El nicho artesanal va creciendo en la región, al punto de ser apetecido por las grandes productoras, como FiFco, Cercevería Centroamericana, o la compañía cervecera de Nicaragua, que ya han lanzado sus propias líneas de cerveza artesanal: Micro Brewing co., el Zapote, y Mytos, respectivamente.
"En Centroamérica las cervezas artesanales están siendo tendencia y en Nicaragua comienzan a despertar. El consumidor de cerveza artesanal es una persona curiosa que le gusta experimentar diversidad de estilos, sabores y aromas", apunta Héctor Arellano, gerente de Marca de Mytos (nacida en 2014).
"Actualmente nos hemos concentrado en atender el mercado nacional. cuando hayamos madurado, talvez sea el siguiente paso la internalización", refiere. En Costa Rica, FiFco ingresó a este mercado en 2014. Hoy cuenta con 21 recetas artesanales, entre fijas y de temporada, siendo Domingo 7 su marca más reconocida.
Por su parte, el Zapote Brewing company surgió en mayo de 2018 como una opción más en el mercado y para promover la cultura de la cerveza en Guatemala. la planta tiene una capacidad de producción de 12.000 hectolitros y está dentro de la categoría de microcervecería que define la Brewers Association.
"Conceptualmente, la incursión de los grandes jugadores en la elaboración y distribución de cerveza ‘artesanal’ siempre será positiva ya que se está logrando que regresemos a un mercado con más calidad y más tipos de producto", indica luis Araque, socio fundador de la costarricense la Treintaycinco.
Pero los productores independientes no creen que se pueda tratar a estas marcas como cervezas plenamente artesanales.
El propio Araque apunta: "el problema viene cuando en la práctica se utiliza la erveza ‘artesanal-industrial’ para realizar prácticas anticompetitivas: sacar del juego a pequeños empresarios en guerras de precio o distribución, exigir exclusividad o limitar canales de venta, espacio de frío, frentes en góndolas; confundir al consumidor en cuanto a qué es el producto artesanal, etc".
