De sus 2.8 millones de habitantes apenas el 20% son población qatarí originaria, el resto provienen del sur de Asia, Europa, áfrica e incluso de las Américas. El crecimiento de una nación que apenas en 1970 tenía 70 mil residentes, hoy es una economía pujante y hoy es un polo de atracción de talentos y flujo de inversiones al mundo.
Esta pequeña nación, sin ríos ni bosques y una línea costera en uno de los mares más conflictivos del mundo, le ponen un contexto con no muy buenas expectativas. Pero no todo podía ser tan complicado, puesto se sacó la lotería con un subsuelo lleno de potentes yacimientos energéticos, puntualmente gas natural, siendo este su mayor recurso del cual posee las terceras reservas naturales del mismo y más prolíficas del mundo.
La mezcla de razas en el país se hace patente desde que aterrizas en el aeropuerto de Hamad, asiaticos, africanos, europeos, idiomas, religiones y acentos se decantan en Doha. (Gabriel Roux)
Su riqueza lo ha hecho posicionarse como la nación más rica por habitante del mundo, US$50.800 dólares, según cifras del Banco Mundial. En su búsqueda por diversificar su economía basada fundamentalmente en el mundo de los energéticos ha entrado en una carrera por la innovación tecnológica, finanzas, comunicación y ahora el turismo.
Así como su vecino Emiratos árabes Unidos, Qatar se presenta al mundo como una nación atractiva y cosmopolita, aunque enclavada en el Mashrek (el oriente del mundo árabe), se sostiene de una fuerte tradición musulmana, así como una forma de gobierno centrada en un emir, descendiente de la familia Al Tani (única familia gobernante desde su independencia en 1971). Esto lo mantiene como un estado absolutista con leyes basadas en la interpretación del Corán.Sus retos en un mundo globalizado y de lucha por los derechos de las minorías, mujeres y los migrantes, se han puesto a prueba y en la mira del mundo en medio de grandes eventos internacionales que han atraído a su territorio como el Gran Premio de Qatar de la Fórmula 1 y la próxima Copa Mundial de Futbol - Qatar 2022.
Ahora estamos aquí conociendo su historia a pie de calle derribando los mitos de su cultura, su idioma y su gente, entre sus decenas de modernos rascacielos, mercados, su indumentaria tradicional, sus llamados a la oración, sus barrios y hoy sus grandes estadios que se muestran al mundo como un símbolo de la voluntad de la nación qatarí, con sus claroscuros y su visión de ser una voz en el mundo desde el golfo pérsico.
