Mujeres Desafiantes

Orit Haratz de Btesh: Compromiso con una mejor educación en Panamá

La presidenta de la Cámara Panameña del Libro ha sido clave en el crecimiento de la Feria Internacional del Libro de Panamá

2020-09-19

Por Luis Sierra

La feria, que cumplió 16 años, ha tenido que reinventarse y hacerse digitalmente, debido al impacto de la pandemia. La experiencia obligó también a Orit Haratz de Btesh (quien reconoce no ser muy tecnológica), a reinventarse.

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Encontraron en Ecuador una plataforma tridimensional, con la cual pudieron darle al participante una experiencia "casi física". Tuvo 1,4 millones de interacciones y visitas de 50 países. Tras la tristeza de no haber podido disfrutar este año del contacto con las personas, encontró al día siguiente mensajes que le hicieron sentir que el esfuerzo valió la pena.

Una de esas manifestaciones positivas fue un mensaje que recibió, a través de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura), de niños adolescentes de la comarca panameña de Guna Yala, agradeciendo la oportunidad que tuvieron este año de participar virtualmente y por primera vez en la Feria, ya que no habían tenido en años pasados el poder económico para llegar a la ciudad y hacerlo. "Para mí este es mi mejor aporte".

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Toda su vida estuvo vinculada con las letras, en una casa donde se leía muchísimo y había libros por todos lados. Sus primeros pasos en la cultura los dio con la librería El Hombre de la Mancha, para incorporarse a la Feria, y asumir después el liderazgo. Recordó que tocó entonces las puertas de varias instituciones y logró que el ministerio de Educación
fuera patrocinador.

Su deseo de subir el nivel de la educación en el país, porque es la vía para salir de la pobreza y convertirse en una nación de primer mundo, lo reconoce como su misión.

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En sus propias palabras

¿Cuántos años tiene la Feria del Libro de existencia?
Este año era la número 16.
La Feria del Libro empezó con un grupo chico.
Cuando abrí la librería (El Hombre de la Mancha) me fui incorporando a la Feria del Libro, y llegó un momento que asumí la responsabilidad, y desde ese momento estoy a la cabeza de esa responsabilidad, y creo que hemos crecido mucho.
La primera Feria fue en el Centro de Convenciones Atlapa, pero era sólo en el pedacito en donde se llev a cabo ahora el pabellón infantil.
Toque las puertas de algunas instituciones como el ministerio de Educación, y en ese momento convencí a la ministra para que fueran patrocinadores, y a cambio les ofrecí hacerles un Congreso para 500 profesores.
Para mí lo más importante es subir el nivel de educación del país.
La única forma de que el país progrese y salga de la pobreza y que llegue realmente a ser un país de primer mundo es que la gente se eduque. Eso es lo que falta en Panamá, y esa es mi misión.

¿Cómo define el rol que ejerce en su ámbito de acción actual?
Siento que he cambiado el país. Que el país ha cambiado en la forma de apreciar la cultura, y en la forma de ver la importancia de la educación.
La influencia de lo que es hoy en día la Feria del Libro, que es el evento cultural y educativo más grande del año en el país, eso marca la diferencia, y se nota. A cada Congreso traemos expertos del exterior, y los profesores que pasan por nuestras manos cambian totalmente la perspectiva de la vida, la perspectiva de lo que son capaces de dar.
Para convencer a la ministra hicimos un pequeño taller en las oficinas del ministerio de Educación (…), y nos dimos cuenta que el nivel de lectura del equipo que trabajaba en el ministerio era muy, muy bajo. Así fue como la ministra (Lucy Molinar) se interesó, y ella creó la Red de Español y nosotros trabajamos con nuestros profesores. (09:25)., y se nota la diferencia, la entrega de los profesores.

Amo la lectura, me encanta y te transporta a otro mundo. No tienes que montarte en un país y viajar para salir del país.
Yo tengo cinco hijos y tengo 10 nietos, y realmente quiero para mis nietos que vivan en un país con más cultura, con más educación, y que tengan mejores oportunidades.

¿Qué ha sido lo más difícil y lo más gratificante en cuanto al desarrollo de los proyectos que ha impulsado?
Lo más difícil es conseguir el apoyo, especialmente el apoyo económico. Eso es extremadamente difícil.
Nos cuesta muchísimo que la empresa privada entienda la importancia de la educación.
Por ejemplo, tocamos puertas de algunos bancos, y los bancos prefieren apoyar la publicidad de un concierto, porque para ellos es más importante eso que invertir en la educación del país. Me pregunto por qué es tan difícil conseguir fondos para la parte de educación y la parte de cultura.
Creo que los líderes no quieren que el país se mejore, porque no les conviene, porque es más fácil manejar al pueblo cuando es ignorante, pero eso es una equivocación.
No creo en la Responsabilidad Social, porque cuando me acercó con ese formato me doy cuenta de que lo que es una inversión en mercadeo para las empresas, que lo maquilan con ese título.

¿Qué tiene en mente para el futuro después de todo el crecimiento que ha tenido la Feria?
Tengo muchos sueños.
Este años tuvimos que reinventarnos y montar una Feria virtual en prácticamente un mes y medio, dos meses. Me reinventé y yo misma no puedo creer.
Para mí ha sido dificilísimo, soy cero tecnológica, no sabía lo que era un Zoom. Sólo pagaba la quincena de mis colaboradores con ACVH y listo, todo lo hacía con cheque.
Hoy he aprendido muchísimo, y tengo muchos sueños.
Estoy aprendiendo lo que es venta online. Todo lo que es la industria electrónica. En ese ámbito hay que reinventarse.
Tengo una Fundación. Empezamos con niños con necesidades especiales, tuvimos centros para niños autistas hace varios años, y luego cambié el enfoque de mi fundación y decidí hacer proyectos de educación.
Durante la pandemia repartimos en un busito mercancía cuando estábamos abiertos, y tenemos una chica que desarrolla todas esta actividades, que se montó en un panel y pasaba por las barriadas más humildes de Panamá y les contaba historias con valores a los niños, y las familias salían. Pudimos recrear y sacar del estrés a la población.
También trabajamos con la Unicef un proyecto que desarrollamos, unos módulos de cuenta cuento que se pasó por la televisión para los niños. Se nos ocurrió apoyar también un poco la parte psicológica, ya que la gente está muy necesitada no sólo a nivel cuerpo, sino también a nivel del alma. Apoyar un poco en la parte emocional a la gente.
Ahora por ejemplo nos pidieron en Penonomé una donación para el hotel donde se están hospedando los niños y los padres que están contaminados con la COVID-19.
Tengo mucho sueños, entre ellos hacer crecer también nuestra tienda online como empresaria.
Siento que hace falta mucho.
Me doy cuenta de que el país no invierte en comunicación. Para que un país se desarrolle realmente tiene que haber comunicación. Por eso vez un país como Estados Unidos con esas carreteras que lo han ayudado a desarrollarse. Hoy en día no es sólo carreteras.
La comunicación por Internet es básica, y aquí en Panamá hay barreras completas en las que aunque tengas el dinero no puedes acceder a internet.
He tratado de ayudar a algunos niños que no tienen computadora, y les he comprado la computadora para que puedan accesar y no hay manera. Tienen que accesar a través del teléfono, y esas tarjetas de cinco dólares no te aguantan ni dos días y se cae la conexión.
El último proyecto que lancé en el momento en que tomé la presidencia en la Cámara, que ha sido un poco difícil, se llama sembrando bibliotecas.
Cada vez que hacía una feria y me quedaba algo de dinero, lo invertía en desarrollar una biblioteca.
La primera biblioteca fue en Coclé, cuando la escogimos fue increíble como la gente reaccionó. Tuve que comprar un generador eléctrico para poner conectarlo a una pequeña estructura y poder conectar dos computadoras, dentro de las cuales había algunos diccionarios y algunos programas para que los niños puedan utilizar ese equipo, además de los libros que donamos.

De allí salió el proyecto de las bibliotecas en las estaciones del Metro. Eso lo hicimos con el Club 20-30 y el Club de Leones, y convencimos al ministro Roy, que era el encargado del Metro, para que nos diera esos espacios. Ya lo tenemos en cuatro estaciones. Tu bajas para tomar el Metro y ahí te encuentras con una biblioteca. Tu puedes agarrar el libro y llevártelo en el Metro a tu casa. La idea es que la gente eventualmente regrese los libros. Hemos tenido un par de casos en los que han regresado los libros, la mayoría se queda con ellos, pero no importa.
Ese roce con el libro te va ayudando a la inspiración. Recogemos libros que la gente nos dona, y vamos llenando los anaqueles. Te das cuenta que apenas lo llenamos al otro día casi no hay nada.

¿Le ve futuro a la idea de los libros digitales en Panamá?
Latinoamérica todavía está muy atrasada en todo lo que es el libro digital. El país más desarrollado de Latinoamérica en ese ámbito es Brasil. Todavía siento que nos falta mucho para llegar a eso.
El año pasado tuvimos una reunión en Nueva York en la Feria, eso fue antes de la pandemia. La estadística indicaba que la venta de libros digitales bajó y la venta de libros en papel subió.
Creo que eventualmente eso se va a balancear, y en todo lo que son los libros de consulta se va a fortalecer la parte digital. Todo lo que son libros de lectura, eso nunca a desaparecer, porque el lector quiere sentir el libro y quiere palparlo, y quiere tenerlos en su biblioteca en casa.
Aunque la juventud es muy tecnológica, hemos visto una subida en libros física en los jóvenes.

¿Cómo se compromete para potencia el liderazgo y desarrollo de sus pares mujeres?
Trabajo mucho en la Feria el tema de la mujer.
Este año por primera vez logre tocar el tema del abuso sexual.
Primero tuvimos una ministra Opus Dei y después un presidente Opus Dei que se negaban rotundamente a tocar ese tema. Todavía no puedo entender como en el siglo XXI ese tema no es un tema número uno, y preocupación número uno de nuestro país.
No puede ser que haya en nuestro país, y lo acabo de ver en las noticias, una niña de 10 años embarazada y que fue abusada. Generalmente los abusos vienen de la gente más cercana. Y es un tema de lucha y es un tema de falta de educación. Creo me voy a enfocar en eso, en proteger a las niñas a través de la educación.
Definitivamente que la mujer debe tener un rol importante, pero debo recalcar que para mí es importante recalcar que la mujer no se olvide de su rol.
No nacimos hombres y no podemos ser hombres, y tratar de igualarnos a los hombres y olvidarnos de nuestra feminidad es un error.
Cuando me preguntan defínete, primero te digo que soy mujer, luego te digo que soy madre, y luego viene todo lo demás.
Si soy muy feminista y defiendo a la mujer, y que debe tener igual salario que un hombre si está en la misma posición. Y si hay mujeres que quieren ser pilotos o que quieren ser ingenieras, por qué no. Vivimos en un mundo democrático y creo que todos tenemos derecho a las oportunidades.

¿Cuánto le cambió la vida en estos tiempos del COVID-19, cómo está sorteando los obstáculos de la pandemia, se ha tenido que reinventar?
Definitivamente sí.
Una de las pruebas ha sido pasar de una Feria del Libro física, en el Centro de Convenciones Atlapa, en donde llegaban más de 100.000 personas en seis días, a una Feria Virtual.
No sabía cómo lo iba a hacer en el momento en que decidí cancelarla -la Feria Física-.
Buscamos y buscamos, y encontramos en Ecuador una plataforma tridimensional., donde pudimos darle al participante una experiencia casi física.
Tomabas tu avatar, caminabas y visitabas los diferentes estand. Fue una reinvención. Quedé en shock y traté de entender las cifras al final y no lo podía entender, porque se habla no solamente de visitas, se habla de interacciones, en otro idioma, en otro lenguaje.
La Feria fue ahora el 13 de agosto al 16 de agosto, y tuvimos 184.137 visitas a todas las plataformas, porque tuvimos el canal de youtobe, donde se pasaban simultáneamente las actividades en Zoom. Tuvimos todos los días de ocho a 10 horas de actividades (28:32).
Simultáneamente en cada sala había una actividad, el lanzamiento de un libro, algún foro, como el de Periodismo, que llevamos a cabo, el Foro de la Muer y la educación sexual, como te comenté.
Compramos la plataforma de Zoom.
Dejamos grabadas las actividades en la ZLC, y al día siguiente que cerramos ingresaron 7.000 personas a ver las actividades que no alcanzaron a ver. Tuvimos además 1.400.000 interacciones y tuvimos visitas de 50 países.
A través de la plataforma visitabas los stand, y podía apretar el botón y te llevaba a la página web de la compañía.
Se vendió un 15% de lo que se vendía en la Feria física. No se esperaba eso y fue una sorpresa.
Armar un equipo tecnológico no es fácil. Necesitas gente buena detrás.

¿Cuándo cree que ha avanzado la mujer en Centroamérica y qué falta?
Se ha avanzado, pero falta todavía una generación para que la mujer sea tratada con más respeto e igualdad.
El problema número uno es la falta de apoyo del gobierno, porque no puede ser que todavía haya abusos contra las mujeres en sus hogares y el hombre no sea castigado.
La mentalidad machista es un tema que debemos transformar y eso va a demorar una generación.
Debe haber un cambio también a nivel empresarial.
Todavía falta para llegar a ser un país de primer mundo, como Noruega, como Inglaterra, donde la mujer cuando da a luz tiene varios meses para quedarse con su hijo en casa. Igualmente el hombre recibe el mismo tiempo que la mujer. Todavía falta para entrar en esa mentalidad de la modernidad, donde todos somos iguales.

¿Cómo nació su vocación por preservar la cultural?
Cuando abrí la primera librería reglaba el capuchino para que la gente se acercara a los libros.
Yen este año, en el que cumplimos 20 años en el Hombre de la Mancha, mi empresa, me di cuenta de que el panameño no valoraba lo suyo. Siempre prefería comprar lo que venía de afuera. Si había un escritor panameño y no se vendía mucho, sino que se vendía más el best seller o el visitante de afuera.
Entonces me di cuenta de que había que trabajar mucho lo nuestro y nuestra cultura.
Siento que eso ha avanzado bastante. Estamos viendo que el panameño si aprecia lo suyo y está empezando a valorar lo suyo.
Hace varios años empezó la Feria de Artesanías, vemos movimiento, que la gente se va acercando a lo suyo, y eso es lo importante.

¿Cuáles son esas riquezas que debemos conservar en el caso de Panamá, y cuál es la ruta para lograrlo?
La ruta para lograrlo es la educación.
En Panamá tenemos cinco grupos indígenas y la pobreza en esos grupos es terrible, Creo que se necesita más apoyo del gobierno. Tenemos mucho que aprender de toda esa riqueza cultural que tienen todos estos grupos indígenas, para el rescate de sus idiomas y de todo su legado. En la parte de medicina tienen mucho para aportar. No apreciamos lo que tenemos cerca.
La pandemia nos dio el espacio para frenar, para parar, para meditar y para valorar lo que tenemos cerca. Vivíamos en un mundo tan acelerado, que no tenías tiempo para nada, ni para los tuyos ni para tus hijos. No te alcanzaba las 16 hora del día de trabajo.
La pandemia nos frenó y nos tiempo para valorar y para meditar, y creo que fue algo positivo.
Creo en Dios y creo que fue un mensaje para todos nosotros.
Siento que esta pandemia me ha transformado, me ha servido muchísimo para tomar decisiones, para hacer cambios en mi vida, y darme cuenta que la vida no es esa escalera en automóvil de fórmula uno. Hay que regresar a lo básico, y lo básico es valorar a los que tienes cerca.

¿De su quehacer cómo se propone enriquecer ese legado?
Aunque cuando terminó la Feria (del Libro) estaba muy triste, y porque no tuve el contacto con la gente. Ese contacto que tanto añoro. El pabellón infantil, ver la cara de los niños. Sentía ese tumulto de gente emocionada y vibrando. Algo curioso fue que al día siguiente recibí mensajes por ejemplo, a través de la OEI, un mensaje de los niños adolescentes de Guna Yala, que es la comarca de San Blas, donde los chicos mandan un mensaje diciéndome que están agradecidos, porque nunca pudieron participar en la Feria porque no tenían el poder económico para llegar a la ciudad y participar en la Feria. Esta fue su primera participación. Para mí este es mi mejor aporte.

¿Cuáles son los principales obstáculos en nuestros países para las creadoras de la cultura como usted?
Nuestros gobiernos. Vivimos supuestamente en un mundo democrático. Lo digo porque fui parte de la Junta Nacional de Escrutinio. Tuve que contar los votos cuando fueron las elecciones. Fue una experiencia increíble y si te puedo decir que hay democracia en mi país, pero desgraciadamente los líderes que tenemos no son un ejemplo para mi país. No son líderes que suben allá arriba para mejorar el país. Son líderes oportunistas. Es una oportunidad para ellos subir y hacer negocios y conexiones, y desgraciadamente olvidan al pueblo. Nos falta esa transformación.
Faltan esos líderes idealistas, y yo me siento una idealista.
Los líderes son como los padres, y si la gente arriba roba cómo la gente de abajo no va a robar. Porque ese es el ejemplo.
No tenemos buen ejemplo de liderazgo a nivel mundial. Me refiero a un liderazgo positivo, o de gente que quiera de verdad quiera hacer un bien para su país. Es difícil encontrarlo, especialmente en Latinoamérica.

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