Bicentenario

Comercio Intrarregional: el gran potencial centroamericano

Los procesos de integración económica de la región le dan un espacio en los mercados de primer nivel, siendo la sexta economía más grande de América Latina y el Caribe, y uno de los mayores exportadores de piña, cardamomo, dispositivos médicos, banano y café. Aún hay mucho por hacer, luego de los primeros 200 años de Independencia Centroamericana.

2021-10-23

Por Gabriela Origlia, E&N

En el mundo solo la Unión Europea tiene un nivel de integración comparable al de Centroamérica. Esa dinámica cumple 61 años este 2021: el 13 de diciembre de 1960 se firmó el Tratado General de Integración Económica que fundó los procesos posteriores.

La irrupción de la pandemia abre un interrogante respecto a si la crisis derivada reforzará o no el rol del regionalismo. Para el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) ese papel será "significativo" en la respuesta centroamericana a los problemas económicos derivados del coronavirus.

Isaac Cohen, quien por más de dos décadas trabajó en la Comisión Económica de Naciones Unidas para Latinoamérica y la región del Caribe, destaca la integración regional como un "logro significativo" porque "se ha mantenido pese a todo y ha permitido diversificar exportaciones. Los porcentajes de comercio intrarregional son los más importantes, encima del Mercosur incluso. Los acuerdos con Estados Unidos y con la Unión Europea se negociaron en unidad porque esos actores lo plantearon así por la escala de cada una de las seis economías".

Según datos de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), la región -con 50,3 millones de habitantes- es la sexta economía más grande de Latinoamérica y el Caribe, ubicándose como el mayor exportador mundial de piñas y cardamomo, el segundo de bananos y el tercero de café; también está entre los 30 más importantes de instrumental médico y de textiles y ropa. Cuenta con 20 aeropuertos internacionales, 47 puertos marítimos, 17 puestos fronterizos y siete fronterizos periféricos. Los analistas coinciden en que la integración económica alcanzó en Centroamérica un desarrollo de acuerdos que va más allá de lo comercial. En esa construcción intervinieron diferentes etapas: hasta los sesenta fue una de formación; desde entonces hasta los noventa se ejecutaron el Tratado General de Integración Económica Centroamericana y el Mercado Común Centroamericano (MCCA). La crisis regional de los años ochenta redujo la operatividad de ese mercado respecto a los años anteriores, pero pese a todos los conflictos, la integración resistió.

Foto: Estrategia y Negocios

Antonio Malouf, ministro de Economía de Guatemala y presidente pro témpore del Consejo de Ministros de Integración (COMIECO) define como el avance más significativo en los últimos años en materia de integración económica la etapa denominada "Proceso de Integración Profunda entre Guatemala y Honduras" cuyo objetivo inmediato es alcanzar la Unión Aduanera. "Fue importante permitir que dos o más países avanzaran más rápidamente, aunque posteriormente, otras naciones podrían irse sumando", dice.
La evaluación es que, hasta el momento, permitió agilizar las operaciones transfronterizas y la libre circulación de mercancías no originarias; entre ambos países hoy están excluidos de la libre circulación alrededor de 78 productos.

"Seguimos avanzando en la Unión Aduanera del Triángulo Norte, especialmente con Honduras, ya que además de libre comercio, estamos promoviendo la libre circulación de mercancías que implicará que, para productos que no son originarios de la región, los derechos arancelarios se cobrarán solo una vez", agrega. Por el momento se establecieron tres puestos fronterizos integrados en Corinto, Agua Caliente y El Florido. Malouf plantea que, por el incremento del comercio, se está abriendo un segundo centro de facilitación para agilizar el paso. "A través de la integración apuntamos a mejorar la competitividad, atraer inversión y fomentar las cadenas de valor de la región", enfatiza.

Analiza que el mercado centroamericano tiene una oferta de productos amplia y con mayor valor agregado y, en ese panorama, hay sectores productivos guatemaltecos que compiten exitosamente con productos de terceros países, como es el caso de medicamentos, alimentos y el de productos lácteos.

Paola Quezada, directora ejecutiva de la Federación de Cámaras de Industria de Centroamérica y la República Dominicana (Fecaica) ratifica que, pese a las crisis económicas y políticas que vivió en la región desde el inicio de la integración, se registra un crecimiento "significativo" del comercio intrarregional y una mayor armonización en términos arancelarios.

Coincide en que el principal paso, en esa materia, es el Libre Tránsito de Mercancías y de Personas Naturales entre Guatemala, Honduras y El Salvador, con sus puestos fronterizos Integrados con Centros de Facilitación del Comercio para garantizar un tránsito "ágil de las mercancías" y los Centros de Control para atender a las exceptuadas de la libre circulación.

Respecto de los puntos en los que se continúa trabajando, Quezada menciona el perfeccionamiento de la Zona de Libre Comercio, que se refuerza, por ejemplo, con la armonización de la normativa técnica, libre comercio para la mayor parte de mercancías originarias de los países centroamericanos, y la actualización de reglamentos Centroamericanos.

Los pasos dados

Entre el año 1993 y el 2003 el hito más importante es el establecimiento de la Unión Aduanera, mientras que la década siguiente está marcada por la negociación y firma de los acuerdos comerciales Norte-Sur, con Estados Unidos y la Unión Europea y, desde entonces hasta ahora la clave son los acuerdos de facilitación comercial y el fortalecimiento de la coordinación dentro del sub- sistema económico.

Un trabajo de Alejandro Ramos Martínez y de álvaro Sarmiento para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) - Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) repasa que los bienes excluidos del libre comercio entre los socios son muy escasos; en Panamá -adherido a la integración centroamericana desde 2012- la proporción total de excepciones es comparativamente elevada, cerca de 11%, valor impactado por los intereses defensivos de ese país en textiles y vestuario y afecta principalmente a El Salvador y Honduras.

Sin ese componente, la proporción de bienes excluida para el total regional se reduce a 4%, con un alto componente de agropecuarios. En cuanto al arancel externo común, su nivel promedio de protección es relativamente bajo y comparable con el de economías abiertas, con una parte no armonizada también muy baja. Como el esquema de protección es relativamente abierto, es en esos casos que los acuerdos extrarregionales pueden generar preferencias arancelarias relevantes.

Entre 1960 y 1993 el proceso de integración se adecuó al esquema del "regionalismo clásico" y, desde entonces, adoptó un modelo de "regionalismo abierto", con una etapa con énfasis en la construcción normativa - hasta 2007- a la que le siguieron iniciativas orientadas a superar barreras institucionales, logísticas y de infraestructura.

En la última década, antes de la irrupción de la pandemia, la integración se desarrolló en un contexto macroeconómico favorable; Ramos Martínez y Sarmiento rescatan que el aporte de la inversión, las exportaciones y mejorías en los términos del intercambio contribuyeron a estabilizar la economía centroamericana hasta 2017. Esos factores se "debilitaron" en los dos años siguientes por lo que la llegada del Covid-19 encontró a Centroamérica "más vulnerable".

La Fecaica viene trabajando, tanto a nivel de Consejo Directivo, como de comités técnicos, de Alimentos y Bebidas para acelerar en pro del comercio formal y lícito por una integración regional armonizada. Quezada está convencida de que los "esfuerzos" de los sectores público y privado "dan resultados" como es el caso de la Integración Profunda hacia el Libre Tránsito de Mercancías y de Personas Naturales, que permitió reducir los tiempos en las fronteras y "pasar de trámites que duraban hasta 48 horas a gestiones de pocos minutos".

"Hemos visto grandes beneficios para los países de Guatemala, El Salvador y Honduras en materia de integración, por lo que alentamos a los demás países a que se unan al proceso", agrega.

Desafíos

El secretario General de la SIECA, Francisco Lima Mena, coincide en que la región debe superar los efectos de la pandemia: "Los esfuerzos en conjunto serán un motor que impulse los temas pendientes en la agenda de integración económica, procurando que los resultados se reflejen en un aumento de la economía centroamericana". El primer punto es la instrumentación "pronta y efectiva" del Plan de Reactivación Económica Post Covid-19 que los países ya formularon y aprobado y que cuenta con tres pilares, atención al sistema de salud y rápida vacunación; facilitación del comercio y las operaciones transfronterizas y la movilidad y logística.

Otros aspectos son el Plan de Acción que surgirá del Estudio de Tiempos de Despacho Regional, proyecto que se presentará a fines de este año y la instrumentación y puesta en marcha de la Estrategia Centroamericana de Facilitación de Comercio, así como de la Plataforma Digital de Comercio. Para Lima Mena, el Proceso de Integración Profunda entre Guatemala, Honduras y El Salvador lleva avances "importantes", y ha presentado resultados "significativos" en la facilitación de las operaciones, por lo que la "continuidad del proceso de- jará mayores frutos al comercio".

Hay desafíos ligados a la facilidad de movilidad de las mercancías entre los países, con lo que la continuidad de la instrumentación del Plan Maestro de Movilidad y Logística 2035 con una correcta articulación del Trans- porte Marítimo de Corta Distancia son dos tareas pendientes por enfrentar.

"Todo está vinculado a una correcta articulación entre el diálogo intersectorial correspondiente, así como el fortalecimiento institucional del subsistema de Integración Económico, y adicionalmente el papel estratégico de la cooperación internacional en el fortalecimiento del proceso de integración económica", dice el funcionario. A criterio de Malouf es crucial que la región actúe como "un solo mercado; lograr que todos los países se sumen" al proceso de integración profunda que llevará a tener un territorio aduanero común en Centroamérica. En la actualidad, repasa, todavía se requieren procedimientos internos para permitir el ingreso de productos centroamericanos. "En la medida que facilitemos esos procesos, todos los países obtendremos beneficios y competitividad frente a productos de terceras naciones".

"Aún queda un largo camino por recorrer para lograr una integración económica completa -describe Quezada-. Sin embargo, los esfuerzos que se realizan de parte privados y públicos nos encaminan cada día más a ese modelo". La reactivación económica después de la pandemia es uno de los puntos cruciales que marca. Según datos de Sieca, abril, mayo y junio de 2020 fueron los meses que más retos representaron por ese impacto.

"Cierta diversificación de la canasta exportadora, con bienes agropecuarios y manufacturas, ha contribuido a compensar fluctuaciones de sectores específicos -indica el reporte del BCIE-. Durante la disrupción provocada por la pandemia las exportaciones agropecuarias y mineras mostraron un comportamiento relativamente favorable a la vez que la demanda del mercado intrarregional tuvo reducciones menos intensas que la demanda externa total". Las ventas externas de servicios compensaron el déficit de la balanza de bienes.

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