RSE

Antonio Vives: Es la hora de la gobernanza para la sostenibilidad

Especiales E&N 2022

Los nuevos tiempos demandan a las directivas incluir objetivos de gestión responsable en todos los sentidos, dice el director de Cumpetere.

2022-07-07

Entrevista E&N con Antonio Vives, director de Cumpetere*

Avanzar de la gobernanza para los accionistas a la gobernanza para la sostenibilidad es el reto que enfrentan las organizaciones de la región.

Hasta ahora, la gobernanza era un tema dictado por las grandes empresas que cotizan en bolsas de valores y en países desarrollados, sujetas a las disposiciones de los códigos de buen gobierno de las comisiones de valores respectivas.

“Ha tenido como objetivo la eficiencia económica de la empresa, el accionista o dueño, y se ha concentrado en el consejo directivo, que toma las decisiones estratégicas, en financiamiento, mercados, remuneraciones, selección de consejeros, auditoría, y, recientemente, la participación de la mujer”, describe Antonio Vives, directorde Cumpetere .

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Al evolucionar las expectativas sobre el papel de las empresas, la gobernanza se ha expandido a incluir objetivos de gestiónresponsable.

En los momentos actuales, los temas sociales vuelven a ocupar un primer plano en la agenda sostenible “Se espera que las empresas pongan a las personas y su dignidad en el centro de sus preocupaciones y contri-buyan a su desarrollo profesional. Que paguen sueldos justos y equitativos, que se proporcione un ambiente de trabajo conducente,que se respeten los derechos humanos en toda la cadena de valor, que los productos sean responsables y producidos responsablemente y que los clientes y consumidores sean tratados como personas y no sólo como fuentes de ingresos”, añadió el experto.

-Desde la gobernanza hasta las políticas de gestión de colaboradores, las acciones de las empresas frente a la comunidad, el compromiso con la sustentabilidad, la relación con clientes ¿Cuánto nos cambió COVID-19? ¿Cuáles son las claves de la gestión responsable que se impone para los nuevos tiempos?

Desde el punto de vista de la responsabilidad de las empresas ante la sociedad, la crisis del COVID-19 produjo dos movimientos notables: Por una parte, nos dimos cuenta de que las empresas pueden y deben juagar un papel más activo en la sociedad, que la acción de los gobiernos que, si bien es necesaria, se demostró insuficiente y en algunos casos inefectiva.

El papel de las empresas en la superación de la crisis fue clave. Por otra parte, siendo fundamentalmente una crisis humana, las empresas se percataron más de la importancia de las personas en su operación, y estas también se percataron más de la importancia que las empresas tienen para ellos.

Se acentuó la necesidad mutua y sobre todo las expectativas de los empleados de que las empresas, y sus empleos, proporcionarían soporte y estabilidad en una crisis como esta. Desarrolló, en muchos casos, una mayor identificación con la empresa.

-En esta nueva normalidad ¿Están las empresas/ organizaciones de Latinoamérica realmente replanteándose su rol de frente a sus comunidades/ a sus países y a la región y el planeta? ¿Por dónde pasa un verdadero cambio profundo?

Hay una gran variedad de situaciones. Para las empresas que han asumido su responsabilidad ante la sociedad, convencidas de que es lo hay que SER, contra viento y marea, y no solo HACER algunas actividades ocasionales, aisladas, dependiendo de las circunstancias, la nueva normalidad los ha convencido aún mas de ese papel.

Pero para las empresas responsables por imagen, ocasionalmente, por conveniencia, esto no cambia mucho, el cambio que hagan es efímero, no es sostenible, no aguanta adversidades.

Antonio Vives: Es la hora de la gobernanza para la sostenibilidad

CRÍTICO DE LOS CRITERIOS ASG

Para Vives “La responsabilidad de la empresa, (RSE), son la miríada de acciones, pero además incluye la cultura organizacional, los procesos de toma de decisiones, las políticas, que al ser implementadas conducena la sostenibilidad empresarial. ASG son criterios con los cuales se pretende evaluar esto, pero de una forma muy reducida, ya que se limita a cuantificar algunas de las acciones”.

-¿Hay ya una evolución en Latinoamérica de la RSE a la adopción de criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG)?

ASG no es una alternativa a la RSE, no es comportamiento, es solo una manera de evaluar muy imperfecta y parcialmente algunos comportamientos.

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Si la empresa “hace” un poco de A (recicla parte de sus desechos), un poco de S (educación para sus empleados) y un poquito de G (algunas mujeres en el consejo directivo) se le califica como ASG, asignándole un numero o una letra, para expresar su posición relativa en el modelo idealizado de las acciones que el evaluador cree que las empresas deberían hacer...El problema es que extrapolan una pequeña parte de la sostenibilidad empresarial a un todo...ASG no es una alternativa a la RSE, no es comportamiento, es solo una manera de evaluar muy imperfecta y parcialmente algunos comportamientos.

-Desde su mirada experta ¿Por dónde corre la agenda y el accionar de las organizaciones/empresas en Latinoamérica en cuanto al componente AMBIENTAL y cuanto más se impone avanzar en esta agenda?

El tema ambiental es uno que está adquiriendo mucho interés, dominado por las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.

Lamentablemente este interés está opacando los demás aspectos ambientales, los de gobernanza, y lo más crítico para América Latina, los sociales.

El tema de las emisiones debe ser de interés para los gobiernos y las grandes empresas consumidoras de energía y combustible fósiles como las acereras, cementeras, etc., y para las grandes explotaciones ganaderas (uno de los principales causantes), por ejemplo.

-¿Cómo gestionan y se reformulan las empresas/organizaciones de la región el abordaje de las acciones SOCIALES, el componente Social de las ASG?

En los actuales momentos los temas sociales vuelven a ocupar un primer plano. Ahora se espera que las empresas (por lo menos las grandes) pongan a las personas y su dignidad en el centro de su preocupaciones y contribuyan a su desarrollo profesional, que se paguen sueldos justos y equitativos, a pesar de lo que diga el mercado laboral, que se proporcione un ambiente trabajo conducente, que se respeten los derechos humanos en toda la cadena de valor, que los productos sean responsables y producidos responsablemente, que los clientes y consumidores sean tratados como personas y no solo como fuentes de ingresos.

Por otra parte, no se trata solo de contribuir a paliar los problemas de las comunidades afectadas, como en el pasado, sino además de contribuir a su desarrollo regional sostenido, sobre todo proporcionado además fuentes de empleo y de apoyo como proveedores a las micro, pequeñas y medianas empresas, vía los negocios inclusivos.

-Ha planteado que en los ASG falta la P, de producto responsable. ¿Qué impacto tendría en empresas actualmente calificadas ASG dicha inclusión y cuanto aportaría a una certificación más legítima?

La responsabilidad del producto es una de las mayores omisiones en los criterios ASG, junto con temas de elusión y evasión fiscal, aunque todo esto sí es parte de la responsabilidad empresarial.

Una empresa productora de tabacos o de bebidas alcohólicas (con agricultura sostenible), de armas (con beneficios laborales), casinos (consumiendo energía renovable), pornografía (que no discrimina a las mujeres), es calificada con algún puntaje ASG, algo de bueno tienen para compensar algo de malo.

-¿Cuáles desafíos observa en las empresas de la región cuando están en el proceso de adoptar estándares de sostenibilidad, en línea con los requisitos de los inversores?

Por ahora es muy posible que los costos de las emisiones de valores en los mercados primarios, de acuerdo con estándares de sostenibilidad, su reporte, seguimiento y costos de transacción, que satisfagan a los inversionistas responsables, sean superiores a los beneficios que se obtienen en términos de menores costos financieros. Algunos tendrán que incluir los beneficios de reputación y tener visión de largo plazo para equilibrar la balanza.

Es posible que en colocaciones directas a inversionistas privados se obtengan menores costos, pero salvo contadas excepciones, las ofertas al público inversionista en general tienen tasas que son relativamente comparables a las de los productos financieros tradicionales de riesgo comparable.

En los mercados secundarios se alega que las carteras conformadas por valores de empresas consideradas responsables rinden más que las tradicionales. En esto es muy difícil generalizar por cuanto las comparaciones se hacen con grupos de valores seleccionados y sobre períodos cortos o especiales de tiempo, como fueron los dos años del pico de la pandemia. Se requiere de un mayor ámbito analítico para hacer generalizaciones.

Sea como sea, para la sostenibilidad es crítico desarrollar los mercados primarios y secundarios en América Latina, sobre todo en términos de la demanda por estos valores por parte de fondos e instituciones financieras. La parte de la oferta de instrumentos de deuda está bien encaminada en buena parte de los países de región, aunque se puede requerir su revisión en base a las experiencias que se vayan adquiriendo en este incipiente mercado. Y también se está desarrollando de forma favorable la infraestructura financiera, informática, legal y de consultoría para el funcionamiento de estos mercados.

La demanda por estos valores es lo más crítico en términos del desarrollo del ecosistema, que puede requerir la flexibilización de las reglas para que los fondos puedan invertir en estos instrumentos y sobre todo el fortalecimiento de la supervisión por parte de las autoridades que den confianza de que en efecto se cumplen sus objetivos de sostenibilidad y eviten el lavado de cara (el llamado greenwashing). Y estas autoridades deben evitar la tentación de tener reglas diferentes para cada país, cuando ya existen reglas internacionalmente aceptadas que permiten la emisión y comercialización en diferentes países. No hay que reinventar la rueda.

*Antonio Vives es Director de Cumpetere y autor de su blog. Además, Ex gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrolloy Ex profesor adjunto de Stanford University.

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