Por AFP
'La reordenación de los servicios centrales en Banco Santander y Banco Popular afectará a 1.100 personas (...) a través de prejubilaciones en su inmensa mayoría', afirma el comunicado de los principales sindicatos que negociaron el acuerdo.
Dichas partidas serán en parte voluntarias, precisa el acuerdo publicado.
Por un euro simbólico, Santander, primer banco de la zona euro por capitalizació bursátil, se hizo la madrugada del 7 de junio con el Banco Popular, por entonces el sexto banco español y al borde de la quiebra.
La operación fue la primera efectuada bajo el paraguas del mecanismo europeo de rescate de bancos, destinado a evitar el uso de dinero público en estos casos.
El Santander fijó por entonces en 1.300 millones de euros el coste de la reestructuración del nuevo grupo.
Los sindicatos dijeron desde el principio que temían una oleada de despidos, después de que en los últimos años el Popular eliminara 2.600 puestos y el Santander 2.500, según UGT.
El grupo Banco Santander tenía a fines de septiembre cerca de 201.000 empleados en todo el mundo, incluyendo a los del Popular. Antes de su compra, el Popular tenía por su parte unos 11.400 empleados.
Por el momento no se ha anunciado el cierre de ninguna sucursal bancaria, aunque el plan anunciado por el Santander en junio preveía una 'optimización de la red común de sucursales'.
'La reordenación de los servicios centrales en Banco Santander y Banco Popular afectará a 1.100 personas (...) a través de prejubilaciones en su inmensa mayoría', afirma el comunicado de los principales sindicatos que negociaron el acuerdo.
Dichas partidas serán en parte voluntarias, precisa el acuerdo publicado.
Por un euro simbólico, Santander, primer banco de la zona euro por capitalizació bursátil, se hizo la madrugada del 7 de junio con el Banco Popular, por entonces el sexto banco español y al borde de la quiebra.
La operación fue la primera efectuada bajo el paraguas del mecanismo europeo de rescate de bancos, destinado a evitar el uso de dinero público en estos casos.
El Santander fijó por entonces en 1.300 millones de euros el coste de la reestructuración del nuevo grupo.
Los sindicatos dijeron desde el principio que temían una oleada de despidos, después de que en los últimos años el Popular eliminara 2.600 puestos y el Santander 2.500, según UGT.
El grupo Banco Santander tenía a fines de septiembre cerca de 201.000 empleados en todo el mundo, incluyendo a los del Popular. Antes de su compra, el Popular tenía por su parte unos 11.400 empleados.
Por el momento no se ha anunciado el cierre de ninguna sucursal bancaria, aunque el plan anunciado por el Santander en junio preveía una 'optimización de la red común de sucursales'.