Centroamérica & Mundo

'Vendaval' en Europa, de la frontera a los trenes

El miedo (pánico) a que los conflictos en Oriente Medio acaben cambiando la geografía demográfica del Viejo Continente es el problema más grande que este “vendaval” de sirios está planteandole a la vieja Europa.

2015-10-05

Por: Virginia Pérez Aráoz * - (Especial para Estrategia & Negocios)


¡Santo cielo! Hoy es primero de octubre y acabo de confirmar lo que ya venía intuyendo: me he metido en una camisa de once varas. Tengo que contarle a E & N en 3.800 caracteres lo que está pasando a 40 kilómetros de mi casa en Austria, en las fronteras con Eslovenia y Hungría. Tengo que relacionar los llamados "trenes de la Esperanza" que llegan a las estaciones austríacas y alemanas con el "tren de la Muerte" en el que unos 500.000 migrantes centroamericanos se juegan la vida cada año.

Ellos atraviesan México de cabo a rabo y su tierra prometida se llama Estados Unidos. Los 50.000 (¿100.000?) que peregrinan por Europa rumbo a Alemania o Suecia por estos días van a pie, en trenes, en buses y hasta en autos particulares y taxis que, solidarios, los sacan de los campos de refugiados en Hungría y Eslovenia para dejarlos en "tierra segura" en Austria o Alemania.

Foto: Estrategia y Negocios

Aquellos salen de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua; estos, los que duermen en las estaciones de tren en Graz, Salzburgo o Viena, vienen de Siria, vienen huyendo de una guerra civil espeluznante que los ha dejado literalmente sin nada y fundidos de terror.

La palabra es "fronteras". La gran cuestión es el derecho al asilo. El telón de fondo son los derechos humanos, las identidades nacionales y el fortalecimiento de la extrema derecha. Sí, Europa está complicada.
Cuando a fines de agosto el ministerio de Interior alemán reveló que esperaban recibir 800.000 pedidos de asilo en el 2015, alimentó la ola (en alemán no le llaman ola sino Sturm, que quiere decir "vendaval" ) de migrantes en busca de asilo.

La situación es dramática en Siria, en el norte de Irak, y en Afganistán; en los países limítrofes los campos de refugiados ya están repletos y colapsados. Todos quieren ir al corazón de Europa, a Alemania, y a los países escandinavos.

Con el "vendaval" de los últimos dos meses, el sistema de asilo europeo ha colapsado. En Austria se ha formado un cuello de botella y hay más de 50.000 personas en tránsito hacia Alemania, durmiendo en albergues, tiendas de campaña y en las estaciones de tren, ansiosos por embarcar.

Hay muchísimos niños, ancianos y mujeres...todos viajan con lo puesto y se alimentan y se abrigan con las donaciones de la gente y de las organizaciones solidarias que son, sin lugar a dudas, la mejor noticia/sorpresa en esta Europa en ebullición.

Las migraciones masivas del 2015, consecuencia de las guerras en Oriente Medio, representan una una crísis demasiado cercana y profunda. Para Alemania, concretamente, la decisión política de liderar la acogida en la Union Europea, es un desafío más grande (¿y más caro?) que la reunificación tras la caída del muro de Berlín.

El miedo (pánico) a que los conflictos en Oriente Medio acaben cambiando la geografía demográfica del Viejo Continente es el problema más grande que este "vendaval" de sirios está planteandole a la vieja Europa.

Foto: Estrategia y Negocios

Los refugiados son para Alemania y Austria -más que una encrucijada económica o una crísis en los servicios sociales o en el índice de desempleo- una amenaza a la "identidad" cultural y religiosa. Intolerancia y racismo recrudecen y la derecha, que nunca estuvo del todo ausente, vuelve a ganar votos y a instlarse desde la democracia en el poder.

Cuando la canciller alemana ángela Merkel le dijo a los líderes de su partido, la Democracia Cristiana que "no hay límite (númerico) para recibir asilados," les hizo un guiño a todos los pueblos que ya no dan más para que busquen amparo en Alemania.

¡Y le hicieron caso! Pasó en pocas horas de la demonización en la que estaba sumida, tras las presiones (intromisiones) en la politica económica de Grecia y España, a sacarse selfies con los refugiados...un golpe maestro de alto riesgo.

La decisión de Merkel no provocó el vendaval, la brisa venía soplando más que fuerte y Europa tenía que reaccionar. La Unión Europea deberá redefinirse en términos económicos, fiscales, en políticas de seguridad y demográficas y, volviendo a los trenes, en materia de fronteras.

*Periodista argentina, residente en Graz (Austria). Especializada en temas de migración, refugiados e inclusión social.

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