Por estrategiaynegocios.net
El sector de venta al detalle o “retail” de Estados Unidos sufre actualmente las presiones de la elevada inflación que ha reconfigurado los hábitos de los consumidores que ahora gastan más en alimentos y menos en mercancías como ropa y artículos para el hogar.
En consecuencia, la industria de vestuario y textil de Centroamérica vive tiempos de zozobra debido a que muchos clientes estadounidenses han parado sus órdenes de compra de prendas elaboradas en la región, lo que ha llevado a algunos, incluso a cerrar fábricas y despedir personal para ahorrar costos.
Hay que recordar que la venta de ropa en Estados Unidos creció un 19,3 % en 2021 y jugadores relevantes en el sector textil vestuario, como las cadenas Target, Walmart, Best Buy, Urban Outfitters, Costco, y Dollar General habían incrementando sus órdenes de ropa casual y deportiva a las fabricantes en la región.
Según las cifras brindadas por The Office of Textiles and Apparel (OTEXA), en enero de 2022, las exportaciones de ropa desde Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, hacia el mercado estadounidense, superaron incluso a las registradas en 2019, previo a la pandemia.
Al respecto, Dean García, asesor de Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y de Confección (ANITEC), atribuyó el incremento a varios factores, entre ellos el repunte económico de los Estados Unidos en los últimos trimestres de 2021, así como, la crisis de la cadena logística a nivel global, que obligó a los clientes a reorientar órdenes y contratos de producción hacia la región.
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Los almacenes estimaron que habría una importante movida de productos durante el regreso a clases de 2022, pero no contaron con que la elevada inflación (8,5 % a julio) impactaría en el comportamiento de los consumidores. Ese giro en el gasto ha obligado a la empresa a reducir los precios de artículos como ropa para liberar inventarios, lo cual se ve por parte de los inversores como una antesala de un periodo gris en el entorno macroeconómico.
“Nuestra cadena interna de suministro no se mueve al ritmo que nosotros esperábamos”, expresó Brian Cornell, CEO de Target, durante una entrevista en CNBC. De esa manera, destacó que todavía contaban con inventario de 2021 -que recibieron tarde-, y parte del de este año.
De hecho, es tal el excedente de prendas de vestir, que además de fuertres precios de descuentos, en caso de querer devolver un bien por algún defecto, las empresas regresan el dinero, pero no aceptan que el cliente regrese el artículo. Se trata de una medida extrema para tratar de descomprimir los almacenes, reportó CNN.
En palabras de Alejandro Ceballos, vicepresidente del sector Vestuario y Textiles de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), la primera quincena de septiembre “va a ser negrísima” porque hay “mucha incertidumbre” en fábricas con órdenes detenidas. “Los pedidos no están cancelados, sino detenidos. Es como si dijeran no hagas nada ni toques la tela, porque no sé qué voy a hacer. Por eso, los textileros siguen acumulando telas”, dijo.
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Los primeros impactos concretos de esta situación ya se registran en El Salvador y Honduras: la empresa Fruit of the Loom anunció que recortará unos 3.200 empleos directos (800 solamente en El Salvador) debido a la baja en la demanda.
La directora ejecutiva de Camtex, Patricia Figueroa, explicó que la empresa, socia de la Cámara, cerrará su planta en una zona franca internacional para octubre próximo. “(La empresa) va a dar fiel cumplimiento a todas las obligaciones que hayan adquirido con una relación laboral con estas personas (despedidas)”, puntualizó, y destacó que la empresa seguirá funcionando en el país.
Las exportaciones centroamericanas de productos textiles destaca como de los principales proveedores para Estados Unidos de camisetas de algodón, camisetas de fibras sintéticas, calcetines, calzoncillos, sudaderas, ropa de trabajo casual y trabajo en el campo.
