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¿Por qué Honduras sigue teniendo uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo? (Y cómo va a solucionarlo)

El Aeropuerto Internacional de Toncontín, en Tegucigalpa, sigue siendo uno de los más peligrosos del mundo y es usual que su nombre aparezca en los rankings de las estaciones aéreas con pistas más difíciles para operar. Cinco claves para entenderlo

2018-05-23

Por Alberto López, eyn.net

Las aerolíneas comerciales con operaciones en Toncontín poseen un selecto grupo de pilotos capacitados previamente para aterrizar en su corta pista, que algunos inclusive llaman el "portaviones".

La peligrosidad de este aeropuerto quedó una vez más expuesta el pasado martes 22 de mayo cuando un avión ejecutivo (Gulfstream G200) procedente de Austin (Texas, EE.UU.) no alcanzó a detenerse en la pista de poco más de 2.000 metros, cayó a un pequeño abismo y quedó partido en dos sobre la carretera. El accidente, que dejó varios heridos pero no víctimas mortales, se produjo diez años después del protagonizado por un Airbus A320 de la aerolínea TACA en el que cinco personas perdieron la vida luego de que el avión tampoco alcanzara a frenar dentro de la pista y se estrellara en la carretera.

¿Por qué Honduras sigue teniendo uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo? ¿Qué están haciendo las autoridades para solucionarlo? Algunas respuestas:

1. Al igual que ocurre en otras latitudes, es usual y recomendable que los aeropuertos se encuentren en las ciudades capitales, para favorecer la dinámica económica, de negocios, logística, turismo, etcétera. Sin embargo, el problema con Tegucigalpa es que está emplazada en un valle accidentado e irregular, y no se estableció un aeropuerto seguro para su aproximación, que cuente con una pista larga.

2.En su ubicación actual, el Aeropuerto de Toncontín presenta características que lo vuelven peligroso. En cualquiera de los dos sentidos de aproximación hacia la pista, ya sea aterrizando desde el norte o desde el sur, posee otras variables inseguras y si una aeronave no alcanza a frenar y se sale del área de la pista, en ambos extremos encuentra carreteras en perpendicular a las cabeceras. Toncontín no dispone de áreas seguras de frenado de emergencia; se ha intentado acondicionarlas, pero no hay suficiente espacio para ellas.

3. Inclusive, en uno de los extremos, la autopista se encuentra en un desnivel por lo que si el avión se desplaza por allí caerá y podría aplastar vehículos a su paso, como ocurrió en el caso del accidente de TACA en 2008, en el que dos de las víctimas fatales no eran ocupantes del avión sino de un automóvil.

4. A pesar de que Toncontín posee una pista de un poco más de dos kilómetros, considerada corta para un aeropuerto internacional. En la mayoría en Centroamérica supera los tres kilómetros. Ese no es su principal problema. El encontrarse rodeado de terreno montañoso no permite que los pilotos tengan una aproximación estabilizada (descenso controlado y velocidad óptima para el frenado seguro) hasta muy pocos minutos antes de poner ruedas para el aterrizaje.

5. Además, cuando el clima es adverso y las nubes, la bruma o la niebla se encuentran bajas, se vuelve más difícil la aproximación segura y estable hacia la pista, inclusive para los pilotos más experimentados.

En Toncontín no hay espacio para aterrizajes "largos", como se conoce en aviación cuando los pilotos no aterrizan exactamente en la "touchdown zone" (marcada por el par de líneas paralelas pintadas al inicio de las pistas), la referencia que con certeza indica que si el avión toca pista en esa zona, se detendrá dentro de la extensión de cualquier pista. Por ello, el entrenamiento de aproximación y aterrizaje a Toncontín de los pilotos que operan hacia esta ruta es clave para la seguridad de los vuelos.

La solución emprendida a esta problemática por parte del gobierno de Honduras ya está en marcha. Se encuentra en desarrollo el proyecto de trasladar la mayoría del tráfico aéreo internacional hacia el nuevo Aeropuerto Internacional de Palmerola, que está construcción en Comayagua (a más de 80 kilómetros de la capital, Tegucigalpa). El avance de la obra es del 29% y se estima que la nueva terminal aérea estará terminada en noviembre de 2019.

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