Mujeres Desafiantes

Lorena Isabel Maduro: Pasión por los negocios desde Honduras

Desde muy joven Lorena Maduro sintió una gran curiosidad por el mundo de los negocios. Tanto, que estaba segura qué iba a estudiar y luego de hacerlo, creó un exitoso emprendimiento.

2020-09-18

Por Zaida Rojas Cabezas

En el periodo presidencial de su padre, Ricardo Maduro (2002-2006), formó parte del Comité de Estrategia de Comunicaciones del Presidente de la República, sin embargo, Lorena Maduro no sintió el llamado de la política como si lo hicieron los negocios. A fin de alcanzarlo, empezó por prepararse con un MBA y buscar otros horizontes para obtener la experiencia necesaria en esa área.

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Unos años más tarde tuvo a su primera hija al tiempo que llevaba a cabo el programa de estudio CALI (Central American Leadership Initiative), esa coincidencia la llevó a crear la Asociación Creciendo Juntos y su centro piloto PequePaz, un espacio para brindar cuido a hijos e hijas de los colaboradores del Grupo de Inversiones La Paz.

"Con el proyecto PequePaz busco apoyar con el cuidado de sus hijos, a las madres que trabajan, de esta manera podemos eliminar o minimizar una de las principales limitantes en el desarrollo profesional de las mujeres", explicó Maduro. La empresaria aspira a reproducir ese centro de atención de menores en otras empresas del país y en la región, así como a poder influir sobre políticas públicas para que los Estados fortalezcan su estructura de apoyo a las mujeres.

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"Luego fui nombrada Gerente Corporativo de Créditos del Grupo Inversiones La Paz y en el 2016, debido a ciertos cambios corporativos, tomé de manera interina la gerencia de Multicréditos La Paz (Solvenza). Ese rol temporal resultó en un proyecto de cambio que ha durado cuatro años. Me ha presentado grandes retos y también mucho aprendizaje y me ha dado más confianza en mí misma y mostrado lo que soy capaz de hacer", afirmó Maduro. La empresaria dirige las actividades de Solvenza y coordina con sus homólogos de otras áreas comerciales del grupo y las de soporte. Su rol principal es formar y motivar a un equipo de personas enfocadas en entender las necesidades de los clientes y encontrar soluciones innovadoras.

"Intento fomentar una cultura en la que aceptamos que el cambio es permanente y que el más exitoso es aquel que mejor se adapta al cambio. Estimo que una empresa bien manejada más allá de ser rentable puede generar bienestar para muchas familias y fomentar cambios positivos en un país", aseguró Maduro.

Cuando se reincorporó al grupo empresarial, le llamó la atención la división de créditos por el potencial crecimiento que tiene y porque a través del financiamiento puede apoyar a personas que nunca han tenido acceso a un crédito formal y de esta manera puedan alcanzar una mejor calidad de vida.

Uno de los aspectos más difíciles de su trabajo es hacer modificaciones profundas en un grupo que tiene más de 50 años, ya que los hábitos laborales están muy arraigados. Sin embargo, estima que no es imposible, por ejemplo, los cambios se ven en el área digital.
"La más reciente muestra de cambio ha sido el proyecto de transformación digital que estamos implementando en este momento, llevamos casi tres años trabajando en él. Salimos en vivo el 1 de julio y el 2 de septiembre en su siguiente fase. Un equipo de unas 120 personas se metió de cabeza en el proyecto y han demostrado que nada es imposible", comentó Maduro.

Esta época de pandemia les ha cambiado la vida a muchos y Maduro no es la excepción, sin embargo, comentó que el principal reto ha sido emocional. "Aprender a manejar la incertidumbre, el distanciamiento de la familia y amigos, tener a los niños en casa y con clases virtuales, y manejar la situación complicadísima de la empresa. Ha sido difícil balancear el enfoque en lo inmediato (salir de la crisis) con una visión a mediano y largo plazo", expresó.

FRASE DESTACADA
"Mas allá de los resultados del negocio, es importantísimo poder mantener el compromiso y motivación de las personas". Lorena Isabel Maduro.

En sus propias palabras

¿Qué ha sido lo más difícil y lo más gratificante de sus actuales proyectos?
Siento que lo más difícil y también lo mas gratificante es trabajar con personas. Las diferentes perspectivas y experiencias que trae cada persona enriquecen muchísimo los proyectos, pero a la misma vez esas diferencias pueden dificultar la implementación de cambios y adopción de nuevas maneras de hacer las cosas. En un grupo como el nuestro, de más de 50 años, tenemos algunos hábitos muy engranados. Cambiar esos hábitos puede generar incertidumbre y una sensación de inestabilidad para algunas personas, lo cual resulta en resistencia al cambio. Navegar los cambios ha sido difícil, pero me siento sumamente satisfecha de ver como nuestros equipos han demostrado resiliencia. La mas reciente muestra de eso ha sido el proyecto de transformación digital que estamos implementando en este momento. Llevamos casi 3 años trabajando en él, y salimos en vivo el 1 de julio y ahora el 2 de septiembre en su siguiente fase. Un equipo de aproximadamente 120 personas se metió de cabeza en el proyecto y han demostrado que nada es imposible.

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¿Sus nuevos sueños, los proyectos para el futuro?
Me entusiasman los cambios que hemos logrado en corto tiempo debido a la pandemia. Siento que esto marca una nueva manera de trabajar en nuestro grupo, debido a los retos del entorno. Lo difícil será mantener ese momentum para seguir innovando aún cuando haya pasado la pandemia. Entre mis sueños para el futuro está seguir desarrollando el vínculo de nuestro grupo empresarial con el bienestar social de las comunidades en las que tenemos impacto. Ya hacemos mucho, pero creo que podemos hacerlo de una manera más profunda e integral.

También sueño con profundizar el impacto que tienen nuestras dos fundaciones en la educación de nuestro país. Ambas se enfocan en la educación inicial y educación preescolar, que es la base de la pirámide.

¿Cómo se compromete para potenciar el liderazgo y desarrollo de sus pares mujeres?
Pienso que lo primero es dar el ejemplo y luego estrecharle la mano a otras mujeres. La carga que tenemos las mujeres en nuestra región es grande, ya que aún somos responsables de la mayoría de tareas del hogar y del cuidado de nuestros hijos. Al estar en una posición de liderazgo, considero importante ser auténtica y transparente- demostrar que es difícil armonizar todos los aspectos de la vida de una mujer. Creo que eso genera los espacios y conversaciones para que otras mujeres (y también hombres) puedan pedir ayuda y decidir qué funciona para ellas.
Con el proyecto PequePaz busco apoyar específicamente a las mujeres que trabajan con el cuidado de sus hijos. De esta manera podemos eliminar o minimizar uno de los principales limitantes en el desarrollo profesional de las mujeres. Mi aspiración es poder replicar el centro con otras empresas en el país y en la región y poder influir sobre políticas públicas para que los Estados fortalezcan su estructura de apoyo a las mujeres.

¿Cuánto le cambió la vida en estos tiempos de Covid-19? ¿Como está sorteando los obstáculos de la pandemia? ¿Se ha tenido que reinventar?
La vida me cambió bastante con el COVID-19. Como todos, he estado obligada a estar en casa por varios meses seguidos, cuando antes siempre pasaba en la calle,
cargada de eventos de trabajo, sociales y viajes.
El reto principal ha sido emocional- aprender a manejar la incertidumbre, el distanciamiento de la familia y amigos, tener a los niños en casa y con clases virtuales, y manejar la situación complicadísima de la empresa. Ha requerido de muchas conversaciones difíciles y profundas con mi esposo y de mucho apoyo mutuo, pues él también lidera una empresa. Ha sido difícil balancear el enfoque en lo inmediato (salir de la crisis) con una visión a mediano y largo plazo.

-¿Cómo ha vivido y enfrentado los nuevos retos que impuso la pandemia a las empresas y sus colaboradores? ¿Cuál ha procurado que sea su aporte en tiempos de cuarentena y ahora rumbo a la nueva normalidad?
En medio del torbellino de emociones que me ha generado la pandemia, he sentido la presión de ser ejemplo para mi equipo de trabajo. Las primeras semanas me sentía
paralizada. No sabía qué hacer ni que decirle a nuestros colaboradores. Todas nuestras tiendas estaban cerradas y nuestros clientes de crédito no nos estaban pagando casi nada. Era peor de lo que nos habíamos imaginado. Además muchos de nuestros colaboradores han perdido a familiares y amigos y están en procesos de duelo.
Decidí que es importante ser sincera y aceptar que no tengo todas las respuestas- abrir espacios de conversación para expresar nuestras dudas y nuestros miedos y aceptar que cada persona navega y reacciona a la crisis a su propio ritmo. Bajo la modalidad virtual, he tenido que invertir más tiempo en conectar con cada persona. ¡En mis llamadas de Zoom es prohibido apagar la cámara! Eso nos facilita hacer verdadera conexión con los demás.
Mas allá de los resultados del negocio, es importantísimo poder mantener el compromiso y motivación de las personas. Ese considero yo que es mi rol principal.

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