Finanzas

Los 'traders' descartan un 'rally' de fin de año en Wall Street

Consideran que los inversores tienen miedo de entrar ahora. El S&P 500 se juegan acabar en positivo 2018, ya que arrastran ligeras pérdidas.

2018-12-14

Por Economiahoy.mx

'If Santa should fail to call, bears may come to Broad & Wall' (si Santa Claus no aparece, los osos se apoderan de la esquina entre Broad y Wall), reza uno de los viejos proverbios que muchos operadores aquí en la New York Stock Exchange comienzan a tararear ante los derroteros experimentados por la renta variable desde el pasado octubre. 'Hay mucha confusión, y no hay claridad. Eso es lo que menos necesita el mercado', reconoce Matthew Cheslock, de Virtu Americas, quien considera que, con la incertidumbre por montera, solo hay vendedores y no compradores porque 'la gente tiene miedo a volver a entrar ahora'.

Temores no infundados en un momento en que el S&P 500 registra una rentabilidad negativa de casi el 1% desde que comenzase el año, mientras ha borrado cerca de un 9% de su valor en los últimos tres meses. Otros indicadores, como el Russell 2000, que recoge a las compañías de mediana y pequeña capitalización, han borrado un 16% desde los máximos del pasado 31 de agosto. Esto hace presagiar que este índice se encuentra preparado para entrar en un mercado bajista, que implica una caída del 20% desde los máximos más recientes.

Un cambio de previsiones
Esta situación no era la esperada por muchos inversores en el arranque de 2018, cuando la resaca dejada por la reforma tributaria, que rebajó el impuesto de sociedades hasta el 21% y fomentó la repatriación de beneficios, embriagó a los indicadores bursátiles en los primeros compases del año. Por aquel entonces, pocos atisbaban que Estados Unidos acabaría por tasar más de la mitad de las importaciones chinas que entran en el país o que el aplanamiento de la curva de rendimientos, algo que se produce cuando el diferencial sobre el interés entre el bono a 2 años (corto plazo) y a 10 años (largo plazo) se aproximan, tocaría su nivel más ajustado desde el verano de 2007. Es importante recordar que desde 1962, todas las recesiones han venido precedidas de una inversión en dicha curva, que se produce cuando la rentabilidad del bono a corto supera a la del largo plazo.

'Se necesita hacer más trabajo para dar la vuelta al sentimiento actual', estima Marc Chandler, estratega de Bannockburn Global. 'Vemos una resistencia en los 2,660 puntos, pero para convencernos de que hemos tocado fondo deberíamos romper los 2.700 puntos', señala. Un nivel que, de momento, no parece alcanzarse, pese a los avances en las negociaciones entre Washington y Pekín, a la espera de conocer la decisión de política monetaria de la Reserva Federal de la próxima semana, escuchar a su presidente, Jerome Powell, y determinar si el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, forzará un posible cierre del gobierno federal.

'Si somos capaces de enfocarnos en los aspectos positivos, podríamos ver un rally en el mercado e intentar desafiar los niveles de resistencia en poco tiempo. Todo lo que necesitamos es un par de titulares positivos', incide un optimista como Ken Polcari, estratega en Tengler Wealth Managemen, tras abandonar su puesto como director de operaciones de O´Neil Securities.

Desde su punto de vista, las abruptas caídas han causado 'algo de dolor', pero también han creado algunas oportunidades a largo plazo. 'éste no es el momento para salir, sino para recomponer una cartera bien diversificada y las acciones de valor son el principal comodín de 2019', avisa. Es cierto que la oleada de ventas ha moderado las expectativas de beneficio para el próximo año y ha abaratado las acciones hasta niveles no vistos en los últimos años. Según FactSet, en el caso estadounidense, la ratio del precio con respecto a los beneficios futuros se ha reducido en un 17,7% en los últimos 12 meses. Pese a ello las expectativas de que la renta variable americana sople en marzo del próximo su décimo aniversario al alza sigue dividiendo al mercado.

Objetivo para el S&P 500
'Aunque el S&P 500 ha caído aproximadamente un 10 por ciento desde principios de octubre, no esperamos que se recupere en 2019. De hecho, según las perspectivas para la economía estadounidense, podría terminar el próximo año incluso en los 2.500 puntos', destaca John Higgins, analista de Capital Economics.

En las principales mesas de inversión, las metas difieren. Morgan Stanley sitúa al S&P 500 en los 2.750 puntos y espera que el indicador se mueva entre en un rango de entre los 2.400 y 3.000 puntos. Desde su punto de vista, el beneficio por acción medio del indicador será de 171 dólares, un incremento del 4.3%. BofA también se suma al grupo de los pesimistas, con un objetivo para el indicador de 2,900 puntos y un beneficio por acción que se situará en los 170 dólares.

Entre los más optimistas están Goldman Sachs y Citigroup, que colocan al S&P 500 en los 3,000 y 3,100 puntos, respectivamente, el próximo año. Credit Suisse supera estas estimaciones, proyectando incluso los 3,350 puntos. En lo que al beneficio por acción medio se refiere, estos bancos contemplan, por orden, los 173 dólares, 172.50 dólares y los 174 dólares.

'Aunque no esperamos el inicio de una recesión entre los próximos seis y doce meses, esperamos un debilitamiento de la economía y situamos el crecimiento del beneficio por acción medio del S&P en un 7,5%', reconoce Sam Stovall, estratega jefe de CFRA, quien estima que el índice se situará en los 2.975 en los próximos 12 meses y recomienda una exposición a la bolsa americana del 40%, del 15 a renta variable extranjera y eleva al 30% a renta fija y otro 15% a efectivo.

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