Por AFP
El pedido, según el catálogo del MAX 10, representa un monto de US$13.500 millones y es un espaldarazo de confianza para este aparato, que estuvo inmovilizado durante meses tras dos accidentes mortales.
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El acuerdo prevé además una opción para la compra de 30 aviones más. Las entregas deberían comenzar a partir de 2025.
“Los Boeing 737-10 serán un aporte importante a la flota de Delta en un momento en el que nos proyectamos hacia un futuro más sostenible para el tráfico aéreo, con una experiencia para el cliente de alto nivel, con carburantes más eficientes y con el mejor rendimiento posible”, declaró en un comunicado el presidente ejecutivo de Delta, Ed Bastian.
Delta era hasta ahora la única de las grandes empresas estadounidenses que prescindía del MAX en su flota.
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El MAX 10 es la última versión de naves con un pasillo de Boeing y aún no ha sido certificado por el regulador de la Aviación Civil Estadounidense, a diferencia de sus predecesores el MAX8 y MAX9.