Por Leonel Ibarra – estrategiaynegocios.net
La inversión es clave para el éxito económico de los países y que aumente el valor de los bienes y servicios que se producen en cada economía. Pero si esta inversión se hace con una óptica de género, se convierte en una palanca para acelerar ese crecimiento económico, especialmente en América Latina.
Esa fue parte de las conclusiones que llegaron los panelistas del foro virtual E&N, del especial 8M, “Invertir en mujeres con lentes de género” donde se tuvo la visión de expertos sobre la inclusión femenina, los desafíos que enfrenta la región para lograr cerrar la brecha de género y sobre la importancia de invertir en la promoción de políticas públicas y privadas relacionadas con este tema.
Según explicó Jaime García, director del Índice de Progreso Social en América Latina e investigador senior del Centro Latinoamericano para la Competitividad y Desarrollo Sostenible del INCAE Business School, una inversión con enfoque de género aumentaría en 34 % el Producto Interno Bruto (PIB) de la región latinoamericana, pues al tener más recursos y más capital humano se puede generar más crecimiento económico y más bienestar.
“La inversión con perspectiva de género es esa asignación intencional de capital y alineación de estrategias procesos y productos de inversión para lograr contribuciones positivas y tangibles respecto a los objetivos de empoderamiento de las mujeres y que tiene el potencial de generar un retorno financiero”, explicó García.
Aclaró que esto “no es filantropía, ni responsabilidad social empresarial”, es invertir en empresas dirigidas por mujeres, es proporcionar productos y servicios que cierren las brechas de género o que estén diseñados para satisfacer las necesidades específicas alineada con la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Se estima que al año 2020, la inversión con este género a nivel mundial representó US$13.000 millones, enfocado específicamente en los sectores de salud, agricultura, la tecnología financiera y también educación e inclusión e inclusión financiera
La región de América Latina tiene una participación cercana a la que tiene el sur de Asia en términos de atracción de fondos de este tipo de inversión.
Invertir en mujeres, también es abrir espacios laborales
Andrea Figueroa, gerente de Gestión Empresarial del Centro para la Acción de la Responsabilidad Social Empresarial (CentraRSE) de Guatemala, comentó que en la actualidad se está trabajando en brindar acompañamiento para que las empresas desarrollen políticas en las que definan sus compromisos respecto a la igualdad de género y emanen programas y proyectos concretos para sus colaboradoras y luego al gran grueso de la población de mujeres que está afuera de las empresas y que está esperando oportunidades laborales.
Por su parte, Claudia Toledo, presidenta de HR Guru Latinoamérica, considera que el mercado laboral para las mujeres se está recuperando en la pospandemia; sin embargo, en Centroamérica siempre es mayor la tasa de empleabilidad de los hombres.
“Muchas empresas, están buscando ya ese 50-50 de hombres y mujeres, pero el reto siempre va a ser en los niveles más altos. El primer reto es que muchas mujeres no se postulan o les falta ser más agresivas en el proceso”, dijo Toledo en el foro virtual.
Sellando el compromiso
Costa Rica lleva la delantera en temas de género, en cuanto a la gestión empresarial, ¿cómo lo sabemos? En 2002 nació el “sello de igualdad de género”, que el instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) de Costa Rica institucionalizó.
La presidenta del Inamu, Adilia Caravaca, apunta que el mencionado sello “es una herramienta concreta para que los sectores público y privado se unan en pro de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mediante la reducción de las brechas de género y la promoción tanto de la igualdad en el lugar de trabajo como del empoderamiento económico de las mujeres”.
El Sello busca impulsar el ingreso de las mujeres al mercado laboral, “pero también el mejoramiento de la calidad de su empleo”.
El Instituto ha asesorado a la fecha 706 empresas en materia de igualdad de género, 60 han sido reconocidas por buenas prácticas en materia de igualdad, 11 están en proceso de certificación del sello y cuatro han sido ya certificadas. Además, 265 compañías han sido capacitadas y se han diseñado ocho herramientas didácticas.
Caravaca explicó que las empresas que avanzan en el programa del Sello de Igualdad “ven como el mayor valor agregado del proceso la creación de condiciones para practicar la igualdad de oportunidades entre sus colaboradores y colaboradoras”.
¡Reviva el Foro E&N 8M!
