La deuda mundial llegó a US$303 billones en 2021, tras incrementarse en US$10 billones en todo el año pasado, estimó el Instituto de Finanzas Internacionales, IIF. El incremento anual fue inferior al observado en 2020, el año de la pandemia de la Covid-19, cuando los estímulos fiscales mundiales simultáneos motivaron un incremento global de US$24 billones.
Durante la presentación del reporte trimestral, el Global Debt Report, el director de investigación en sustentabilidad financiera del IIF, Emry Tiftik, destacó que una tercera parte del aumento de la deuda mundial fue aportada por los mercados emergentes.
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El IIF proyecta que la deuda de todos los emergentes se acerca a US$100 billones.
El funcionario destacó que la recuperación económica y la alta inflación ayudaron a estabilizar la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto, PIB. De esta manera, la deuda mundial se ubicó en 351% del PIB, un porcentaje que se encuentra debajo del 360% del PIB que representó en el año de la pandemia.
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El director gerente y líder de calificaciones soberanas mundiales de Fitch, James McCormack, destacó que en casi todo el Mundo se presentó una recuperación de los ingresos públicos lo que motivó una estabilidad en las calificaciones, es decir, se presentó una reducción de recortes de calificación.
La emisión con etiqueta ambiental, social y gobernanza (ESG por su sigla en inglés) superó los US$1.4 billones, casi el doble de 2020 y un récord, dijo Tiftik, quien añadió que el IIF esperaba que la emisión total de deuda ESG mundial superara los US$7 billones en 2025.
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