Mujeres Desafiantes

Un sello para el compromiso de equidad entre hombre y mujer

El “sello de igualdad de género” nació en 2002, pero fue hasta 2019 que el instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) de Costa Rica institucionalizó el programa.

2023-03-08

Por Daniel Zueras – Revista Estrategia & Negocios

La presidenta del Inamu, Adilia Caravaca, apunta que el mencionado sello “es una herramienta concreta para que los sectores público y privado se unan en pro de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mediante la reducción de las brechas de género y la promoción tanto de la igualdad en el lugar de trabajo como del empoderamiento económico de las mujeres, desarrollando una estrategia organizacional que incorpore la igualdad de género como parte integral de la organización”.

Así, las empresas participantes deben implementar medidas integrales para cambiar su estructura y cultura organizacional, “creando condiciones justas y decentes para los y las trabajadoras”, explica Caravaca.

El Sello busca impulsar el ingreso de las mujeres al mercado laboral, “pero también el mejoramiento de la calidad de su empleo”, incide la presidenta del Inamu, en aspectos relacionados con la igualdad salarial, hostigamiento sexual, acoso laboral, corresponsabilidad social, familiar y laboral de los cuidados, la salud integral (que incluye la salud sexual y salud reproductiva), la contratación y selección de personal, entre otros.

El Instituto ha asesorado a la fecha 706 empresas en materia de igualdad de género, 60 han sido reconocidas por buenas prácticas en materia de igualdad, 11 están en proceso de certificación del sello y cuatro han sido ya certificadas. Además, 265 compañías han sido capacitadas y se han diseñado ocho herramientas didácticas.

El Sello, dijo, “es 100 % pertinente y responde adecuadamente a las necesidades y prioridades país en materia de igualdad de género”.

Caravaca defiende que este representa una oportunidad para equiparar las relaciones laborales que siguen siendo dispares: “Aunque hoy en día hay más mujeres universitarias que hombres, esto no se ve reflejado en la dirección de las empresas, tanto públicas como privadas, las mujeres sufren discriminación salarial; política y social por su condición de mujer. La igualdad de género permite aprovechar el talento disponible en el mercado laboral”, apunta.

OIT: La brecha de género en el mundo laboral es mayor de lo pensado

En Costa Rica, se gradúan 48 % más mujeres que hombres en educación superior. Sin embargo, su tasa de desempleo es 11 puntos porcentuales superior a la de los hombres”.

La estrategia y las herramientas desarrolladas en el marco del programa del Sello buscan principalmente la apropiación del tema de igualdad de género en la empresa privada e instituciones púbicas, a nivel de las estrategias y herramientas en la cultura de las organizaciones. “Más allá de la certificación de una empresa, se busca ese cambio cultural sostenido en el tiempo y que apoye para mayor incorporación y permanencia de las mujeres en el mercado laboral en empleos de calidad”, expresa Caravaca.

Muchos estudios han demostrado que avanzar en la igualdad de género es un buen negocio ya que se mejora la productividad de las empresas. “Ante las transformaciones que ocurren en las sociedades actuales, el espacio laboral debe ser repensado para lograr una mayor optimización de los recursos, de una forma sostenible y estrechamente vinculada con el bienestar de las personas trabajadoras. El promover una mayor participación laboral de las mujeres ha mostrado ser beneficioso”, dijo.

¿Y LAS EMPRESAS?

Adilia Caravaca explica que las empresas que avanzan en el programa del Sello de Igualdad “ven como el mayor valor agregado del proceso la creación de condiciones para practicar la igualdad de oportunidades entre sus colaboradores y colaboradoras”.

Las compañías reportan un aumento de mujeres en puestos de toma de decisiones, mejora del clima organizacional y ambientes más amigables para las mujeres, reflexión en cuanto a masculinidades positivas, entre otros.

Las empresas transnacionales son las más concienciadas en la materia, “en donde estos temas son definidos como prioridad desde las casas matrices. Pero cada vez más sectores, sobre todo el de servicios, empieza a tener más información sobre el tema y entiende sus beneficios”, comenta la presidenta del Inamu.

En estamentos públicos, recientemente salió la Guía de compras públicas que realiza el Ministerio de Hacienda, un reglamento en el que se lograron incorporar criterios de género que otorgan puntajes extra a las empresas que trabajan esos temas. “Eso ha sido un incentivo para que muchas empresas que desean ser proveedoras del Estado se acerquen al Inamu a pedir información y empiecen a participar en los programas de formación”, valora Caravaca.

A su juicio, la principal barrera en materia de igualdad son las resistencias culturales al cambio que conllevan a negar la existencia de brechas de género en el empleo. “Dependiendo de qué tan machista sea la cultura empresarial o institucional, así serán las resistencias para avanzar hacia la igualdad”, expuso.

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