General Motors (GM) anunció este martes que registrará una carga de US$7.000 millones en el cuarto trimestre debido a la reforma fiscal, pero espera los mayores beneficios de su historia en 2017 y repetir el mismo rendimiento en 2018.
GM dijo que la carga se debe a una 'depreciación' de activos, en línea con otras grandes compañías anunciando medidas similares tras la adopción recientemente de la reforma fiscal en Estados Unidos.
Pero la empresa, que concluyó en 2017 la venta de su filial europea Opel/Vauxhall al francés PSA Peugeot Citroën, afirmó que la cargas excepcional no tendrá impacto en su rendimiento y augura un 2018 en línea con los sólidos resultados del año pasado, sobre todo por el apetito de los consumidores estadounidenses de grandes autos.
El beneficio por acción ajustada de elementos excepcionales, referencia en América del Norte, estará 'en la parte alta del intervalo de 6 a 6,50 dólares', un récord, indicó el primer constructor estadounidense cuyos resultados serán anunciados el 6 de febrero. Los analistas, por su parte, anticipan 6,3 dólares.
El optimismo de GM reposa en el hecho de que las camionetas pickup masivas y de fuertes márgenes constituyeron cerca de un tercio de los 3 millones de vehículos que la empresa vendió en Estados Unidos en 2017.
Tras haber dejado de lado los grandes autos durante la crisis financiera, los estadounidenses se precipitan de nuevo hacia ellos atraídos por la recuperación del crecimiento, el retroceso de la tasa de desempleo y la caída de los precios del petróleo.
'Hemos tenido un muy buen año 2017', se felicitó la presidenta Mary Barra. 'Estamos en una buena posición para otro solido año 2018, y aun mejor para 2019'.
