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El litio: otra guerra entre EUA y China

Detrás del cambio climático, la economía verde, la transición energética y las energías limpias se ocultan encarnizadas batallas por la supremacía en el reparto del mundo entre Estados Unidos, China y Rusia. Una cuarta potencia, India, navega entre los intereses de las tres con agenda propia, pero más cerca de los intereses del bloque del oriente. Una lucha frontal entre el mundo occidental cristiano, liderado por Estados Unidos y las potencias de Europa, contra los intereses económicos y estratégicos del mundo oriental ortodoxo, islamismo, budismo y taoísmo en cabeza de China y Rusia.

En efecto, son varias las guerras que se desarrollan a la vez por la preponderancia internacional, sin embargo, los aspectos religiosos poco se examinan, pero son claves en la nueva arquitectura del orden mundial.Estados Unidos trata de conservar el poder unipolar que alcanzó con el colapso de la Unión Soviética y no está dispuesto a ceder ese poder ante China y Rusia.

Uno de los desaciertos de la política exterior de las administraciones de Barack Obama y de Joe Biden han sido las sanciones contra Rusia, dichas sanciones han fortalecido la alianza del eje Moscú-Pekín y, de paso, le han permitido sumar a otros países que tienen relevancia económica y geopolítica en Asia como India, Irán, Arabia Saudita, Turquía y Pakistán.

Estados Unidos, en su lucha por el predominio mundial, tiene abiertas varias guerras. Por un lado, una guerra contra Rusia por el control y el dominio de los combustibles fósiles: petróleo y gas. Del otro, otra una guerra contra China por el dominio de las reservas de litio, mineral clave para la transición energética y producción de energías limpias. Un tercer frente de guerra con China por la superioridad en la industria de los microchips y la inteligencia artificial.

La guerra del litio contra China empezó en la administración de Donald Trump, cuando declaró una emergencia nacional para desarrollar una política estratégica de control de las reservas de litio en el mundo y, así, buscar enfrentar los avances chinos en la industria mencionada. La orden de Trump fue que se debía desarrollar una política más audaz, porque los avances de China en la industria y el control del litio eran una amenaza para la seguridad, la industria y los intereses estratégicos de Estados Unidos.

El litio es un mineral estratégico e indispensable para la fabricación de carros eléctricos, baterías para cámaras termográficas, telefonías móviles y unidades de almacenamiento de energía eólica y solar. Por eso es un mineral clave y preponderante para el paso de los combustibles fósiles a las energías limpias.