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Sandra Cauffman: La tica que soñó con llegar a la Luna

Por eyn.net

Sandra Cauffman es una ingeniera costarricense que ha desarrollado toda su carrera en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA), cumpliendo ya 26 años en la organización. Hace un año fue nombrada directora adjunta de la División de Ciencias de la Tierra, un rango equivalente a un general de dos estrellas. Es apenas la cuarta mujer latina en la historia en acceder a un cargo similar en la NASA.

La pequeña Sandra tenía apenas siete años cuando vio a Neil Amstrong poner un pie en la Luna, en aquel ya lejano 20 de julio de 1969. ese alunizaje cambió su vida para siempre. "no sabía qué era la NASA, pero yo quería ir a la Luna. me pregunté: ¿Por qué yo no puedo ir también?".

El apoyo de su madre fue fundamental para convertirse en lo que es hoy, una mujer poderosa, desafiante, con un (muy) alto cargo en la NASA, siendo una de las 150 personas (de las más de 60.000 que trabajan en la organización) en el Senior Executive Service (SES), justo por debajo de las posiciones de confianza del Gobierno.

"Cuando le dije a mi mamá que quería ir a la Luna, ella me podía haber dicho: ‘Si estamos en Costa Rica, somos pobres, cómo se le ocurre, usted es mujer, cómo va a hacer esto’. A mí ella nunca me dijo que yo no podía. Me decía: ‘Póngaselo en la cabeza, estudie, esfuércese, prepárese y uno nunca sabe las vueltas que da el mundo’".

La admiración hacia su madre sobrevuela durante toda la entrevista. De familia humilde, hizo todo lo posible para sacar adelante a sus tres hijos ella sola. "Nunca se dio por vencida. mami se caía, y de una se levantaba, se sacudía y seguía adelante".



Por eso, Cauffman insiste en la importancia de la familia a la hora de empoderar a las mujeres desde bien niñas: "Hay que empezar desde la casa, desde bien chiquitos. Es cultural, hay que inculcarles desde pequeñitos de la igualdad de géneros". A juicio de esta ingeniera eléctrica, lo más importante es que exista una igualdad de educación entre hombres y mujeres, de empoderamiento, de poder salir adelante, ya que -apunta- hay muchos aspectos sociales que influyen.

"Hay impedimentos: mucha violencia, hambre, pobreza... muchas cosas que influyen en no permitir que salgamos adelante, especialmente en las mujeres; muchas de las mujeres solteras tienen hijos, los hombres se fueron. La mayor parte de la violencia que existe es en contra de las mujeres".

Por eso es necesario enseñarles desde bien pequeños a respetar, a ver a las mujeres como iguales (algo que, lamentablemente, no siempre ocurre), "que está bien si ellos quieren jugar con muñecas, que la hermana o la mamá tenga trabajo, que está bien ayudar, y empoderar a las mujeres".

Ahí juega un papel fundamental la actitud de los padres, inculcarle a las niñas que sí se puede (tal y como su madre hizo con ella), "que puede manejar un tractor, si quiere jugar con carritos, que lo haga, si quiere ser ingeniera, que lo sea. Que sí se puede, y ponerle una actitud positiva, que van a poder hacer lo que ellas quieran hacer, desde niñitas".

Con todo y ese sueño infantil, Sandra cauffman no alunizó, pero sí que ha llegado muy cerca de las estrellas. Para ella, la palabra marciano tiene un significado muy distinto al del resto de los mortales: "Es la gente que estudia marte", afirma riéndose; y hablando de la vida en marte no se imagina a un ser de 3,5 metros, con antenas y ojos gigantes, sino a microbios. Es la cuarta mujer latina (en toda la historia de la NASA) en acceder a una posición de SES.

2017-05-22

Por eyn.net

Sandra Cauffman es una ingeniera costarricense que ha desarrollado toda su carrera en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA), cumpliendo ya 26 años en la organización. Hace un año fue nombrada directora adjunta de la División de Ciencias de la Tierra, un rango equivalente a un general de dos estrellas. Es apenas la cuarta mujer latina en la historia en acceder a un cargo similar en la NASA.

La pequeña Sandra tenía apenas siete años cuando vio a Neil Amstrong poner un pie en la Luna, en aquel ya lejano 20 de julio de 1969. ese alunizaje cambió su vida para siempre. "no sabía qué era la NASA, pero yo quería ir a la Luna. me pregunté: ¿Por qué yo no puedo ir también?".

El apoyo de su madre fue fundamental para convertirse en lo que es hoy, una mujer poderosa, desafiante, con un (muy) alto cargo en la NASA, siendo una de las 150 personas (de las más de 60.000 que trabajan en la organización) en el Senior Executive Service (SES), justo por debajo de las posiciones de confianza del Gobierno.

"Cuando le dije a mi mamá que quería ir a la Luna, ella me podía haber dicho: ‘Si estamos en Costa Rica, somos pobres, cómo se le ocurre, usted es mujer, cómo va a hacer esto’. A mí ella nunca me dijo que yo no podía. Me decía: ‘Póngaselo en la cabeza, estudie, esfuércese, prepárese y uno nunca sabe las vueltas que da el mundo’".

La admiración hacia su madre sobrevuela durante toda la entrevista. De familia humilde, hizo todo lo posible para sacar adelante a sus tres hijos ella sola. "Nunca se dio por vencida. mami se caía, y de una se levantaba, se sacudía y seguía adelante".



Por eso, Cauffman insiste en la importancia de la familia a la hora de empoderar a las mujeres desde bien niñas: "Hay que empezar desde la casa, desde bien chiquitos. Es cultural, hay que inculcarles desde pequeñitos de la igualdad de géneros". A juicio de esta ingeniera eléctrica, lo más importante es que exista una igualdad de educación entre hombres y mujeres, de empoderamiento, de poder salir adelante, ya que -apunta- hay muchos aspectos sociales que influyen.

"Hay impedimentos: mucha violencia, hambre, pobreza... muchas cosas que influyen en no permitir que salgamos adelante, especialmente en las mujeres; muchas de las mujeres solteras tienen hijos, los hombres se fueron. La mayor parte de la violencia que existe es en contra de las mujeres".

Por eso es necesario enseñarles desde bien pequeños a respetar, a ver a las mujeres como iguales (algo que, lamentablemente, no siempre ocurre), "que está bien si ellos quieren jugar con muñecas, que la hermana o la mamá tenga trabajo, que está bien ayudar, y empoderar a las mujeres".

Ahí juega un papel fundamental la actitud de los padres, inculcarle a las niñas que sí se puede (tal y como su madre hizo con ella), "que puede manejar un tractor, si quiere jugar con carritos, que lo haga, si quiere ser ingeniera, que lo sea. Que sí se puede, y ponerle una actitud positiva, que van a poder hacer lo que ellas quieran hacer, desde niñitas".

Con todo y ese sueño infantil, Sandra cauffman no alunizó, pero sí que ha llegado muy cerca de las estrellas. Para ella, la palabra marciano tiene un significado muy distinto al del resto de los mortales: "Es la gente que estudia marte", afirma riéndose; y hablando de la vida en marte no se imagina a un ser de 3,5 metros, con antenas y ojos gigantes, sino a microbios. Es la cuarta mujer latina (en toda la historia de la NASA) en acceder a una posición de SES.

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