Finanzas

Indicaciones geográficas: competitividad y mercadeo

Apenas un puñado de productos centroamericanos se aprovechan del hecho diferencial que les puede dar el contar con un sello de Indicaciones Geográficas (IG), algo que refiere al origen y calidad de un producto, a nivel mundial. Aprovecharlas, el reto pendiente.

2014-08-04

Por: Carlos A. Lucas Aráuz

El hecho que un ejecutivo argentino pueda degustar en su cena en algún restaurante de Buenos Aires, de un buen queso francés tipo Roquefort, luciendo un atractivo reloj suizo, mientras que, en algún rincón de Moscú, un grupo de amigos se deleitan unos, con un aromático café colombiano, otros conversan con un habano en sus manos, pero aquel prefiere un vino Oporto, es un indicativo muy gráfico de la intensidad del intercambio mundial de mercancías de hoy en día. El consumo se ha globalizado, pero la producción también lo ha hecho: Hoy en día, los procesos tecnológicos dan la capacidad a la producción en cualquier parte del mundo, de equipararse rápidamente a sus competidores, si se tiene el mismo acceso a los factores de producción.

Esta facilidad tiende hacia la uniformización de la oferta, mientras, contradictoriamente, los consumidores premian las diferenciaciones, los signos distintivos y hasta las personalizaciones que les satisfagan sus expectativas. Por ello, en el mundo actual de competencia y globalización, se hace esencial la diferenciación de los bienes y servicios, como estrategia de mercado y esa es una de las funciones, entre otras, de las marcas comerciales y de las Indicaciones Geográficas (IG).

Marcas e Indicaciones geográficas y el Arreglo de Lisboa

Naturalmente que las marcas de fábrica[1] o la identidad corporativa, son parte de esas señas de identidad o signos distintivos. Pero como en lo citado arriba, notamos el uso especial de un conjunto de denominaciones que refieren indicaciones sobre el origen geográficodel producto: Roquefort, suizo, café colombiano, habano, Oporto, etc([2]). Ellas son Indicaciones Geográficas de los productos.

Y fue precisamente en Lisboa, Portugal, donde el 31 de octubre de 1958, un grupo de países decidió constituirse en una unión particular "para la Protección de la Propiedad Industrial"([3]). En este "Arreglo de Lisboa", en específico, la Denominación de Origen, se refería a un producto con origen en ese punto geográfico (país, región, zona, localidad, comunidad) y cuyos atributos de mercado (pueden ser atributos físicos, de calidad o simples percepciones de los consumidores), se conciben como producto exclusivo de esas condiciones geográficas, naturales o sociales. Desde el Acuerdo de Lisboa, se llegó (en 1974) a la conformación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), organismo de las Naciones Unidas que regula los temas estratégicos de la Propiedad Intelectual para sus 187 países miembros. En esta evolución, ha sido relevante el "Acuerdo entre la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Organización Mundial del Comercio" del 22 de diciembre de 1995, mediante el cual la OMC y la OMPI han acordado criterios y acciones comunes relativos a las Denominaciones de Origen (DO) e Indicaciones Geográficas (IG).

En este punto, hay que mencionar que si bien se usa el término de Indicaciones Geográficas como genérico, la OMPI distingue entre Denominación de Origen e Indicación Geográfica, precisando que en el caso de la DO, además de lo citado del concepto del Acuerdo de Lisboa, "las materias primas deben proceder del lugar de origen y que el producto debe ser elaborado también allí". En el caso de las IG, el criterio es más amplio: "basta con que se cumpla un único criterio atribuible a su origen geográfico", o sólo su reputación. En este caso, la producción de las materias primas y la elaboración o transformación de un producto, no tienen que llevarse a cabo necesariamente en su totalidad en la zona geográfica definida.

Es imposible referirse a cuáles Denominaciones de Origen o de Indicaciones Geográficas están en el mercado global, relativas a productos (no necesariamente sólo de alimentos o bebidas), pero a manera de ejemplo, citemos el agua mineral Tehuacán([4] ), el Tequila, el cristal de Murano, el vino de Burdeos, el jamón de Parma, el vino espumoso de Champagne, el queso Roquefort, los relojes suizos, el café colombiano, el habano, el Oporto, etc.

Centroamérica y sus indicaciones geográficas (IG)

El tema de las IG es para Centroamérica, una herramienta fundamental en tanto, como lo señala la OMC (2004), una de las principales funciones de las IG es que sirven a los consumidores de cualquier parte del mundo, para distinguir entre productos originarios de una región específica y el resto. Las IG aportan trazabilidad. Centroamérica tiene infinidad de particularidades de carácter geográfico, cultural, tradicional, humano, por lo que en buena parte de sus productos y servicios, hay un enorme potencial para el uso de las DO e IG.

De las DO o IG centroamericanas ya reconocidas o con avances legalmente[5], podemos citar el café de Apanaca-Ilamatepec, Bálsamo de El Salvador y el Café de Marcala en El Salvador; el Café Acatenango, Café Antigua, Ron de Guatemala (IG), en Guatemala; el Honduran Western Coffee’s; el Café de Costa Rica, Banano de Costa Rica (ambos, IG), Queso Turrialba en Costa Rica (DO); el Frijol Rojo, Queso Chontales de Nicaragua; más una infinidad de posibilidades adicionales como la Cerámica Negra de Jinotega o el Quesillo de Nagarote en Nicaragua, los tejidos mayas de Guatemala, los cacaos de Talamanca en Costa Rica, las pupusas salvadoreñas, los tejidos Kuna en Panamá, etc.

Centroamérica tiene que tomar en cuenta que en los países desarrollados, las indicaciones geográficas son de vieja data y se amplían incesantemente. ¿Ejemplo?: la Unión Europea en estos momentos está ya buscando como ampliar, mediante una consulta pública (que concluye el 28 de octubre de 2014), sobre la protección de las Indicaciones Geográficas para los productos no agrarios (ejemplo: productos de cerámica, mármol, artículos de cuchillería y cubertería, zapatos, tapices, instrumentos musicales, etc.). La ampliación de las DO e IG, es a la vez una manera de competir diferenciándose en el mercado exterior, pero también, de proteger la producción local contra la competencia de los productos similares importados.

Los retos del aprovechamiento de las Indicaciones Geográficas

Una de las particularidades centroamericanas es por un lado, el desarrollo desigual del marco jurídico de definición y protección de la Propiedad Intelectual y de las Indicaciones geográficas en cada país[6] y por el otro, la ausencia de un marco jurídico común que regule comunitariamente, los procesos de registro, certificación y protección de las IG. Normalmente, los productores y comercializadores centroamericanos sólo tienen en su mente la meta de una marca como estrategia competitiva, desconociendo la necesidad y utilidad de las IG, de las DO e incluso, de las posibilidades de las marcas colectivas o regionales. Es todo un potencial desaprovechado.

Una DO o IG, supone un detallado trabajo de diagnóstico e identificación de posibilidades de registro legal para algunos productos vinculados por su calidad o prestigio, a una zona determinada. Asimismo, dependiendo de la demanda real o potencial de ese producto, determinar si realmente contar con una IG mejorará la competitividad. Es fundamental determinar el grado de vinculación de toda la cadena de valor de ese bien o servicio, a las condiciones locales.

Toda vez que la IG es un activo intangible de la localidad, no puede ser privatizado por alguien o por un grupo determinado, ni es ideal que sea un bien estatal; al contrario, la IG supone una fuerte asociación entre los productores que comparten esas mismas condiciones y que están motivados a mejorar y regular los procesos de producción que resaltan las cualidades del producto como típico de la zona. Todos los productores de la localidad y que siguen las reglas, tienen derecho al uso de la IG protegida, pudiendo paralelamente, usar una marca comercial para su empresa.

IG: Lo difícil no es lograrla, sino sostenerla

Los otros grandes retos, además del procedimiento del registro legal nacional y/o regional y el reconocimiento internacional por la OMC-OMPI, es mantener de manera indefinida esos esfuerzos de diferenciación, así como las correspondientes negociaciones con los antiguos y nuevos socios comerciales[7], con una visión común para la defensa de las IG como bienes públicos regionales. Quizás le corresponda al Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y sus subsistemas, asumir un papel de liderazgo en estas necesarias y urgentes iniciativas.



[1] A nivel internacional, el tema de las marcas fue cubierto tempranamente por el " Arreglo de Madrid" del 14 de abril de 1891 y por el " Protocolo concerniente al Arreglo de Madrid relativo al Registro Internacional de Marcas" del 27 de junio 1989, entre otros.

[2] Las marcas identifican a un producto o servicio como originario de una empresa específica; las indicaciones geográficas refieren la relación entre sus atributos y su origen geográfico. La Organización Mundial de Comercio (OMC), en el "Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC), del 15 de abril de 1994, establece en su Articulo 15, lo relacionado a los casos de marcas de fábrica o de comercio y en los Artículos 22 al 24, lo referente a las indicaciones geográficas, en complemento a las normativas de la OMPI. http://www.wto.org/spanish/docs_s/legal_s/27-trips_04_s.htm

[3] La Propiedad Industrial había quedado establecida desde1883, en el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial. Ver: http://www.wipo.int/treaties/es/text.jsp?file_id=288515

[4] La denominación de origen Tehuacán, es un rico ejemplo del sentido geográfico: el agua de deshielo de las cumbres del Pico de Orizaba (México), va descendiendo, gota a gota, a través de la montaña y atravesando yacimientos de calcio, sodio, magnesio, sílice, fósforo, potasio y otros elementos, hasta que brota 4,000 metros más abajo en la ciudad de Tehuacán y a casi 40 kilómetros de distancia desde donde se inició su proceso natural. Es imposible que la calidad y características específicas de estas aguas, estén replicadas en otro lugar del mundo. Ver: http://academiatlatoani.blogspot.com/2012/04/las-aguas-minerales-de-tehuacan.html

[5] Se legalizaron las Denominación de Origen: del café de Acatenango, Guatemala (4 de octubre del 2012); de la cordillera Apaneca-Ilamatepec, El Salvador, (25 de enero del 2010); la Honduran Western Coffee’s (16 de septiembre del 2010). Centroamérica, al parecer se ha concentrado en café y ron, para sus Indicaciones Geográficas.

[6] Esto, a pesar que dado el Acuerdo de Asociación Centroamérica-Unión Europea, en general, los países centroamericanos dictaron leyes de actualización del tema, bajo los acuerdos de la OMPI y OMC. Puede consultarse un diagnóstico jurídico de las IG de Café centroamericano del IICA:

http://www.iica.int/Esp/regiones/central/guatemala/Documentos%20de%20la%20oficina/DIGANOSTICO%20DE%20LAS%20LEGISLACIONES.pdf

[7] El Acuerdo de Asociación Centroamérica- Unión Europea, en su componente comercial, supone los reconocimientos mutuos de 225 IG por el lado europeo y 10 por el centroamericano. De esa lista, El Salvador ya ha logrado el reconocimiento de la DO "Café Apanaca-Ilamatepec" y de la "Bálsamo de El Salvador". Este último, es una resina vegetal extraída exclusivamente de un área de 400 Km 2.

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