La fundadora de Florex, empresa de capital costarricense de productos y servicios amigables con el ambiente, no tiene dudas de que la principal transformación asociada a la COVID-19 "fue ver la cadena de suministros totalmente afectada de la noche a la mañana", lo que hizo necesario redireccionar y encontrar nuevas posibilidades en muy corto tiempo "de un sistema totalmente establecido, a improvisar y lograr resultados en el cortísimo plazo", tanto en producción, como en administración (teletrabajo), y distribución.
Todos estos meses han dejado una serie de lecciones aprendidas para la presidenta de Florex, como la de subir los niveles de tolerancia ante la frustración, acompañar al equipo de trabajo para superarla y volver a intentarlo. También, que los contactos y relaciones cercanas con las personas que forman parte de la cadena de valor, proveedores y distribuidores especialmente, tienen un altísimo valor. "Mi gran lección es que hay que cultivarlas y cuidarlas".
La otra gran lección aprendida es que el trabajo disciplinado y ordenado que implica "llevar registros, indicadores, visibilizar resultados, mantener sistemas de gestión activos y actualizados dieron rédito al enfrentar la crisis y nos dio ventaja significativa antes las nuevas condiciones del mercado", incide Silvia Chaves.
La empresa post covid la visualiza "mucho más resiliente, más simple, más soportada en tecnología, especialmente digitalización y comunicación virtual", adaptándose a las nuevas circunstancias, más solidaria con los distintos actores, profundizando en sus prácticas y acciones de responsabilidad social y ambiental.
