Por estrategiaynegocios.net
Los centennials o generación Z, nacidos entre 1994 y 2010, comienzan a salir de las aulas para sumarse al mercado laboral y reclamar su lugar en la sociedad. A diferencia de los millennials, la generación previa, los centennials son nativos digitales, y nacieron cuando el internet ya era parte de su realidad, lo que determina su forma de convivencia y socialización.
La llegada de los jóvenes Z a la edad adulta tiene un fuerte impacto en la sociedad y las empresas.
"Existen grandes expectativas en torno a los jóvenes Z, al ser la primera generación que ha asumido que el mundo se ha hecho pequeño, que la diversidad es consustancial a cualquier sociedad moderna y que el desarrollo democrático, unido al tecnológico, es imparable", advierten Iñaki Ortega y Núria Villanova en el informe Generación Z, de acuerdo con la publicación del periódico El Universal.
Sin embargo, su futuro no está exento de riesgos. Su dependencia tecnológica los puede limitar para enfrentar una realidad diferente a la digital, y esto junto con una característica común de mal manejo de sus emociones y las relaciones interpersonales los puede llevar a la frustración y la depresión, advierte Erika Villavicencio, coordinadora e investigadora de Psicología Organizacional en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Inmediatez e irreverencia
Además del internet, hay otros cuatro términos que definen a los centennials: irreverencia, inmediatez, inclusión e incertidumbre. Irreverentes, porque no dudan en llevar la contraria a padres, profesores o mayores, entre otras causas porque han sido autodidactas, explican Ortega y Villanova.En opinión de los especialistas, están marcados por la inmediatez, como las redes sociales que frecuentan donde todo es rápido y fugaz. La economía colaborativa y la diversidad que abrazan los convierte en inclusivos.
"Han dejado las formas interpersonales fuera de contexto, debido a que con sólo un click pueden mandar un mensaje a su amigo, a su maestro o a su jefe, pareciera que a todos los pueden tratar por igual. Su contacto es directo y frontal", explicó Villavicencio, en un artículo del periódico El Universal.
A los centennials les importa el futuro, no son ninis ni quieren serlo. Les interesa en alto grado la educación, la salud, las relaciones familiares, el éxito en el trabajo y el medio ambiente. Todo ello por encima de su tiempo de ocio.
Si hay algo que distingue a los jóvenes Z es el uso de las redes sociales, en las que consumen productos y servicios. Padecen un exceso de información y pueden ser incapaces de diferenciar lo verídico de lo que es información basura, comenta Villavicencio.
Los jóvenes Z son la primera generación que aspira a equilibrar la relación trabajo-vida privada. Son la generación más interesada en trabajar por cuenta propia, aunque quienes optan por emplearse priorizan el buen ambiente laboral, la conciliación y la posibilidad de desarrollar su carrera profesional, antes que el sueldo o la estabilidad, explican Ortega y Villanova.
En la parte económica, el dinero para los centennials es un medio para conseguir cosas, pero no es algo central. Pese a ello, son consumidores exigentes, siempre van a estar buscando más satisfacción, el mayor beneficio.
Suelen adquirir marcas por gusto o si confían en ellas, y no les importa tanto la calidad como el que les ofrezcan un producto a su gusto con un precio asequible, advierten los expertos.
Dilema generacional
Todo parece indicar que los centennials van a ser una generación que cambiará las reglas del juego, pero que también puede caer en la frustración y depresión. Frente a la idealización que ofrece el mundo digital, corren el riesgo de chocar con la realidad.Por otra parte, las relaciones personales de la generación Z van a ser desechables. Son tan exigentes y tienen tan pocas habilidades interpersonales de comunicación que pueden enfrentar un conflicto importante.