"Tener la oportunidad de servir a los demás nos llena de gran alegría. Me siento muy privilegiada de poder brindar nuestro granito de arena y ser consecuentes con la promesa de Cargill de ayudar al mundo a prosperar", es la reflexión de Sara Santa María, colaboradora de Cargill en Guatemala desde hace 12 años y quien forma parte del equipo de voluntariado de la empresa.
En el voluntariado de Cargill, Sara ha encontrado la mejor forma de aportar al desarrollo y bienestar de su comunidad.
Ella, junto a otros más de 7 mil colaboradores de Cargill en Centroamérica, se ponen la camiseta naranja del voluntariado y comparten su tiempo y talento con las comunidades donde viven, para potenciar y multiplicar las inversiones sociales que desarrolla la empresa.
"Es una enorme satisfacción portar la camiseta naranja y ayudar a las personas", agrega la guatemalteca.
El voluntariado de Cargill se promueve en todos los países en los que la empresa tiene presencia a nivel mundial, y forma parte integral de su modelo de responsabilidad social. En el caso de Centroamérica, esta iniciativa surgió hace más 20 años en Honduras y actualmente está presente en toda la región, donde participa el 76% de los colaboradores.
La responsabilidad social empresarial en Cargill está presente en lo que son y hacen cada día. Lo que muestra la voluntad de sus colaboradores de trabajar juntos para promover la prosperidad en las comunidades donde tienen presencia y ayudar a mejorar las condiciones de vida de las personas.
Además de ayudar a los públicos externos, esta acción une a los colaboradores y contribuye a un buen ambiente laboral.
IMPACTO VOLUNTARIADO 2020-2021
•21.971 horas de voluntariado acumuladas•US$ 105.444 recaudados por voluntarios para proyectos
•253 escuelas atendidas
•48.435 niños y niñas beneficiados
