Textos: José A. Barrera y Velia Jaramillo / Colaboró: Claudia Contreras
El salvadoreño Grupo TACA se consolidó en 1989 bajo el liderazgo de Roberto Kriete, quien con solo 26 años de edad tomó el control de la empresa que le heredó su padre y la llevó de una pequeña aerolínea salvadoreña a un grupo centroamericano, que integró a las aerolíneas de bandera nacional de Guatemala, Nicaragua y Costa Rica: Aviateca, Nica y Lacsa, respectivamente.
A principios de los 2000, esta empresa aeronáutica sumaba a muchos ejecutivos jóvenes que capitaneaba Kriete, entre ellos Enrique Beltranena, Estuardo Ortiz y Julio Gamero, unidos en la visión de hacer volar a los latinoamericanos.
Kriete destacó en una entrevista con Estrategia & Negocios que aquellos tiempos contaban con una cultura de excelencia.
“Una de las críticas de mis ejecutivos en TACA, cuando yo era el CEO, es que les ponía retos muy agresivos, muy duros, y cuando los cumplíamos les decía: ‘Bueno, y el próximo ¿Cuál es? Entrémosle al próximo’. Mi punto es: después lo celebramos, ahora aceleremos y veamos cómo crecemos estos proyectos y cómo podemos tener más impacto aún”, comento.
¿Cómo su proceso de aprendizaje en Centroamérica, le permite a esa generación de líderes de TACA salir a competir a escala latinoamericana? “Creo que fue una combinación de dos cosas. Primero, resultado de la visión de Roberto Kriete y de Federico Bloch (QEPD) que era una visión muy internacional. Recuerdo que, después de septiembre 11, TACA trae a consultores de Ben and Company, y tuvimos una cantidad de personas de diferentes áreas del mundo trabajando en diferentes temas por casi dos o tres años. Eso nos preparó muy bien para tener un ejercicio que iba mucho más allá de las fronteras de TACA, para analizar mercados de una forma diferente”, responde Beltranena.
EL SEMILLERO CENTROAMERICANO
“TACA lo que hizo fue reclutar buen talento y desarrollar a su gente. Era un lugar donde se promovía muchísimo la idea de que competíamos en un mercado global y que teníamos que alcanzar niveles de excelencia, pero siempre hubo muchísima inversión a nivel del desarrollo de toda la gente”, valoró Julio Gamero, CEO de TagAirlines, quien se sumó a la antigua aerolínea en los 2000.
El ejecutivo tenía 28 años en esa época y ha sido testigo de una evolución importante de la industria área regional. “En aquella época estábamos comenzando a desarrollar todas las plataformas de comercio electrónico. La mayor parte de la distribución se hacía a través de intermediarios, de las agencias de viaje... socios que han evolucionado también”.
Estuardo Ortiz, CEO de la ultra low cost chilena JetSMART, recordó también su época en la aerolínea centroamericana y la definió como muy buena, ya que formó un gran equipo “altamente competitivo”. “Lo recuerdo con mucho cariño, porque fue además un grupo que creció mucho. Hoy cada uno estamos en una carrera profesional muy exitosa en esta industria o en otras industrias”.
LA REINVENCIÓN DE TACA
TACA (originalmente Transportes Aéreos Centroamericanos) fue fundada en 1931 y pasó varias etapas de desarrollo hasta firmar una alianza estratégica con la colombiana Avianca. Sin embargo, fue bajo la dirección del empresario salvadoreño que la compañía escaló a otro nivel.
En entrevista con E&N, reconoce: “Yo me he rodeado de gente más inteligente que yo, y no me da pena decirlo, que trabaja más que yo, que tiene más ganas de salir adelante. Haciendo eso, uno no tiene otra alternativa más que tener éxito, porque el equipo es lo que hace la diferencia”.
Kriete ha dedicado su vida al sector, cuatro décadas de liderazgo. No solo ha estado al frente de Grupo TACA (que se renombró como Transportes Aéreos del Continente Americano, a partir de su visión de escalar más allá del istmo) y posteriormente de Avianca, sino que impulsó la fundación de Volaris, y el desarrollo de Aeroman, el centro de mantenimiento aéreo más grande de Latinoamérica.
EN BUSCA DE DESAFÍOS
Volaris tiene relación directa con Kriete, empresa de la que es accionista. De hecho, la concepción de la low cost mexicana se cocinó en TACA y de ella se desprendieron más de 500 colaboradores salvadoreños para poner a volar a una empresa de cero, un proyecto encabezado por Enrique Beltranena, quien aún funge como CEO de la empresa ya consolidada como la principal aerolínea de México, con filiales en El Salvador y Costa Rica y que busca seguir con la expansión de su modelo a Suramérica. Beltranena reconoce a Roberto Kriete como el líder “que me contrató y y me desarrolló. Soy un discípulo de él”.
Para Ortiz, la primera década del siglo fue un gran desafío para TACA, ya que por primera vez la aerolínea abría nuevas rutas. La filial de Perú nació con la visión en el mercado doméstico, pero que se abrió a establecer rutas que no existían en Suramérica como Lima- Asunción y Lima-Montevideo.
“Tenemos varios centroamericanos en JetSMART, no muchos, pero hay”, dijo Ortiz, quien cree que el potencial de lo que se podía hacer en la aviación en Centroamérica ya es una realidad.
Beltranena recordó que la visión de TACA era la creación de un centro de excelencia que sigue dando frutos.
TACA había tenido un crecimiento fenomenal, recuerda, y cuando a finales de los 90´s se crea el corporativo, “generaciones completas de las universidades vinieron a trabajar con nosotros. Ese primer arranque es el gran semillero de ejecutivos que crecieron en la industria”.
Ahora, estos capitanes trabajan en varios puntos del continente empujando a nuevas empresas de aviación, pero también revolucionando al sector.
