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Rousseff vs. Neves: encarnizada lucha a días del ballotage

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el candidato socialdemócrata Aecio Neves están enfrascados en una agresiva batalla por los votos a una semana de las elecciones más disputadas de la historia reciente de Brasil.

2014-10-19

Por: AFP

Los 148,2 millones de brasileños convocados a las urnas el próximo domingo 26 de octubre están divididos en dos bloques de igual tamaño, mayoritariamente en función de su clase social, que definirán si el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) prolonga sus 12 años en el poder.

Nieto de un presidente elegido pero que nunca llegó a asumir, Neves, popular exgobernador de Minas Gerais (sureste), de 54 años, lleva una ligera ventaja sobre Rousseff, la exguerrillera de 66 años y número dos del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, con 51% contra 49%, pero los sondeos consideran que ambos están en empate técnico debido al margen de error.

La campaña electoral, plagada de ataques cruzados, se calienta a días de los comicios. Neves se ha concentrado en denunciar el bajo crecimiento económico en Brasil, este año cercano a cero, y un gran escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que habría beneficiado sobre todo al PT y a sus aliados. Sin escatimar golpes bajos, incluso insinuando que Neves fue pillado conduciendo bajo el efecto del alcohol y las drogas, Rousseff asegura que el retorno del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) a la presidencia pondrá fin a los programas sociales con los que el PT asegura haber sacado a 40 millones de la pobreza.

División de clases

La disputa entre el PT, que llegó al poder en 2003 con Lula, y el PSDB, que gobernó entre 1995 y 2002 con Fernando Henrique Cardoso, se repite desde hace 20 años, pero nunca la división había llegado al nivel de escindir tanto a los brasileños en dos.

'Es una elección extremadamente dividida: las clases alta y media alta están decididas por Neves y la media baja y los excluidos (beneficiados por los grandes programas sociales del PT), votan por Rousseff', dijo a AFP Mauro Paulino, director de la oficina de encuestas Datafolha. Fuera de los dos extremos, 'la clase media, la que más creció durante el gobierno del PT y que forma la mayor parte del electorado (36%), está dividida entre los dos candidatos: de un lado tiene miedo a perder las conquistas asociadas al PT, como acceso al consumo, del otro tiene un sentimiento de indignación porque el proceso de mejora de (el nivel de) vida se interrumpió, reconoce conquistas pero exige más', añadió.

Para Ricardo Ribeiro, analista de MCM Consultores, 'donde hay más disputa entre el PT y el PSDB es entre los electores de clase media, que no dependen del principal programa social Bolsa Familia, pero pueden beneficiarse de otros -becas universitarias, estudios técnicos, médicos o vivienda popular-, aunque a la vez es un elector más ligado al mercado económico y tiene valores de clase media tradicional'.

Neves es el candidato favorito de los empresarios y los mercados, que critican el intervencionismo económico del gobierno de Rousseff y el estancamiento de la economía con una elevada inflación (6,5%).

Aumento del 'anti-PT'

'Tras 12 años de gobierno del PT, aumentó el 'anti-PeTismo', esta elección se polarizó de una manera que no veíamos desde 1989' (cuando Lula perdió ante Fernando Collor). Eso es malo para el próximo presidente, porque tendrá un país dividido, con una economía que no va bien y un Congreso fragmentado en 28 partidos', señala el politólogo independiente André César.

La campaña promete mantenerse al rojo vivo hasta el último día. Para inclinar la balanza, la estrategia del PT ha sido la opuesta a la de 2002, cuando llevó a Lula al poder con un eslógan de 'paz y amor', y el PSDB no se ha quedado atrás en los ataques.

'Los dos candidatos saben que el resultado dependerá de la comunicación, la propaganda, los debates, y no tanto de la conquista de nuevos votos, sino del aumento del rechazo al adversario, por eso es una campaña tan confrontativa', según Paulino.

Los analistas ya consideran estas elecciones un caso de estudio: no solo son las más imprevisibles de la reciente historia brasileña, sino las que tuvieron los giros más increíbles. El primero fue la muerte del candidato socialista Eduardo Campos en un accidente de avión en agosto, que lanzó la campaña presidencial de Marina Silva. La ecologista, que llegó a amenazar el liderazgo de Rousseff, quedó finalmente tercera con 21,3% de los votos, y apoya a Neves en esta segunda vuelta. Y el segundo, cuando Neves, que para la primera vuelta llegó a tener apenas 11% de intención de voto, resurgió en las elecciones del 5 de octubre, conquistó 33% y desplazó a Marina Silva de este segundo encuentro en las urnas.

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