Guatemala decomisó nueve toneladas y Costa Rica 26. Honduras, otro del Triángulo Norte, 34.

Los países principales

El reporte de 2014, publicado la última semana de marzo pasado, incluye un memorándum en el que el presidente Barack Obama elabora las listas de los países que Estados Unidos considera "principales" en el tráfico de droga internacional y la de los países que son las fuentes más importantes de precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas. El Salvador está en ambas listas. En la lista de países "principales" en el narcotráfico hay 23 naciones, 17 de ellas del continente americano, y entre ellas todos los centroamericanos, incluido Belice.

En un memorándum que encabeza el informe, el cual Obama está obligado por ley a presentar al Congreso cada año, el presidente explica que la inclusión de esos 23 países en la lista del narcotráfico se debe a que son "una fuente directa de narcóticos ilegales, de drogas sicotrópicas o de otras sustancias controladas que afecta directamente a los Estados Unidos o que a través de ellos se transportan esas drogas y sustancias". De acuerdo con la lógica del reporte, y de las cifras, el puente centroamericano sigue siendo la ruta principal entre los productores de coca en el sur y el principal mercado en el norte, Estados Unidos.

En el tema del consumo, no obstante, el informe matiza que al mercado tradicional de cocaína y heroína se ha unido desde hace un lustro el de drogas sintéticas, como metanfetaminas y las llamadas drogas de diseño. Por segundo año consecutivo, El Salvador está también en la lista de 34 países de "mayor" tráfico de precursores químicos necesarios para la elaboración de las drogas sintéticas. Estos países, dice el reporte, son motivo de preocupación por "el volumen exportado y la proximidad de los sitios de producción". Entre los principales precursores están la efedrina, la seudoefedrina, el fenil2propano y el anhídrido acético.

Las nuevas preocupaciones

Este año, Washington ha encendido las alarmas con respecto a la ubicación de Guatemala en el mapa de la producción y tráfico de drogas sintéticas y de diseño, así como de la producción de heroína y el cultivo de amapola. El mismo presidente Obama, en el memorándum sobre narcotráfico que envió al Congreso el año pasado, y en el que se basa el reporte de INL para 2015, advierte que en el país más grande del Triángulo Norte ha crecido "la manufactura de metanfetaminas y otras drogas sintéticas", así como el cultivo de amapola y la producción de heroína.

Los analistas del Departamento de Estado atribuyen el fenómeno al denominado efecto globo: ante la presión de las autoridades a la producción en México, las organizaciones de narcotraficantes han seguido buscando plazas en Guatemala, últimamente también para producir las drogas.

En 2014, según el informe de INL, en Guatemala se decomisaron 14 toneladas de semillas de amapola, una más que en Colombia y se detectó un área de cultivo de amapola de al menos 650 hectáreas. En Honduras se decomisaron 50,000 litros de ácido hidroclorídrico y 12 barriles con ácido acético.

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